Hace exactamente un año, mientras Spotify se encontraba en lucha de poderes con el gobierno uruguayo y comunicaba la fecha exacta en que se retiraría del país, mencionábamos que la plataforma de música a demanda tenía otro problema entre manos, pero de nivel global. Se trataba de los “artistas fantasma”, una veintena de anónimos que, ocultos detrás de cientos de alias, acumulan millones de reproducciones con temas de corta duración creados con herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa.
Más allá de que Spotify elimina las canciones que considera que tienen reproducciones ilegítimas, en 2023 dieron a conocer nuevas medidas de lucha contra prácticas fraudulentas para este año que termina, como el ataque a bots que realizan streaming y a quienes suben “contenidos breves de ruido funcional”. También estaba prevista la penalización a sellos y distribuidores que practicaran streaming artificial “flagrante” y la persecución de quienes suben ruido blanco en listas de reproducción con el fin de generar “pagos desorbitados”.
A diferencia de otras amenazas, esta vez parece que la llevaron a término, porque se conoció que un hombre de 52 años de Charlotte, en el estado de Carolina del Norte, fue arrestado luego de haber obtenido más de 10 millones de dólares por reproducciones en streaming de música falsa, un hecho que las autoridades calificaron de “fraude descarado”.
Michael Smith, junto a dos cómplices, utilizó herramientas de IA para crear cientos de miles de canciones, que luego reprodujo utilizando bots, generando las regalías mencionadas. Fue arrestado y acusado de tres delitos de lavado de dinero y fraude electrónico, cada uno con una sentencia máxima de veinte años, que en conjunto podrían llevarlo a prisión por sesenta años.
“El supuesto plan del acusado atentó contra la integridad de la industria musical a través de un esfuerzo conjunto para eludir las políticas de las plataformas de streaming”, señala un comunicado del Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI). “El FBI está dedicado a atrapar a quienes manipulan la tecnología avanzada para recibir ganancias ilícitas y atentar contra el talento artístico genuino de otras personas”. En la acusación se señaló que Smith realizó estas maniobras tanto en Spotify como en Youtube Music, Amazon Music y Apple Music.
El material del caso incluye correos electrónicos entre el acusado y sus dos cómplices, cuya identidad no ha sido revelada hasta el momento, aunque uno de ellos sería el director de una compañía de música generada por IA. “Necesitamos tener un montón de canciones rápido para evitar las políticas antifraude que esta gente está utilizando ahora”, les escribió. Tener una sola canción reproducida millones de veces habría llamado la atención acerca de lo que estaban haciendo.
Luego creó una gran cantidad de direcciones de correo, con las que se inscribió en los servicios de música a demanda. Además utilizó tecnología de VPN (red privada virtual) para ocultar el hecho de que todos estos usuarios fantasmas eran controlados desde su domicilio en Carolina del Norte.
Otro correo incluye un estimado del dinero que estaban produciendo los bots en un determinado momento. Esas cuentas eran capaces de reproducir más de 660.000 temas al día y con una ganancia promedio de medio centavo de dólar por reproducción, obtendría unos 3.300 dólares diarios, casi 100.000 dólares al mes y 1.200.000 dólares anuales. “Smith robó millones en regalías que debieron ser pagadas a músicos, cantautores y otros poseedores de derechos cuyas canciones fueron reproducidas legítimamente”, añade el texto oficial.
Sobre el material fraudulento, explicaron que Smith creaba canciones con nombres y autores generados al azar para que se vieran auténticos. Las canciones, ordenadas alfabéticamente, tienen títulos como “Zygotic Lanie”, “Zygotic Washstands” and “Zyme Bedewing”, mientras que están acreditadas a falsos artistas llamados Calliope Bloom, Callous Humane o Calvinistic Dust, por citar algún ejemplo.
Cuando Mechanical Licensing Collective (MLC), la compañía que distribuye regalías de reproducciones digitales, acusó a Smith de prácticas fraudulentas, este lo negó. “Demostramos claramente que el trabajo de Mike Smith no es generado por IA sino que tiene autoría humana”, había dicho un representante del acusado a la MLC. También descartó cualquier fraude cuando una de las compañías lo acusó en 2019: “Nunca hice nada para inflar artificialmente mis reproducciones”, había respondido en su momento.
Para la MLC, esta reciente acusación “arroja luz sobre el grave problema de las reproducciones fraudulentas en la industria de la música”.