Este lunes se conoció la noticia de la muerte del periodista, crítico teatral y crítico cinematográfico Yamandú Marichal, de prolongada actividad en los medios y creador del Premio Florencio, máximo galardón del teatro uruguayo.

Estudiante de derecho, su acercamiento a la crítica cultural comenzó con una reseña, publicada en una revista universitaria, de Esta noche se recita improvisando, de Luigi Pirandello, representada por la Comedia Nacional. Por esos años trabó amistad con el también crítico Jorge Abbondanza, y con el tiempo se desempeñó en periódicos como El Día, BP Color, las radios Sarandí, CX30 y Carve, y también fue prolongada su presencia en las pantallas de Canal 10, donde su altura y su dicción clara lo convirtieron en una figura reconocible y popular.

A fines de la década de 1950 se integró al Círculo de la Crítica (antecesor de la actual Asociación de Críticos Teatrales del Uruguay, ACTU), que integraban Ángel Rama y Emir Rodríguez Monegal, entre otros intelectuales de la Generación del 1945. Como parte de su renovación, propuso la creación de unos premios anuales, que se transformaron en una referencia para la actividad teatral uruguaya.

En 1962 tendría lugar la primera ceremonia. La estatuilla, diseñada por el escultor Eduardo Yepes, se convirtió en un símbolo del certamen y, por extensión, del teatro nacional. Durante la dictadura, la entrega fue prohibida, pero Marichal logró reactivarla en 1980 con apoyo de la Unesco y la Asociación Internacional de Críticos Teatrales.

Entre otras cosas, Marichal escribió el reglamento de los Premios Florencio, que, con modificaciones, se mantiene hasta hoy. “La primera vez que dimos el Florencio, las categorías premiaban al espectáculo, la dirección, actriz y actor protagónicos, escenógrafo y autor nacional; eran pocas categorías. La primera ganadora fue Estela Medina; es de las pocas que vive todavía de esos años. Estela, que ganó como actriz, y yo somos de los pocos que quedamos de aquel momento. Ella estaba en la Comedia. Eduardo Schinca fue uno de los primeros premiados también. Y de ahí para adelante seguimos sumando categorías. Cuando empezamos eran siete u ocho rubros y ahora son 28. Se sumaron rubros técnicos, teatro alternativo, del interior, espectáculos unipersonales”, decía a la diaria en 2022, cuando se cumplieron 60 años de los premios”.

Además de su rol en la crítica teatral, Marichal se mantuvo siempre vinculado a la docencia y al periodismo. “Yo puedo comer de lo que sea, pero vivir vivo solamente del periodismo. Mi vida es el periodismo. Puedo ser limpiavidrios —todos los trabajos son dignos—, pero lo que me va a dar vida es el periodismo”, decía a la diaria en una entrevista de 2012, en ocasión de los 50 años de los Florencio.

En la década de 2010 donó su archivo personal, que comprende material del año 1952 en adelante, al Departamento de Teoría y Metodología de la Investigación Literaria de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Udelar).

Marichal estuvo activo hasta los últimos años y era común verlo en cafés y salas, donde era palpable el afecto que recibía de colegas, amigos y del público en general, que reconocía inmediatamente su estampa.