Jugando con la mayoría absoluta de los futbolistas que no habían sumado muchos minutos en los dos primeros triunfos (3-1 ante Noruega y 2-0 frente a Honduras) el seleccionado uruguayo sub 20 derrotó por 2-0 a Nueva Zelanda y al culminar con puntaje perfecto fue el primero del grupo C, por lo que su próximo partido, el de octavos de final será el lunes en Lublin a las 12.30 ante uno de los mejores terceros, que terminó siendo Ecuador, el campeón del Sudamericano. Los goles fueron de Darwin Núñez a los 40 minutos y Brian Rodríguez a los 94.
Como suponíamos sucedería, todas las inútiles especulaciones de si convenía salir primero o segundo quedaron de lado o quedaron en el círculo de poder mediático que pretende formularlo como acontecimiento fáctico, y la selección salió a ganar para terminar con puntaje perfecto y ser primero, que es un objetivo tan natural como el de ganar.
Tanto gusto
A pesar de lo novedoso de la formación y de la seguridad de la clasificación anticipada la oncena uruguaya comenzó dominando ampliamente el juego y llegando por fuera, y estuvo ya en los primeros 10 minutos próximo a concretar. Fueron dos jugadas casi idénticas de ataque por banda derecha y llegada con centro que terminaron en la definición de Thomás Chacón. Empezaba a demostrar su pericia el danubiano Emiliano Ancheta, que después sabríamos a confesión de Darwin Núñez estuvo anticipando toda la semana que daría una asistencia de gol. A medida que fue transcurriendo el tiempo el juego de los uruguayos fue superior, adueñándose por completo del trámite del partido. Era solo esperar el gol de Núñez. Y a los 40 minutos llegó. Fue una excelente combinación de Martín Barrios y Emiliano Ancheta por franja derecha, doble pared y centro del danubiano que terminó en la impecable definición de Darwin para poner el 1-0.
Hoy hay que ganar
Criterioso, sin dejar de respetar el modo competencia de élite, tal vez experimentando o reafirmando en acción una fórmula de juego que sin relegar la escuela de marca parece priorizar la búsqueda de la ofensiva a través de la posesión y la certeza de los pases seguros y efectivos, Uruguay afrontó el partido donde las conveniencias de los lobos de Wall Street del fútbol decían que era mejor empatar o perder que ganar. ¿Qué sentido hay en una competencia deportiva de máximo nivel donde se juega para ganar que se maneje en círculos alejados de los deportistas que es mejor jugar para no ganar? Uruguay en el segundo tiempo pudo capitalizar el aprovechamiento de espacios libres en campo de Nueva Zelanda, y estuvo aproximándose tempranamente al segundo gol.
Los oceánicos no cesaron en su esfuerzo por empatar y estuvieron realmente cerca como en aquella profunda entrada de Bell, cuyo remate pasó rozando el caño izquierdo de Franco Israel. Después de pasar ciertas zozobras, en el último contragolpe, Brian Rodríguez que no hacía más de cinco minutos que había entrado corrió media cancha, manejó a toda velocidad el ataque y después de un par de pases definió de zurda, de izquierda a derecha para asegurar la victoria y poner el patrón de tres triunfos por dos goles de diferencia que asegura el puntaje perfecto.
El primer objetivo quedó cumplido a la perfección, ahora con otro sistema de disputa de acuerdo a los emparejamientos que surjan el equipo de Gustavo Ferreyra irá por más, y sin dudas tienen con qué.