El sábado 5 de diciembre por la mañana, más de 20 mujeres con interés en el deporte se reunieron en el Espacio Feminista Plaza Las Pioneras. El encuentro –que estaba planificado para marzo pero la pandemia lo frenó– fue el primero de la red profesional que trabaja para defender y difundir a la mujer en todos los ámbitos deportivos. Quienes llevan adelante la organización de mujeres son Noelia Díaz, María Noel Palavecino, Marianela Machado, Cecilia Mattos, Paula Pereira, Camila Crespo, Patricia Pujol y Mariana Sequeira. Contaron con el apoyo del Municipio CH, las comisiones de deporte y género de la Intendencia de Montevideo, Cotidiano Mujer, Malas (un colectivo de mujeres que difunden cultura realizada por mujeres), la productora MIJA, que pasó música, y Vaig, que colaboró con los banners.
Entre las deportistas que forman parte de la red están Camila Kirschenbaum, basquetbolista profesional que juega en la liga española; Lola Moreira, regatista que compite en láser radial y es campeona mundial en esa categoría; Victoria Pereyra, jugadora y entrenadora de básquetbol, quien estuvo en equipos de Argentina, Brasil y Chile; Patricia Pita, primera mujer piloto de rally en Uruguay; Tamara García, especialista en judo; y Stefanía Maggiolini, quien jugó diez años en España y actualmente es la asistente técnica de la selección femenina uruguaya sub 17.
También participan profesoras y licenciadas en educación física, entrenadoras, comunicadoras, investigadoras, antropólogas, sociólogas y aficionadas, que aprovecharon esta primera instancia para conocer las distintas realidades de las mujeres en el deporte uruguayo, desde el federado hasta el amateur, partiendo de la base de la enorme brecha que hay en este ámbito en relación con los varones.
La desigualdad como punto de partida
Luego de dar la bienvenida desde la red, comenzó el intercambio. Algunos de los puntos de partida para el debate fueron la desigualdad salarial en todo el mundo y en todos los deportes. Se conoce que en el deporte federado uruguayo, del total de 236.440 deportistas, 32.123 son mujeres, y en el deporte amateur 36,7% de mujeres de entre 14 y 29 años practican deporte o actividad física frente a 56,4% de varones de la misma edad (INJU, 2019).
A nivel mundial, si se suman los salarios de las diez futbolistas mejores pagas, no se llega a los dos millones de euros en su conjunto, lo que equivale a un salario similar al que tienen varios jugadores de fútbol de equipos de primera división (según la revista italiana de fútbol femenino L Football, donde se publicó una lista de las jugadoras mejor pagadas durante 2019). A su vez, sólo Serena Williams se encuentra en la lista de deportistas más ricos de la revista Forbes, la única mujer en una lista de 100 personas. El tenis como ejemplo de trabajo hacia la equiparación de salarios y premios. También se conoce que sólo 5% del espacio de la prensa deportiva se dedica a las mujeres (según un estudio realizado por la Universidad Carlos III de Madrid). El hecho de que los medios de comunicación no les otorguen un lugar representativo a los triunfos dentro del deporte practicado por mujeres impacta directamente en la posibilidad de obtener patrocinios y más dinero.
En este contexto, los roles vinculados a las decisiones importantes dentro del deporte y las políticas del deporte también están masculinizados: el periodismo deportivo, la gestión de entidades y clubes, el arbitraje, los representantes y la integración de equipos técnicos. Entre otras consideraciones que fueron apareciendo a lo largo del debate sobre el lugar de la mujer uruguaya en el deporte, las asistentes pensaron juntas cómo cambiar esta realidad.
El deporte para toda la vida
Cada una aportó su experiencia para dialogar sobre cómo hacerle frente a esta realidad de absoluta desigualdad. Maggiolini destacó que el intercambio sirvió para conocer a la deportista como tal, para saber cómo se siente dentro del deporte que practica. “Nos permitió conocer realidades que algunas no creíamos que seguían sucediendo, compañeras que expresaron seguir recibiendo mensajes y comentarios negativos por practicar su deporte, como el caso de Tamara García, que practica judo; a las que estamos en el fútbol escucharla nos llevó a nuestro pasado, en el que a veces no podíamos participar por estos prejuicios y pensamientos socioculturales que hacían que la deportista mujer quedara afuera. Nosotras pudimos aportarle a ella aspectos que fuimos superando para llegar a que, por ejemplo, hoy día la niña en el fútbol tenga un lugar para hacer un proceso desde la primera infancia. Creemos que eso se fue logrando por haberse dado un crecimiento en el número de jugadoras, es decir, por la participación que hizo posible crear varias categorías y tener la chance de mirar hacia el futuro, en el que esas niñas aportarán desde su lugar”, explicó a Garra.
