Félix Oliver fue uno de los pioneros del cine uruguayo. Nacido en España e instalado en nuestro país antes de la mayoría de edad, viajó a Europa a fines del siglo XIX y conoció a Georges Méliès. Regresó fascinado con la nueva tecnología del cinematógrafo, que utilizó para realizar las primeras películas uruguayas.
Por eso, cuando se presentó una sala virtual del cine nacional como parte de la plataforma de streaming +Cinemateca, se la bautizó con su nombre. Surgido con el apoyo de Montevideo Audiovisual, Asoprod y TCC, este espacio busca responder la pregunta “¿Dónde está el cine uruguayo?” y convertirse en un paso más del recorrido de una película luego de pasar por las salas y los canales de televisión.
Todo comenzó en 2021 cuando se creó la plataforma para los socios de Cinemateca que no podían ir a las salas porque estaban cerradas. Sin embargo, al intentar acceder a películas uruguayas, se encontraron con dificultades. “Antes las películas pensaban salvarse económicamente con las plataformas de streaming”, cuenta a la diaria Juan Manuel Chaves, coordinador de Operaciones y TIC de la institución.
“Tenía que ver con una expectativa de vendérselas a Netflix, y esos son gigantes que tienen otras lógicas. No es que ven tu película y te la agarran. Si no nacieron contigo, es muy difícil. Pero las películas tenían esa esperanza de meter ese golazo e irse a una plataforma grande, y nos tiraban para afuera”, recuerda Chaves. Con el tiempo, la cosa cambió. “En vez de nosotros salir a buscar las películas, ellas nos venían a buscar a nosotros”, dice.
Por entonces se lanzaba la plataforma CineUy de Antel, que proponía ser el punto de encuentro del cine uruguayo. De parte de Cinemateca lo vieron como algo bueno, porque “tener una película uruguaya de hace 15 años seguramente en la ecuación fuera a pérdida, y en ese contexto resultaba positivo que el Estado pusiera la infraestructura”. “Si es a pérdida, es una política estatal”, reflexiona Chaves. “Si bien llegaban cosas y nunca les decíamos que no, había joyas del cine uruguayo que no las íbamos a guardar nosotros por un tema de ecuación de costos”, agrega.
En 2023, después de un fallido intento de ayuda a una investigadora brasileña que precisaba ver ciertas películas de nuestro país, descubrieron que se había perdido interés en el proyecto de Antel y se había abandonado, por lo que desde Cinemateca decidieron retomarlo. “Hicimos un proyecto chiquito con la intendencia, con Montevideo Audiovisual, que también estaba en la lógica de descentralizar el cine y llevarlo a otras pantallas”, explica. “Los productores se empezaron a enterar y dijeron que querían estar. Se sumó la asociación de productores, Asoprod, y necesitábamos alguien que nos diera un respaldo en la parte técnica, y ahí se sumó TCC”.
“Ahora nos pasa de vuelta: la gente quiere tener su película en la plataforma. Está buenísimo lo que se está generando”, dice Chaves. “Cortometrajes, material de archivo, películas que nunca llegaron a ser películas, películas del interior... Empiezan a llegar propuestas y estamos en un momento muy lindo, con una efervescencia desde el lado de los productores. Y después, la gente que vuelve a ver películas: lo más visto es La teoría de los vidrios rotos. En una de las piezas de campaña decimos: 'es para ver y volver a ver'. Es la oportunidad de hacerlo”.
El apoyo de la Intendencia de Montevideo les permite tener a una persona dedicada al proyecto, algo muy necesario debido a particularidades de la industria cinematográfica local. “Una cosa que descubrimos en este proyecto es que el mundo del archivo digital está muy desordenado. El productor no tiene la última versión; la tiene el editor, que le pidieron que hiciera un ajuste, pero cuando lo hizo y la mandó no le dio una copia al productor. Y después el tema de los derechos, que van pasando de persona en persona, o las productoras, que se desarman y no queda muy claro quién es el titular de los derechos de esa película”, dice Chaves.
“El anhelo es tener todo el archivo audiovisual uruguayo, y hay cosas que están buenísimas, pero están perdidas en formatos, responsables, derechos, calidad”. De todos modos, esos obstáculos no los detienen. Uno de los objetivos del proyecto es consolidarse como parte del recorrido de las películas, dice Chaves, y también que haya un rédito económico, por más pequeño que sea: “Seguramente en esta etapa la plata ya la hicieron o no la hicieron, pero al menos tenés la gratificación de que algo te vuelve”.
Formas de acceder a la sala Félix Oliver
1. Miembros de la sala
“Vos te podés hacer miembro de la sala Félix Oliver. Tiene una membresía de 120 pesos por mes, con un mínimo de tres meses. Eso te permite ver todo el catálogo, y las películas de estreno tienen un valor adicional de 90 pesos, para ver las veces que quieras durante 48 horas”.
2. Miembros de +Cinemateca
“Pagan 360 pesos por mes por ver todo el catálogo internacional y además tienen incluida la sala Félix Oliver. De la misma manera, pagan 90 pesos por los estrenos”.
3. Socios de Cinemateca
“Tienen 12 películas gratis por mes en +Cinemateca, que incluye también la sala Félix Oliver. En los tres casos los estrenos pagan un diferencial de 90 pesos”.
4. Cine a demanda
“La plataforma permite también el pay per view, que es una cosa que se está moviendo bastante. Ahí tenemos las películas del catálogo, que salen 125 pesos, y los estrenos, que salen 190; en ambos casos por 48 horas”.
- Leé más sobre esto: La plataforma de streaming +Cinemateca también es una red social