Cuando el trío formado por el matrimonio Ira Kaplan-Georgia Hubley y el bajista James McNew vuelva a Montevideo el 4 de noviembre, será un hecho artístico excepcional. No solo porque marcará el cuarto recital en Montevideo de los legendarios Yo La Tengo, sino porque se trata de la llegada de una banda que sigue produciendo material original tras más de cuatro décadas de respetabilísima e influyente carrera dentro del rock independiente.
Provenientes de Hoboken, la localidad de Nueva Jersey vecina, y a la vez distante, de Nueva York, los Yo La Tengo forman parte de un circuito que tuvo su momento de mayor exposición en la década de 1990, pero a diferencia de otras bandas de esa camada, como Pavement o Sonic Youth (por nombrar dos que también pasaron por Montevideo), el trío sigue unido y creando de forma continua hasta el día de hoy.
Por ejemplo, su último disco con material nuevo, This Stupid World, apareció hace menos de dos años y es una buena muestra de su amplitud de recursos. Hay rock guitarrero furioso (la canción que da título al disco) y también arrullador (“Fallout”), hay temas que rozan el ambient (“Miles away”), baladas acústicas (“Aselestine”) y pulsos maquinales Made In Germany (“Sinatra Breakdown”). Ruido y calma, psicodelia y folk, y las propias voces de Hubley y Kaplan transicionan sin asperezas en el album de la misma forma que lo han hecho la largo de una discografía que se remonta a 1986, con Ride the Tiger, y que llega a este año, con la edición del Ep Old Joy, para el que regrabaron la banda de sonido que compusieron para la película del mismo nombre (Kelly Richardt, 2006).
La formación más frecuente de la banda tiene a Kaplan como guitarrista y a Hubley como baterista, pero en vivo suelen intercambiar instrumentos o pasarse al teclado. La pareja es el núcleo de Yo La tengo y en, en su anterior visita, explicaban a la diaria su dinámica interna: "Muchas de mis canciones son como estar hablando con Georgia, y creo que es una decisión de composición: en lugar de estar proclamándole algo al mundo entero, hablarle a una persona en particular. En mi caso es probablemente a Georgia, pero creo que una canción le habla sólo a una persona en lugar de hablar con todos. Es hablar con la audiencia, pero de a una persona por vez. De cualquier manera, no creo que solucionemos nuestros problemas en las canciones, es más bien una estrategia de composición”.
En Uruguay, uno de los discos de Yo La Tengo que circuló más tempranamente fue Fakebook, de 1990, que seducía con su peculiar mezcla de melodías novedosas y rescates de estilos tradicionales. El disco tenía 11 versiones y cinco temas originales, pero la autoría pasaba a un segundo grado debido a la amalgama sonora que unificaba todo el álbum. Painful, de 1993, significó el ingreso de McNew como músico estable, y es para Kaplan el verdadero “año cero” de la banda.
Cuando el grupo llegó a la Sala Zitarrosa en el invierno 2001 –los locales Pompas fueron sus teloneros-, encontró las instalaciones colmadas y un público que los aguardaba con expectativa, al que complacieron con varios bises y temas exprés. Retornarían a Montevideo en 2010 y 2014 para reencontrarse con una audiencia creciente en número y devoción.
Esa relación afectiva tendrá un nuevo hito dentro de unos meses, cuando se produzca la llegada de Yo La Tengo a la Sala del Museo del Carnaval. La otra buena noticia es que ya se abrió la promoción para suscriptores de la diaria.
Yo La Tengo Martes 4 de noviembre a las 21.00 en la Sala del Museo del Carnaval (Maciel y Rambla Portuaria). Entradas $ 1490 en RedTickets. 2 x 1 para la diaria