Fue Mick Schumacher, el hijo del heptacampeón Michael Schumacher, el encargado de entregarle una réplica del casco de su padre a Lewis Hamilton. El trofeo indica que el británico acaba de igualar, con su victoria en el Gran Premio del Eifel, el récord de victorias del alemán: 91 primeros puestos.
No fue una carrera sencilla para Hamilton, pero tampoco para cada uno de los competidores, debido al frío clima que hubo durante todo el fin de semana. Para empezar, las pruebas del viernes se suspendieron por la excesiva niebla, lo que obligó a los equipos a encarar el sábado, día de clasificación, con apenas una sesión matinal para obtener datos para la puesta a punto de los coches.
En esas condiciones de falta de información –especialmente– sobre las gomas, que no están diseñadas para correr en temperaturas inferiores a los 10 grados-, fue el finés Valtteri Bottas, y no Hamilton, el que consiguió con buen margen hacerse de la pole position.
El domingo, sin embargo, la suerte cambió. Bottas largó inusualmente bien y se defendió con dignidad de Hamilton, pero a las pocas vueltas fue sorprendido por el británico, que tomó la primera posición para no soltarla. Promediando la carrera, Bottas, ya fuera de ritmo, debió abandonar por una falla técnica.
El neerlandés Max Verstappen fue el único perseguidor, aunque no amenazante, de Lewis Hamilton. Ambos se vieron beneficiados por una parada en boxes “gratis”, ya que el auto de seguridad virtual les permitió una entrada para cambiar gomas ideal, con poca pérdida de tiempo relativa a los demás corredores.
Tras Hamilton y Bottas llegó Daniel Ricciardo, lo que significó el primer y esperado podio para la encarnación actual del equipo Renault. Los aurinegros festejaron lindo, y encaran de la mejor manera su transformación en el equipo Alpine, otra tradicional marca tuerca francesa.
Sergio Pérez (Racing Point), Carlos Sainz (McLaren) y Pierre Gasly ocuparon el cuarto, quinto y sexto puesto. Luego llegó el monegasco Charles Leclerc, que parecería confirmar que Ferrari comenzó, muy discreta pero sostenidamente, a mejorar su rendimiento. Su compañero, Sebastian Vettel, no pudo sumar puntos ante su tribuna, sobre todo debido a un trompo en la entrada de la recta que lo obligó a un cambio de gomas innecesario, que lo relegó y lo colocó entre los pesados pero competitivos Alfa Romeo de Antonio Giovinazzi, que llegó a sumar un punto, y Kimi Räikkönen.
Otro locatario, sin embargo, se convirtió en el héroe de la jornada. Nico Hülkenberg fue llamado de apuro el sábado de mañana para sustituir al canadiense Lance Stroll en Racing Point. El alemán condujo a toda máquina desde Colonia, donde estaba desayunando, hasta Nürburg –son 400 kilómetros, pero en las autobahnen no hay límite de velocidad– y llegó apenas 20 minutos antes de iniciar la sesión de calificación. Apenas pudo familiarizarse con el auto y no pudo pasar de la última posición. En carrera, sin embargo, le agarró la mano y consiguió una remontada notable hasta el octavo puesto.