Por su parte, Tamara García expresó que esos prejuicios no los vive dentro del ambiente del judo, sino con la gente en la calle, que suele tener desconocimiento de los deportes de combate, y en ese intercambio estuvieron de acuerdo en que es fundamental la difusión para incentivar a que más mujeres practiquen judo. Luego del debate, García dio un taller de defensa personal para enseñarles a defenderse de las situaciones de peligro y acoso que las mujeres viven en todos los ámbitos. Entre todas acordaron que sería bueno poder llegar con este tipo de enseñanzas a más mujeres, y de paso difundir el judo, “porque somos muy pocas, cada vez menos, comienzan muchas niñas y cuando se inician en el estudio y el trabajo dejan el deporte”, explicó García, quien además sostuvo que el encuentro le sirvió para “escuchar otros relatos e impulsarnos juntas, abrir la cabeza y así poder entender a las demás. Que algo de lo que cuentan no me haya pasado a mí no significa que no suceda; pasan cosas que una no las ve porque no las vive, y es fundamental conocerlas para enriquecernos y pensar juntas que hay que cambiar y que solas no vamos a poder llegar lejos. Es muy importante la unión entre todas”, finalizó.
En el contexto de incentivar a las niñas a practicar deporte, se destacó la importancia de crear modelos, como ex deportistas que luego siguen su carrera siendo entrenadoras, porque suelen ser líderes para las más jóvenes y consideran que hay que apuntar a que se sientan identificadas con ellas para crear modelos y así fomentar cada vez más la participación de mujeres en el deporte. “Cuantas más participen en cualquier deporte mejor, lo más interesante de conocer las distintas realidades fue mostrar que no todo es tan negativo, que también hay aspectos positivos; se entiende que se necesita generar un buen vínculo en territorios donde todavía sólo están los varones. Es fundamental crear este trabajo en conjunto para poder ganar espacios nosotras y lograr desarrollarnos cada vez más”, sostuvo Maggiolini.
Mismas oportunidades
Además, se hizo énfasis en la pregunta ¿qué tipo de mujer deportista queremos? Las participantes llegaron al acuerdo de que se necesita una deportista que esté “a la altura” para poder competir, y para eso necesitan recursos. “Creemos que la deportista debe poder desarrollarse no solamente en todo lo que refiere a sus capacidades físicas, sino en tener una formación integral, un nivel educativo, acompañado del cuidado personal, de una buena nutrición, el entrenamiento invisible, es decir, hábitos que se deben crear en los deportistas con el objetivo de que no sea sólo el entrar al mercado, sino apuntar a lo deportivo integral. El deporte no sólo da un resultado, da convivencia, trabajo en equipo, valores; necesitamos mujeres que puedan tener eso”, finalizó Maggiolini. También surgió la necesidad de capacitación en temas de género entre colegas.
Por último, disfrutaron de jugar al fútbol tenis y de un taller de Enbiciadas en el que se enseñó mecánica ligera sencilla para solucionar inconvenientes con las bicicletas. También se pudieron apreciar los fotorreportajes de la fotógrafa Natalia Rovira, quien llevó adelante un proyecto para destacar a la mujer en el deporte.
Tejiendo redes
Desde la organización destacaron como positivo el encuentro intergeneracional que se dio, y la diversidad en este contexto. Mujeres que fueron desde distintos lugares con diferentes realidades, “que se han encontrado compitiendo tanto amateur como profesionalmente fuera del país, y otras con cargos de gestión, por ejemplo en la Asociación Uruguaya de Fútbol y en la Intendencia de Montevideo, por lo que fue muy enriquecedor intercambiar distintas lógicas desde diferentes ámbitos”, explicó Pujol. “Lo vivimos con mucha emoción por haber logrado reunir a tantas mujeres interesadas en conversar y discutir sobre cuestiones en el deporte, espacios así son muy necesarios para encontrarnos, más en esta situación de pandemia en la que estuvimos recluidas en los ámbitos domésticos e internos. Ocupar un espacio público fue muy significativo”, agregó.
A futuro la red tiene pensado seguir trabajando desde la cooperación y el interés colectivo, y seguir generando espacios para que otras mujeres se puedan unir y fomentar desde todas las disciplinas el interés por el deporte a través de talleres, encuentros y formaciones para difundir información desde lo académico, pero también desde la experiencia de las protagonistas, siempre con el objetivo de dar difusión y visibilizar la lucha individual de cada mujer en cada deporte. Cada deportista, además de poner sus esfuerzos en su disciplina, debe cargar con la mochila de tener que abrirse el camino para ocupar un espacio que en realidad le corresponde. Esta lucha ahora es colectiva, estando conectadas por el deporte.