Poco de esta aventura hubiera imaginado Alejandro Balbis en 2002, cuando compuso “El gran pez”. En plena crisis económica regional y envuelto en un remolino de pérdidas familiares, pescó los primeros versos del que sería el primer hit de su carrera. Hoy, casi 23 años después, se embarca rumbo a las profundidades del mar uruguayo en busca de otro.

El arte a veces se torna refugio o, al menos, nos presenta otras perspectivas en los momentos más oscuros. Fue lo que le pasó a Balbis con la película de Tim Burton, que inspiró la letra y la música de una canción que afloró en una sola noche.

Hace ocho años, el artista se mudó con su familia cerca del mar. Estableció su hogar en Punta Ballena, en el departamento de Maldonado, y viaja esporádicamente por sus actividades laborales en la capital. Pero también en la península creó un nuevo círculo de relaciones afectivas, muchas veces propiciadas por sus propios hijos.

De esa manera conoció al biólogo Álvar Carranza, el padre de Simona y Mateo, que compartían amistad con los hijos de Alejandro. “Lo que él nunca me dijo es que era un biólogo muy importante”, aclara Balbis ahora.

De ese intercambió surgió que el científico estaba inscripto en el programa del Schmidt Ocean Institute que promueve la exploración submarina en distintos países, y Balbis quedó fascinado con el relato. Por intermedio de Carranza, tomó conocimiento de un subprograma denominado Artistas en el mar, para el que la expedición invita a distintos creadores de los países involucrados a que desarrollen sus actividades en tiempo real en la embarcación. “Antes de que terminara de contarme, ya había aceptado inscribirme”, cuenta Balbis.

A lo largo de los años se han subido al buque Falkor artistas plásticos, ceramistas, pintores y músicos. Balbis será el primer uruguayo que se embarque con el fin de crear arte. Para hacer música, buscará inspirarse en seres que viven a 4.500 metros de profundidad.

“Hay protocolos muy estrictos de navegación. El barco tiene ocho laboratorios y un submarino que capta esas imágenes increíbles de última generación en 4K. Sobre esa base, yo voy a componer música. Voy a tener un equipo en tierra liderado por Nahuel Bentancur, con el que estaré intercambiando archivos de composición, y de ese ida y vuelta en tiempo real, vamos a ver qué sucede”, adelanta el músico.

Vinculado al género murguero desde hace décadas, Balbis aspira también a cantar con los 70 miembros de la tripulación y, quizás, convertirlos en parte de la banda sonora de esta motivadora experiencia.

Como si se tratara de un viaje espacial, los lugares en el buque son rigurosamente limitados. “Todo lo que lleves tiene que ser estrictamente lo que necesites, porque un encendedor hace la diferencia”, señala el músico, que subirá a la expedición con una guitarra, un celular y un grabador de audio Tascam portátil. Como gran parte de la tripulación uruguaya, no prescindirá del mate y el termo, y llevará un paquete de yerba que racionará durante 15 días.

“Hay un montón de seres ahí abajo muy inspiradores. Ya nomás observar la estrella de mar que parece que tiene puesto un ‘shortcito’, como Patricio, la estrella de Bob Esponja, será increíble. No hay ficción que supere esas cosas maravillosas”, especula.

El 22 de agosto zarpará al mar uruguayo la primera tripulación que tendrá su recambio en alta mar el 5 de setiembre. Allí subirá Alejandro Balbis, que compartirá con la comunidad científica hasta el 19 de ese mes, cuando la expedición regresará al puerto de Montevideo.

En paralelo, desde julio Alejandro Balbis prepara su regreso al carnaval con la murga Falta y Resto. Tiene la mejor excusa para ausentarse un par de semanas a los ensayos: puede decir que se sumergirá en alta mar, en busca del verdadero gran pez.