Surgida del semillero Cris Morena, Mariana Lali Espósito entró a los hogares rioplatenses con la telenovela para chicos Rincón de luz (2003), se consagró como el ejemplo del combo actriz-cantante en Casi Ángeles (2007-2010) y rompió con su imagen infantil editando un disco electro-pop de manera independiente (A bailar, 2014). En la década siguiente editó cuatro álbumes, del pop comercial a lo urbano, e incluso exploró una estética BDSM en el homónimo Lali (2023). Ahora, en medio de su enfrentamiento con el presidente Javier Milei, se vuelca al rock con un disco ácido y confrontativo.
Producido por Mauro de Tommaso y Don Barreto, No vayas a atender cuando el demonio llama abre con “Popstar”, un jingle que parodia sus orígenes en el universo Cris Morena y aborda desde el vamos la demonización que padeció por parte del ala libertaria: “Algo habrá hecho otra vez”, canta irónica.
Chicos y chicas quieren rock
En una decisión tan política como estética —incluso con sus baladas y matices poperos—, No vayas a atender… es un álbum de rock. “Lokura” lo deja en claro con un riff clásico y el relato picantón de un amor platónico verídico: el título era el apodo de un barrabrava de Huracán fallecido el último diciembre, que comandaba las calles de Parque Patricios en la infancia de Lali. “Era como Brad Pitt pero en silla de ruedas”, lo recuerda la cantante.
“Plástico” hace lo propio, como un homenaje acelerado al synth pop rockero de Virus, que presenta además el primer sample del disco: la intro de “No me dejan salir” de Charly García se cuela entre versos cantados por un Duki muy alejado de su trap consagratorio. Siguiendo la línea del rock nacional, en “Morir de amor” Lali canta: “Nunca fui fan de los payasos y de la pasta de campeón”, respondiendo al Indio Solari y su pibe de los astilleros, como tirando un beso musical a su novio, el comunicador Pedro Rosemblat, notoriamente ricotero.
Las referencias llegan a su cúspide en “Tu novia II”, con citas propias —desde el título, continuación de “Tu Novia” (2018), a la corrección “creo que esta vez mejor que dos no son tres”, que dialoga con “2 Son 3” (2022)—, y la frutilla del postre: la interpolación de “Y qué”, el clásico de Babasónicos, que suena casi intacto en el estribillo.
En el amor y en la guerra…
El álbum equilibra a una Lali enamorada, que deja en segundo plano la desfachatez del disco anterior para mostrarse romántica; con ser la voz de un movimiento cultural opositor, siguiendo el consejo de su amigo Fito Páez: “Tu campo de batalla siempre será el arte”.
Entre el romance y la lucha, Lali va subiendo la temperatura desde “Morir de amor” y “Mejor que vos”, su ochentosa colaboración con Miranda; hasta llegar a las eróticas “Sexy” y “Pendeja”, las canciones más cercanas a su disco anterior: una con más espíritu de calle Corrientes que Estadio Vélez, la otra una reverencia a Joan Jett.
“No hay héroes” antecede el interludio como una ficha emotiva infaltable en sus álbumes: voz limpia y al centro y emociones a flor de piel, en la pluma de la propia Espósito, BB Azul (co-autora de todos los tracks) y Julieta Venegas.
Si bien la futbolera “No me importa” imprime un tinte político desde el comienzo del álbum, “Sensacional éxito” marca un antes y un después en su dinámica: un préstamo del recurso utilizado por Dillom en Post Mortem con el spot del sello musical Bohemian Groove. Aquí, el interludio la presenta como “La villana inesperada / La mayor delincuente de la que se tenga memoria”.
Desde ahí, el álbum se vuelve más directo. A dos años del tweet que le valió la enemistad con el presidente argentino (“Que peligroso, que triste”, publicado tras la victoria de Milei en las PASO de 2022) y luego de ser objetivo de acusaciones y apodos peyorativos como “Ladri Depósito”, Lali responde con “Fanático” —primer corte del disco— y “33” donde canta junto a Dillom: “Si muero, muero en la mía”, haciendo eco al juego de palabras popularizado por el artista urbano “El día que muera, moriré en mi ley”.
Con “Perdedor” también se pronuncia. En el videoclip larga duración que acompaña al álbum, la balada es protagonizada por la artista y activista trans Susy Shock, y la decisión de invitarla cobra peso tras los ataques directos de Milei contra la comunidad LGBT+.
No vayas a atender… concluye con “Fin de transmisión”, un homenaje al cierre de programación en la televisión de los tempranos 2000 que la vio nacer. Así, Lali se embarca en un nuevo camino, sin renegar de los pasos que la trajeron hasta aquí, dispuesta a hacerle frente a la crítica, al presidente y al mismísimo demonio si se atreviera a tocar su puerta. Ahora tocará defender el disco en vivo, acompañada de una tradicional banda de rock, primero con dos shows agotados en el Estadio Vélez y luego en una gira internacional que llegará a Montevideo el 28 de junio.
No vayas a atender cuando el demonio llama, de Lali Espósito. Sony Music, 2025. En plataformas.