Desde comienzos de octubre, el coro del Taller Uruguayo de Música Popular (TUMP) ofrece nuevas funciones de su espectáculo Circular en la sala Atahualpa del teatro El Galpón, con una selección de temas “que recorre los géneros más representativos del país, como el candombe, la milonga, la canción ciudadana y la murga”.
“Es difícil destacar qué es lo mejor de nuestro repertorio”, dice Martín Cunha, arreglador y director del colectivo musical, en diálogo con la diaria. “Hay algunas canciones que a mí me gustan mucho. Una es ‘Hoy sopa hoy’, de Jorge Lazaroff, que me parece que tiene una puesta en escena muy buena y un arreglo divino. Nos sale muy bien porque la hemos trabajado mucho tiempo”, reconoce.
En el mismo sentido destaca “Viveza”, de Fernando Cabrera: “El arreglo es muy bueno y la puesta en escena también. El espectáculo es 360, o sea que cantamos hacia todos lados”, apunta.
Con una banda integrada por tres percusionistas y un guitarrista, ubicada en el centro del lugar, la puesta musical y teatral –como se puede observar en un breve video subido a sus redes– busca expandirse más allá de los límites tradicionales del dispositivo escénico de origen griego y propone un ritual de comunión con el público. En “Viveza”, la potencia del coro homogéneo, intercalada con el protagonismo de las distintas voces, tonalidades y arreglos, logra un efecto de redimensión sonora e imaginativa: así, “un gato por el pretil”, además de gigante o pequeño, puede cobrar vida de forma amigable o amenazante, también en los gestos y en la actuación de las y los cantantes.
“Nos movemos permanentemente, interpretamos”, agrega el director. “Además, las canciones se conectan con videos grabados por los autores”, entre ellos Raúl Castro y su historia de “Que el letrista no se olvide”.
En 2022 el coro del TUMP cumplió 10 años y lo celebró con un espectáculo de rock and roll. Sobre sus orígenes, Cunha puede hablar con propiedad: “En 2012 yo trabajaba en el taller en otras áreas, y en un momento propuse la idea de armar un coro junto con otro colega, el guitarrista y arreglador Guzmán Escardó. El TUMP tenía muchas clases de percusión, pero el área vocal y coral no estaba contemplada”, relata.
“Arrancamos de a poquito. Al principio éramos nueve y hoy tenemos 37 coreutas”, dice con orgullo, y apunta: “Avanzamos tanto que tuvimos que alquilar un lugar más grande para ensayar”.
Para Cunha, la condición imprescindible para sumarse a un coro como el del TUMP es el compromiso de cada uno de sus integrantes y la participación en todas sus actividades. “Trabajamos mucho no sólo en lo estrictamente musical, también en lo escénico, en lo que transmite el cuerpo y en el mensaje de las canciones”, explica. “Y además está el grupo humano, que es divino y súper diverso, con gente de 60 y pico y gente de 25, en el que todos aprendemos de todos”, señala. Distingue al grupo como una familia, “con hijos, padres y abuelos”.
Circular, por el Coro del TUMP. Jueves 23 y 30 de octubre a las 20.30 en la sala Atahualpa del teatro El Galpón (18 de Julio 1618). Entradas a $ 480 en Redtickets. 2x1 para Comunidad la diaria.