Es 1989 en Montevideo y su Palacio Peñarol alberga shows importantes e internacionales. El recinto tiene una buena capacidad locativa y ubicación ideal, pegada al centro de la ciudad, pero su fama carga con cuentos de desilusión fanática a causa de su mal sonido.

El 22 de julio, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, la banda argentina liderada por el cantante Carlos Alberto Solari y el guitarrista Skay Beilinson se presentó por primera vez en Montevideo, en una de sus cuatro actuaciones de ese año en la capital uruguaya, junto a dos en el pub Laskina, y otra en el Teatro de Verano.

“Se hicieron esperar, pero vinieron…”, rezaba el afiche promocional, a dos tintas, donde también se anunciaba el auspicio del suplemento cultural Día Pop del diario El Día y la venta de entradas en los locales de la casa de instrumentos Todo Música.

“¿Nos dan una mano? Cantamos un poco y movemos el culo. ¡Vamos, che!”, se escucha en la voz del Indio Solari, en una arenga al fervoroso público. El audio, claro y nítido, se encuentra en la primera parte de un registro recientemente subido a Youtube por el usuario El Ghetto de los Pibes, igual que el resto del mítico concierto.

No se trata del primer registro conocido de aquel evento. Entre fanáticos, circulan otras versiones de baja calidad de audio, y la cuenta oficial del Indio Solari publicó en 2022 un corte audiovisual correspondiente a la canción “Nene nena”, interpretada esa noche en el Palacio Gastón Guelfi.

Ahora se suma esta versión extraída directamente de la consola de sonido, según indica el texto incluido en la publicación de El Ghetto de los Pibes.

En este nuevo registro, las canciones suenan mucho más que decentes, en un repertorio que ya es un sólido greatest hits de los primeros cuatro discos de la banda (Gulp!, Oktubre, Un baión para el ojo idiota y ¡Bang! ¡Bang!... Estás liquidado). Se destacan “Aquella solitaria vaca cubana”, “La bestia pop”, “Jijiji”, “Vencedores vencidos” y “Vamos las bandas”, entre las 20 elegidas.

“Que ganas de revivir esos recitales!!!!! Ese sonido por dios!!! Es mágico y te teletransporta ahí!!! Los cassettes que tenía se escuchaban desastrosos”, comentó el usuario @Enmarañadorenmascarado sobre el valioso hallazgo.

Aquella noche, la banda sonó ajustada e inspirada, y quizás corresponda agregarle un mérito extra, si se considera que sus equipos e instrumentos no pudieron ingresar al país, según se sabe, por “problemas burocráticos”. Su amistad con el grupo uruguayo Níquel permitió un trámite rápido, y el final feliz puso a los Redondos sobre el escenario, con los equipos de Jorge Nasser, Pablo Faragó y compañía. Tiempo después, Skay Beilinson grabó como guitarrista invitado en “El solitario”, una de las canciones del disco Gargoland, Acto II, de Níquel.