La FIFA tiene mucho mérito en cuanto a la difusión y promoción mundial del fútbol femenino instaurando la Copa Mundial absoluta desde 1991, la sub 20 desde 2002 y la sub 17 a partir de 2008. De esa forma empujó a las seis confederaciones a realizar sus instancias clasificatorias promoviendo una mayor organización de los organismos dedicados a la promoción del deporte, el fútbol en particular, y un estímulo para miles de muchachas deportistas. Se podría insistir en los efectos de derrame que otorgan las distintas Copas del Mundo FIFA en mejoramiento de la técnica del deporte, en estímulos para su práctica y en logros de avances notorios.
Por todo eso es algo sorprendente y muy condenable la medida que la FIFA tomó, esta semana, “a la luz de la actual pandemia de covid-19”, de cancelar las ediciones de las Copas Mundiales Femeninas sub 20 y sub 17 que correspondían al año 2020 y se iban a disputar, postergaciones mediante, en enero y febrero de 2021, respectivamente.
Por primera vez, el interregno entre una edición y la siguiente será de cuatro años –un plazo extenso y maligno para la disciplina del fútbol femenino a todo nivel– y no de dos como ha sido habitual. Hay una interrogante vigente a plantearse: ¿Qué pasará con los Campeonatos Sudamericanos juveniles?
Al sub 20 sólo le resta por disputar la ronda final ya que la primera fase se disputó en las provincias argentinas de San Juan y San Luis, en marzo pasado, incluidos los últimos partidos ya con la pandemia recién instalada y sin público. El cuadrangular final está planteado, en estos días, para disputarse, insistentemente, en Argentina –aunque su selección no clasificó a esa instancia– y nuestras jugadoras, que conforman un plantel de gran calidad, vienen haciendo una preparación que augura excelentes posibilidades de clasificar en la segunda plaza, repitiendo lo obtenido en la fase inicial, y ganar uno de los dos cupos previstos para la Copa del Mundo ahora dejada sin efecto.
Por su parte, la sede del Sudamericano sub 17 estaba localizada íntegramente en Montevideo. La preparación del plantel uruguayo ya estaba en etapa de culminación, pronto para competir. La AUF le debería recordar a la Conmebol –en forma preventiva– que los Campeonatos Sudamericanos no son sólo clasificatorios sino que son el resumen de un período, un impulso para mejorar una generación y una provechosa medición de calidades con los otros países de la región. ¡Valen por sí mismos!
Por respeto a jugadoras, entrenadores y demás auxiliares, quienes han dedicado a la preparación mucho de su esfuerzo y tiempo, los torneos regionales se deberían jugar aunque no sean clasificatorios para una Copa del Mundo. Un detalle final que no es menor, porque atenta contra la equidad y la igualdad de oportunidades: al mismo tiempo que la FIFA cancela las Copas del Mundo femeninas mantiene sus similares masculinas para mediados de 2021, la de sub 17 en Perú y la de sub 20 en Indonesia. ¿Cómo se explica esto?