Con un marcador de 79-76, Malvín le ganó a Aguada la quinta final de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB). El jugador determinante en el ganador fue Dominic McGuire. El extranjero metió 17 puntos para Malvín, muchos de ellos en momentos en que eran necesarios para edificar el triunfo. El goleador del encuentro fue el estadounidense Jeremis Smith, que anotó 22 tantos para el perdedor.

La cosa es clarita: si Malvín gana el jueves, en la sexta final, será campeón de la LUB. Si, en cambio, el vencedor es Aguada y van a un decisivo séptimo partido, imaginemos la semana que viene un Palacio Peñarol pletórico para saber cuál es el mejor de la temporada.

Análisis

El primer cuarto fue gol a gol. Ambos equipos se caracterizaron, más que nada, por pagarse punto con punto. No es que hayan descuidado las defensas, sino que priorizaron los ataques; estrategia pura. De todas formas, el trámite siempre fue muy parejo. Primero Malvín estuvo más fino y logró ponerse cinco o seis puntos adelante –con buen goleo repartido–, pero después Aguada ajustó atrás y logró acercarse y apretar el marcador. Que en cinco ocasiones hayan alternado en ponerse arriba en el marcador es un dato que muestra a las claras la paridad. Terminó 18-17, favorable a Malvín.

De pique, en el segundo cuarto hubo una ráfaga de 7-0 y el playero se puso ocho arriba, 25-17. Fue la máxima diferencia en ese período (situación que después se repitió 37-29). Esta demostración matemática sirve para ilustrar que la diferencia final de este cuarto se debió a los puntos iniciales. Después, en el medio, Marcel Souberbielle, en Malvín, y Smith, en Aguada, llevaron la voz cantante en las conversiones. El final fue 38-33 para el playero.

En el inicio del tercer cuarto se le complicó el poste bajo a Malvín. Tanto Hátila Passos como Harper Kamp hicieron la cuarta falta. Sin ellos, la tabla del playero no fue lo mismo. Sin embargo, mitad porque Aguada no explotó el juego interior y mitad porque Malvín fue muy solidario en la zona defensiva, y eso le permitió ganar rebotes y sacar contragolpes. En resumen, lo que pareció que era en favor del aguatero terminó siendo un diferencial para los de Pablo López que, efectivos en ataque y con gran incidencia de Dominic McGuire, llegaron a sacar diez de distancia (55-45).

El partido estaba más que abierto cuando entraron a los últimos diez minutos con un marcador de 57-51, en el que Malvín estaba arriba. Parejo, gol a gol –situación que favorecía a Malvín, lógicamente–, se fue consumiendo el tiempo sin que se afectara la diferencia. Hasta que hubo un minuto determinante: triple de Souberbielle en un aro, quinta falta de Smith en el otro. Y sin Smith –más Feeley, que también se fue por faltas al rato–, a Aguada no le quedó otra que pelear el partido con los nacionales. Y bien que lo hizo, porque llegó a estar un punto abajo y con la bola a favor. Pero no supo decidir, erró el tiro, y en la lucha por el rebote se cargó de faltas que le dieron, libres mediante, el punto a Malvín.