El grupo H del Mundial de Rusia 2018 era el último que quedaba por disputar sus partidos. Ayer se abrió con dos victorias, de Japón y Senegal. Sorpresa, que le dicen algunos, pero es fútbol y es Mundial: todo puede pasar.
Los encargados de abrir el grupo fueron Colombia y Japón, en el Mordovia Arena, en la ciudad de Saransk. Cafeteros y nipones se volvieron a ver las caras cuatro años después, tal como pasó en el Mundial de Brasil 2014, pero esta vez la victoria fue para la selección de Japón, 2-1 (hace cuatro años Colombia había goleado 4-1). El triunfo nipón comenzó a cimentarse desde temprano. A los tres minutos, un contragolpe japonés dejó mal parada a la defensa colombiana. Carlos Sánchez paró un remate que tenía destino de gol con la mano –a lo Suárez, pero no tan cerca del arco– y no sólo generó un tiro penal para los japoneses, sino que vio la tarjeta roja. Shinji Kawaga se encargó de marcar el penal, poner 1-0 el partido y darle la ventaja a su selección. Un rato después, Colombia pudo empatarlo mediante un tiro libre que pateó Juan Quintero, luego de una falta inexistente que le cobraron a Radamel Falcao. Si bien se vio que la pelota entró, fue necesario acudir a la Goal Line Technology (GLT) para confirmar el gol cafetero, que con diez futbolistas conseguía el empate. Pero en el segundo tiempo, luego de atacar muchísimo, Japón tuvo su premio y ganó el partido 2-1, con un gol de Yuya Osako a los 73 minutos.
El otro partido del grupo lo jugaron Polonia y Senegal. Los africanos consiguieron la primera victoria para ese continente. Fue 2-1 sobre los europeos, que recibieron dos goles como consecuencia de gruesos errores de la defensa. A los 37 minutos llegó el primer gol, tras un remate de un senegalés que pegó en las piernas del polaco Thiago Cionek, y la pelota fue a parar adentro del arco. A los 60, Mbaye Niang puso el segundo para Senegal y la sorpresa en el Spartak Stadium de Moscú. Sobre el final, a los 86 minutos, Polonia logró el descuento con la anotación de Grzegorz Krychowiak.