Durante algunos años, una secuencia de atardeceres, fiestas nocturnas, descorches de champaña, golpes de tenistas alemanes, mujeres saliendo del mar y otras celebridades invariablemente vestidas de blanco funcionaron con gran éxito para promocionar un programa de Canal 12. “Todo lo que ocurre en la ruta del sol, en el gran periodístico estival con toda la vida y los hechos de los grandes balnearios de América”, anunciaba el locutor de Verano del 87, en la segunda temporada de este show destinado a convertirse en el mejor plan de los menos favorecidos.

Las imágenes puntaesteñas amontonadas en flashes de promesa y la distintiva voz de Eduardo Cardozo flotan sobre la música actual y sofisticada de la cantante francesa Muriel Dacq y su súper hit “Tropique” en el spot publicitario que aún sobrevive en la nostalgia de las redes sociales. Para la compositora, cantante e intérprete Lys Gainza, nacida en Francia de padres uruguayos, los recuerdos de aquel año no son menos intensos, aunque incluyen otros colores: “Llegué acá sola en 1987, mientras mi madre hacía la mudanza grande para volverse de forma definitiva. En ese momento me vine a vivir con mis abuelos mientras aprendía un idioma, conocía a la familia y a mis compañeros de escuela. Y bueno, no era tan divertida la vida, era una adaptación al ritmo de ellos, que estaban en la tercera edad”, rememora.

“Además Uruguay estaba comenzando un nuevo proceso democrático, con todo lo que eso significa. Por más que se declarara una democracia, las libertades fueron llegando tardíamente”, apunta y agrega: “Migrar de un país a otro, de un continente a otro y en otra lengua hace que te sientas un poco sola y que tengas que reencontrarte. Los amigos o amigas que yo tuve desde el inicio son los mismos que sigo teniendo hoy. Éramos muchos niños en esa época en la escuela que habíamos migrado de otros países por los exilios políticos de nuestros padres”.

1987 (Bizarro Records, 2024), el segundo LP de la artista, firmado simplemente como Lys, es un concentrado de canciones surgidas de una relectura de su universo artístico y biográfico. “La idea arranca en plena pandemia; en 2021 la Embajada de Francia me convoca para participar en un concierto de mujeres en la sala Zitarrosa para hacer canciones en francés”, relata. “Yo ya tenía varias compuestas, y esa noche hice un cover de “Ella, elle l’a” (de France Gall). Al poco tiempo me invitaron para que me sumara a un homenaje a Georges Brassens en el teatro Solís y, finalmente, presenté un proyecto a la Embajada de Francia para hacer un disco de música francesa de los 80 y los 90”.

Gainza convocó al músico Daniel Anselmi como encargado de la producción artística del disco; ya habían trabajado en proyectos de música electrónica y en el pasaje de la cantante por La Teja Pride.

“Daniel estaba obsesionado con la música francesa de los 70 y con unos discos que había conseguido en Tristán Narvaja. Yo me puse a investigar y a hablar con amigos de aquella época sobre las canciones francesas que más se escuchaban durante los 80 y los 90. Finalmente, decidí incluir “Voyage voyage” [de Desireless], les escribí a los autores y me dieron permiso para versionar la canción, y luego trabajamos con un repertorio de canciones mías y en la elaboración de un sonido que fuera una síntesis de esos momentos de mi vida”, cuenta.

El contenido de 1987 es de canciones interpretadas en español (“Te sentás a fumar”, “La palabra”), en francés (“Personnes dans le coeur”), y en “1987”, el track que abre el álbum, la cantante combina con fluidez los dos idiomas.

En este revival sonoro los sintetizadores ocupan el lugar que merecen y la base rítmica es una apuesta a un sonido orgánico que acerca las canciones pop a las vibras del rock. La versatilidad de Lys como cantante le permite acomodarse con gracia al pop poderoso y bailable de “Antes que ya”, o virar hacia la melancolía, en una elevada e interesantísima relectura de la chanson, con “Au crepuscule”.

Otra música, la misma inquietud

“La música para mí, como yo la vivo, siempre fue un lugar de vuelo, de viaje, de despegue de conciencia, y también un lugar donde pude crear. Siempre tuve melodías en la cabeza, propias o de otros”, cuenta. Entre sus discos y artistas preferidos, “no podría elegir ni cinco ni diez”: “El primer disco que me compré fue uno de Genesis, el primero que me regalaron fue el ‘Álbum blanco’ de Los Beatles”, recuerda. “Después, con el tiempo escuché mucho Francis Cabrel, en su disco Samedi soir sur la terre, y el 5.55 de Charlotte Gainsbourg; de acá me quedo con La Margarita de Jaime Roos” y, entre muchos otros, suma a su lista a Elis Regina, Fiona Apple, Frank Sinatra y Luis Alberto Spinetta.

Foto del artículo '“La música para mí es parte de una batalla cultural”: Lys presenta su disco 1987'

Foto: Ernesto Ryan

“En los últimos años la música también ha sido mi eje de investigación, en una maestría de políticas culturales que estoy haciendo”, cuenta. “He investigado mucho sobre la música uruguaya durante la dictadura militar. Hoy en día, también te diría que la música para mí es parte de una batalla cultural”, asegura.

“Hace poco leí un comentario de Martín Buscaglia que decía que la peor mentira era que los músicos nos tenemos que autogestionar. También hablé con Martín Ibarburu sobre esa idea de que los artistas nos volvimos una suerte de empresarios que financiamos a todos los demás. ¿Desde cuándo los artistas son empresarios?”, se cuestiona Gainza.

“En el contexto en el que quise empezar a difundir 1987, más en un estilo de bares para curtir cercanía y poder charlar más libremente con el público, me encontré con que no hay ambiente de música en vivo de ese tipo”, señala, al tiempo que se pregunta: “¿Qué pasa con el público que compra entradas caras para artistas internacionales, pero le cuesta cuando se trata de uruguayos? ¿Qué pasa con toda la música uruguaya que emerge?”.

Al respecto, añade: “Estudiando la música de los 70 y los 80 en Uruguay, a través de la palabra de gente que tiene una obra exquisita, como Jorge Lazaroff y Jorge Galemire, durante los 80 costaba mucho alcanzar un cierto reconocimiento y una cierta posibilidad de vivir de la música, pero, al mismo tiempo, en esa época creo que existía un círculo social y de amistades que era mucho más consciente de las vivencias de los artistas y del apoyo que merecían. Ahora no existe esa conciencia”, afirma.

“Hay que preguntarse mucho sobre el papel de los medios digitales y cómo están operando en contra de esos vínculos entre la sociedad y los artistas”, concluye. Resuena su canción “Choque”, cuyo estribillo reza: “Chocando contra todo lo que haya, hoy no importa si no gusta, son nuestras convicciones”.

Lys Gainza, este jueves a las 21.00 en La Cretina (Soriano 1236). Entradas a $ 350 en accesofacil.com.