“Si uno puede ir a mis shows sin saber nada de mí, es algo copado”, dice Odd Mami, la artista argentina que este viernes se presenta por primera vez en Uruguay. Cantante, bajista, tatuadora y periodista, Helena Massuco pasó del pop al rock alternativo de forma gradual desde 2019, cuando apareció su single “Break”.

Hoy integra el colectivo Rip Gang, en el que están Dillom, Saramalacara, Broke Carrey, Quentin, K4 y Muerejoven. El sello Bohemian Groove, fundado por algunos miembros del colectivo, es una apuesta constante a lo alternativo, a lo que roza los límites de lo seguro y no entra en el mainstream.

En conversación con la diaria, Odd Mami admite que intenta desprenderse de su primer disco, lanzado en 2022, Mosaicos, aunque sabe que es difícil, y que sin él no hubiese podido avanzar hacia su EP de 2023, Ultra, y su reciente álbum de 2024, donde van los perros.

¿Cómo te acercás al bajo?

A los 15 ya iba a clase. No sé por qué siempre fue un instrumento que me llamó la atención. Yo quería aprender un instrumento cuando era más chica. Había probado la guitarra, pero nunca me llevé muy bien con ella, no terminaba nunca poniéndole las ganas que después le puse al bajo, me costaba conectar. Con el bajo conecté al toque, y fue fácil de aprender para mí, que era chica y no tenía un bajo en mi casa; lo tenía que hacer funcionar sin tener instrumentos en mi casa. Yo iba y practicaba con el que estaba en la clase y después practicaba con una guitarra criolla.

¿Cómo fue la transición en lo que tiene que ver con el bajo y tu conexión con el instrumento en los distintos discos?

Siento que me estoy encontrando un montón. Desde Ultra vengo construyendo y pavimentando este caminito como un sonido un poco más alternativo, como un pop rock alternativo, con momentos shoegaze, con momentos ambient, con momentos de todo. Siento que Mosaicos es un disco muy júnior, está muy lindo producido y se nota mi acercamiento a como yo venía sintiendo la música; Mosaicos también es mi primer acercamiento a cómo es formar un disco.

donde van los perros no es personal, estás creando una historia. ¿Por qué decidiste ir por ahí?

La vida personal que tengo está buena, pero no sé qué tanto puedo meter el dedo en la llaga a ver qué sale. No sé si quiero revisar todas las cosas que me han pasado o indagar tanto, siento que se puede hacer música muy sentida sin la necesidad de exponerse emocionalmente constantemente. Haga lo que haga, siempre hay una parte mía que está hablando, más allá de que esté creando una especie de personaje para escribir. Siento que es sano desconectarme un poco de mí misma para componer desde otro lado; si no, siento que estoy en todo momento regalándome emocionalmente y que cierta protección de mi historia es algo lindo, porque también siento que les estoy dando todo a través de mi dolor, que está bueno, pero también a veces es complicado cantar cosas que te duelen.

No por eso deja de ser menos profundo.

No, obvio, porque para mí todo se resuelve sólo si la persona que está haciendo el disco está poniendo genuino interés en el desarrollo del personaje. Que el disco se sienta solemne y real y que la gente se confunda tanto puede ser por lo mucho que yo me metí en el desarrollo del otro personaje. Es sano también ponerse a plantear un par de emociones que en teoría ese personaje debería sentir y ver de transmutar bien esas emociones de ese personaje y ver cómo las podés canalizar y escribir, y así. Tenés que tener cierta sensibilidad para hacerlo, porque, si no, se traslada un poco erróneamente.

La historia de este disco es simplemente sobre una chica. Yo la había planteado desde un lugar muy joven, creo que en mi imaginación la chica tiene 18, 19 años, se acaba de mudar de un pueblo a la gran ciudad y está ahí testeando las aguas y sintiéndose completamente incómoda. Me han llegado varios mensajes diciéndome que sienten que la música que hago es crucial para el desarrollo de ciertas adolescencias y jóvenes adultos.

Como un coming of age, una historia de crecimiento.

Es que es un disco así, es narrativo, pero lo acerca mucho al cine. Para mí es tipo Ladybird o Little Miss Sunshine, esa onda; tiene sus momentos más pesados, pero no deja de ser el crecimiento. Es un disco en el que no pasa nada malo ni nada bueno, solamente pasan cosas y la protagonista se va adaptando a las cosas que le van pasando, pero no es que se matan o que es todo muy profundo a nivel dolor. Es una situación más mundana la que planteo, es un lugar que me queda muy bien a nivel composición, porque no soy una persona muy dramática en sí, soy bastante tranca.

Es sobre la cotidianidad, lo que pasa en el día a día, un poco va por ahí la idea del disco, ¿no?

Sí. Yo no dramatizo mucho ciertas cosas de mi vida, pero sí vivo el día a día muy profundamente. Voy caminando con auriculares y me quedo mirando una plantita y me compro un cuarto de frutillitas en una verdulería y me las voy comiendo y me pongo a ver la gente en el subte y veo el cielo. Entonces digo, yo siempre fui así, siempre fui como una chica muy del cotidiano, me cuesta hacer algo gigante siendo una persona que está tan enamorada de la cotidianidad. Además, soy de Tauro, entonces me encanta el día a día. Me encanta simplemente estar ahí muy tranquila, los placeres de la vida; las desgracias también en mi vida son las normales. Eso es lo que me suele unir tanto con el mundo de la música: la cotidianidad, y saber reflejarla; al final, es hermoso tener el superpoder de hablar de lo cotidiano, porque es de la única cosa que todos partimos, es vivir todos los días.

Suaves caricias por Odd Mami. Viernes 14 de noviembre a las 20.00 en Sala Rincón (Rincón 732). Entradas desde $ 380 a $ 550 en mientrada.com.uy.