El pianista chino Lang Lang tiene 42 años y es considerado uno de los mejores por buena parte de especialistas y colegas, junto al ruso Daniel Trifonov y el islandés Víkingur Ólafsson, que también tocaron como solistas en Montevideo este año. Además, posiblemente sea el más famoso del mundo.

El concierto que dio el miércoles 4 de setiembre en el Auditorio del Sodre dio cierre a un ciclo excepcional de visitas de pianistas de renombre internacional a Montevideo, en el marco de la temporada 2024 del Centro Cultural de Música.

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Suena “Sehr langsam”, de Robert Schumann. Lang Lang lleva su mano derecha hacia el borde izquierdo del teclado del piano, levanta un brazo y tras unos segundos su mano izquierda pasa sobre la derecha y vuelve al piano. La gestualidad puede ser calculada, pero visualmente refuerza la música que está interpretando, y conmueve.

El concierto –el mismo que llevará a escenarios de América del Norte, Asia y África– había comenzado con “Pavane en fa sostenido menor, Op. 50”, de Fauré, e incluyó una selección de mazurcas y “Polonesa en fa sostenido menor, Op. 44”, de Frédéric Chopin, que Lang Lang acometió con calidad y sensibilidad interpretativa excepcionales.

El auditorio del Sodre estaba lleno (hubo una intensidad de toses superior a la habitual en un concierto de piano, que seguramente desesperó a más de un melómano) y el público aplaudió de pie en varias ocasiones. El artista respondió generosamente con cuatro bises.

En algunos, Lang Lang apostó a mostrar su versatilidad. Ejecutó “Can you feel the love tonight?”, de Elton John y Tim Rice, y luego anunció que tocaría una canción clásica china. Cerró los ojos y comenzó a tocar “Mòlìhuā” (Flor de jazmín). La sonoridad cambió, remitió a su país natal, desde el que había viajado a Montevideo junto a su padre. Su otro destino sudamericano fue San Pablo.

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Lang Lang comenzó a estudiar piano a los tres años, a los cinco dio su primer concierto y ganó su primer concurso. En su juventud obtuvo muchos otros premios, primero en China, luego en otros países, y a los 15 años fue a estudiar a Estados Unidos, donde en 1999, con 17 años, comenzó a ser reconocido y llamado para dar conciertos.

Desde entonces, actuó con varias de las principales orquestas del mundo en las salas de mayor prestigio del circuito, así como en lugares al aire libre, ante miles de personas. Uno de ellos fue el estadio conocido como “El nido de pájaro”, en Pekín, durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos 2008, cuya transmisión fue seguida por una audiencia de más de 1.000 millones de personas.

Afable, participa como invitado en programas televisivos populares. Cuando va a un late night show, les sigue el hilo a los conductores, bromea, hace algunas acrobacias en el piano si hace falta, pero también cuela en horario central fragmentos de obras complejas y menos conocidas por fuera del ámbito de la música académica, como las “Variaciones Goldberg” de Bach.

Puede tocar una mañana en una estación de metro y a la noche en la principal sala de la misma ciudad. A esto le suma un trabajo constante con el objetivo de que jóvenes músicos avancen en su formación. En China son millones los niños y adolescentes que estudian piano teniéndolo como modelo.

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A parte del público y de la crítica de música clásica Lang Lang no les cierra. Les rechina esa imagen más cercana a la de una estrella de rock o pop, les resulta demasiado histriónico, sobreactuado y pomposo, lo que para algunos incide en su música. Pero, a la vez, es uno de los pocos artistas que logran lo que muchas de esas mismas personas saben que falta: nuevo público para un género que atrae mayoritariamente a mayores de 60.

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Por su reconocimiento internacional, que trasciende el ámbito de la música clásica, y por la calidad de lo que brindó en el escenario, el concierto de Lang Lang fue el punto más alto de la temporada 2024 del Centro Cultural de Música, la última programada por María Julia Caamaño, una de las gestoras culturales de mayor relevancia del país, fallecida en noviembre de 2023.

No parece casualidad que una persona tan interesada en la divulgación y formación de nuevos públicos para la música académica como Caamaño –creadora del festival La Escena Vocal, por el que pasaron jóvenes artistas líricos extranjeros con destacada trayectoria posterior– haya logrado incluir a Lang Lang en una temporada que tuvo a los pianistas como protagonistas.