A las 12.00 en Moscú, luego de que lo hagan Colombia y Japón, Polonia y Senegal jugarán por el grupo H y cerrarán la jornada inicial de Rusia 2018. Es una buena oportunidad de ver en la cancha a dos cracks: Robert Lewandowski y Sadio Mané. Hagan juego, señores. Hay veces que la historia premia. Tanto Lewandowski como Mané debutarán en un Mundial, pero son casos distintos. Mané tiene 26 años y, si bien esta temporada la rompió en el Liverpool inglés, no ha hecho un gran recorrido en su selección. Lewandowski, por su parte, llega a Rusia como capitán y goleador histórico de su selección, además de ser genio y figura en Bayern Münich.
Polonia tiene un equipo compacto. Lo vimos cuando enfrentó a la selección uruguaya. Por lo general juega con un 4-4-2 tradicional, con dos volantes centrales y dos por fuera. Arriba la referencia es su goleador. A diferencia que en su club, Lewandowski juega con más libertad en la ofensiva polaca, moviéndose por todo el frente de ataque para hacerle el juego a su compañero, Arkadiusz Milik, joven delantero que tuvo una buena temporada en el Napoli italiano. La línea de cuatro final se caracteriza por quedarse en el fondo más que por soltar los laterales.
Senegal tiene una sola participación en mundiales y la conocemos bien de cerca: Corea y Japón 2002. En aquel Mundial jugó Aliou Cissé, hoy director técnico de su país. Su figura es Mané, pero tiene otros buenos jugadores, como Keita Baldé (del Mónaco francés), M’Baye Niang (hoy en el Torino de Italia) o el férreo defensa Kalidou Koulibaly (de Napoli).