Hace una semana pocos hubieran dicho que las Ferrari se llevarían el primer y segundo puesto en el intrincado circuito de Singapur, pero Sebastian Vettel y Charles Leclerc se subieron a los escalones más altos del podio en la carrera de hoy.
Si bien es cierto que el equipo italiano venía de ganar las dos últimas carreras, en Bélgica e Italia, también es cierto que esas eran las pistas que más favorecían a su auto, veloz en las rectas pero difícil de manejar en las curvas lentas. Por eso, la predicción era que en las calles de Singapur se repetiría el escenario de Hungría, donde las Ferrari estuvieron lejísimos de los Mercedes y de los Red Bull.
Sin embargo, en las últimas semanas Ferrari estuvoo trabajando en múltiples reformas en los alerones y el piso de su coche, y los cambios surtieron efecto. El sábado, Leclerc se hizo con la pole position, mientras que Vettel conseguía el tercer lugar, detrás de Lewis Hamilton. Esas fueron las posiciones que mantuvieron en las primeras vueltas de la carrera, hasta que los ingenieros de Vettel decidieron adelantar su parada en boxes, en una maniobra que resultó decisiva para el resultado final.
En el cambio de gomas, Vettel le robó el puesto a su compañero, mientras que el equipo Mercedes apostó a una estrategia equivocada, al retrasar la parada de sus coches contando con estar mejor preparados para un ataque al final de la carrera.
Tras su desastre en Monza, donde no solo perdió control del auto, sino que regresó a la pista como un psicópata desorientado, Vettel estaba en el peor momento de su carrera en Fórmula 1. Hoy demostró que todavía tiene algo del talento que lo hizo cuatricampeón, al ostentar abosoluto control y tranquilidad en los tres relanzamientos que marcaron la segunda mitad de la carrera. El alemán comandó todo el tiempo y parece atravesar con dignidad su momento Cebolla Rodríguez.
Nada contento estaba su compañero Leclerc, que había hecho todo bien hasta su parada en boxes. El joven monegasco quería la victoria y así lo comunicó por la radio, pero finalmente prevaleció el juego de equipo y se mantuvo a distnacia respetuosa de Vettel.
Tercero arribó Max Verstappen, con lo que los Mercedes, que llegaban a Asia como favoritos, quedaron excluidos del podio. Quizás sea demasiado tarde para dar vuelta el campeonato, pero Ferrari demostró que ahora tiene un auto capaz de pelear la punta en toda clase de pistas.