Cuando esta organización, autodefinida como una colectiva de rap afrofeminista y disidente, vuelve a rapear “Ya se armó cocoa, prendele fuego al parlante”, resulta difícil permanecer tranqui, o ajeno, como lo haríamos aplastados en un sillón, frente a las páginas de una novela de vampiros, una serie de tevé sobre políticos corruptos, o bajo los efectos hipnóticos de un escroleo de videoclips con autos, joyas y armas de mentira, en Youtube, siempre seguros, confiados en el lenguaje figurativo y entretenidos con las diversas pieles de la ficción.

Sabe a revuelta, lanzado en julio de este año por Little Butterfly Records, es el segundo larga duración de Se Armó Kokoa (S.A.K.) y lleva una portada diseñada por la artista plástica brasileña Keila Gondim.

El experimentado Sebastián Peralta se hizo cargo de la producción y grabación del disco y Bruno Cammá (Dostrescinco), de la mezcla. Además, cuenta con los scratchs de Matías Araujo (DJ Mats).

Por trayectoria, méritos, obra y capacidad de supervivencia S.A.K. es actualmente la banda más importante de la escena de hip hop de Uruguay. Su sola firma es sinónimo de un discurso explícitamente combativo y fácilmente reconocible, y de una actitud sobre el escenario, que aún sigue sorprendiendo, entre público concurrente a shows y colegas.

Este nuevo trabajo, al igual que Levántate (2018), se presenta en sociedad como “un manifiesto musical de denuncia, de lucha por los derechos y libertades individuales y colectivas de la comunidad afro”, aunque no exclusivamente.

Luego, o a la vez, están las firmas y las voces de sus integrantes: las uruguayas Virginia Sequeira (Viki Style), Fabiana Barrios (Fabik), Eugenia Álvarez (Euge) y la colombiana Camila Rojas (Valencia). El grupo se completa con las más nuevas en el barrio, Dj Ada y Baby Weed, y la participación especial de las percusionistas Ana Chacha de León, Victoria Bonanata y Leticia Lonchar.

Las S.A.K son muy diferentes entre ellas, pero todas tienen personalidades contundentes y manejan el arte de la rima con notable habilidad. Esto les permite funcionar en la modalidad clásica de referentes como Wu-Tang Clan o N.W.A. y repartir versos en un mismo track, en entradas idénticamente triunfales en las que nunca decae la energía.

Esto es rap crudo, también conocido como hardcore, una demostración de una de las formas más puras de este género nacido en Nueva York. Es poesía, con todas sus letras, que privilegia la claridad del mensaje, al adorno que busca la belleza o la atención. Sin embargo, el optimismo surge a través de originales arreglos musicales (inusuales en S.A.K.) y ciertas melodías de la palabra, propias de una evolución natural en la práctica del oficio y de un esmero gratamente transformado en música.

“Flow kon Contenido”, el track que abre el disco, es un buen ejemplo de esta atractiva amalgama. Un piano desarmado, lejos del boom bap, pero reconocido pariente, es la base sónica de la presentación de las raperas: “Llegamos pa´quedarnos/ acá nadie nos saca/ como dolor de cabeza en jodida resaca”, anuncia Viki, en su regreso clásico y renovado.

“Yo soy” incluye un sample de Tita Merello en “Se dice de mí” antes de un beat asesino para uno de los mejores temas del disco. “Yo soy esa piba a la que tachaste de puta/ yo soy esa madre a la que le decís luchona/ yo soy esa loca a la que le decís feminazi/ yo soy esa negra a la que vos discriminaste/ yo soy de las tantas que no regresó a su casa”, dice el estribillo.

“Rap a la carta” fue el primer corte del álbum y cuenta con un logrado videoclip de la realizadora Lucía Blánquez. “Parate donde estoy” habla de los desafíos y los problemas de la inmigración, a través de las experiencias de Valencia, radicada en Uruguay, y de Euge, mudada a Francia, y “Pies desempolvados”, de la explotación indiscriminada de los recursos naturales, la contaminación y la vigencia del esclavismo.

En “Kimbamba” se escucha la voz de la leyenda del candombe Chabela Ramírez. La melodía sale de ritmos ancestrales y prohibidos, vueltos un beat de música electrónica súper bailable.

El clima de “Líneas insurrektas” es el de un día libre al estilo de “It was a good day” de Ice Cube. Se destaca Fabik, con versos inspiradísimos y una contagiosa musicalidad de su voz. Mi tema preferido del disco, con un homenaje para descubrir.

En “Kuidado donde pises” las artistas retoman la postura de guerra. “El rap es compromiso/ no es por moda ni por juego”, aclara Viki, en un mensaje que no amerita dos lecturas, dedicado a otros practicantes del ritmo y la poesía. “Komplicidad” deja ver los hilos más pequeños en la compleja trama discursiva del grupo. El disco cierra con ritmos reggae, con un sample de The Fugees, y la participación especial de Alicia Dal Monte (Alika). “Quiero tu puño en alto”, llaman, para unirse a su lucha.

Sabe a revuelta, de Se armó Kokoa. Little Butterfly Records, 2023. En plataformas.