Visiblemente emocionado, Lewis Hamilton demoró varios minutos en dejar el asiento de su monoplaza. El primero en acercase a felicitarlo fue su archirrival, el alemán Sebastian Vettel, que también tenía motivos para festejar: había llegado tercero, en su mejor resultado de un año pésimo. Hamilton, en cambio, acababa de llegar a la cima de la historia de la Fórmula 1: con su victoria en la pista de Estambul, logró su séptimo campeonato mundial e igualó a Michael Schumacher como el piloto con más títulos acumulados.
Lo hizo, además, de forma espectacular. La pista turca no parecía adecuada al equipo Mercedes desde las primeras pruebas del viernes. En realidad, era difícil para todos: repavimentada hacía dos semanas, la superficie del trazado todavía despedía aceite, convirtiendo a la pista en un tobogán resbaloso que pocos lograron atravesar indemnes. El sábado, para peor, llovió durante la hora de clasificación, lo que intensificó el caos resbaladizo de la pista, y produjo una grilla insólita: largaba primero el canadiense Lance Stroll, lo que significaba la primera pole position para el equipo Racing Point, mientras que Hamilton partía desde una discretísima sexta posición.
En carrera, sin embargo, la historia fue otra. El campeón fue superando rivales paulatinamente -el que más lo retuvo, y al que en realidad no pudo pasar en pista, fue precisamente Seb Vettel- hizo el cambio de gomas de lluvia total a gomas de pista húmeda en el momento justo, y luego hizo valer la velocidad de su auto y su experiencia con las gomas.
De hecho, en una pista que se secaba, la clave estuvo en el tratamiento de los neumáticos que conocen mejor los pilotos más curtidos. Las gomas intermedias (o de piso húmedo) se van transformando lentamente en gomas de piso seco a medida que desgastan (porque se borran los surcos que expulsan el agua). Los pilotos experientes, como Hamilton, el mexicano Sergio Pérez y el alemán Vettel supieron cómo acompasar la transformación de las gomas con la transformación de la pista.
Fue una lección dura que los veteranos le impartieron a los más jóvenes. Hamilton no solo se impuso al pobre Valtteri Bottas, el hombre que matemáticamente todavía podía disputarle el título y que llegó fuera de los puntos, tras una serie casi interminable de papelones en la pista, sino también al incombustible Max Vestappen, que incurrió en varios trompos y salidas de pista, empalideciendo la clase de conducción en mojado que había dado en Brasil 2016.
Pérez, por su parte, siguió a Stroll a distancia prudente durante casi media carrera. El canadiense largó bien y escapó al previsible caos de la primera curva, pero promediando la carrera debió repetir su parada por gomas nuevas, y fue perdiendo posiciones en pista hasta recalar en la octava posición. Era previsible que el joven canadiense, hijo de Lawrence Stroll, dueño del equipo, no pudiera mantener la muy meritoria primera posición que había obtenido el sábado, pero no que fuera tanta la distancia con su compañero de equipo, que obtuvo el segundo lugar.
El duelo más caliente, de todos modos, fue el de Ferrari. Recordemos que Vettel fue cesado por la scuderia y que los últimos meses viene padeciendo el maltrato del equipo. En Turquía, Mattia Binotto, responsable de su salida y abiertamente despectivo con el cuatricampeón alemán, no estuvo presente en la pista. Coincidentemente, y por primera vez desde julio, en la jabonosa pista de Estambul Vettel se impuso a su compañero Charles Leclerc en clasificación, aunque ambas Ferrari partían desde la mitad de atrás de la grilla.
El domingo, cuando se apagaron las luces, Vettel salió como una flecha hacia la cuarta posición, mientras que Leclerc perdió aún más posiciones. A lo largo de las vueltas, el alemán reguló el paso sin perder lugares, mientras que el monegasco recuperaba posiciones y batía récords de vuelta. En los últimos giros, el Principito rebasó a su compañero, que rodaba tercero, y se aprestó a arrebatarle la segunda posición a Pérez, pero a falta de dos curvas se pasó en un frenaje y fue superado por Vettel, que consiguió así su primer trofeo del año.
Hamilton, Pérez y Vettel completaron así un podio de veteranos felices, que demostraron su lugar en la categoría de cara a un 2021 desafiante. El heptacampeón aún no ha confirmado si sigue en la Fórmula 1 luego de las tres fechas que le restan al campeonato. Pérez todavía no tiene asiento, ya que su lugar será tomado por, precisamente, Seb Vettel. Y Vettel comenzará de cero una vez más, en un equipo que será rebautizado como Aston Martin pero que mantendrá la volatilidad de la familia Stroll. La foto es, entonces, la de un podio histórico.
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