Días pasados, la Secretaría Nacional del Deporte (SND), con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) como intermediario, solicitó a los clubes si podían ceder alguna de sus instalaciones para albergar a personas en situación de calle. El pedido del secretario del Deporte, Sebastián Bauzá, se apoyó en la saturación que los refugios podían tener ante la cuarentena por el coronavirus.

La solicitud tuvo eco y la mayoría de los clubes respondió de forma positiva y solidaria. Peñarol fue de los primeros: a comienzos del fin de semana pasado ofreció a la SND el Palacio Peñarol. Nacional se sumó el domingo, luego de que dirigentes tricolores, teleconferencia mediante, decidieron brindar el gimnasio de vóleibol ubicado en la calle Jaime Cibils.

Rentistas, también de los primeros en responder, brindó su sede de la avenida General Flores. En el mismo sentido actuó Defensor Sporting, que puso a la orden las instalaciones de la sede de Jaime Zudáñez. River Plate cedió su complejo en Colón, Fénix ofreció la sede social del club, Wanderers proporcionó la cancha de pelota vasca ubicada en la calle San Fructuoso, mientras que Danubio cederá el gimnasio que se encuentra detrás de la sede social. De los clubes que actúan en Primera División y son del interior, Plaza Colonia reaccionó inmediatamente; los patas blancas cedieron su sede, ubicada en pleno centro de la capital coloniense.

La articulación de las instalaciones cedidas estará a cargo de la AUF y del Ministerio de Desarrollo Social. Ambos organismos decidirán, según las poblaciones afectadas, cuáles serán usadas en primer término. Si bien hay clubes que aún no se han manifestado, es probable que haya más instalaciones a disposición. De todas maneras, con las que ya están a la orden se cubre buena parte del mapa capitalino.

Esta iniciativa está a tono con lo que ya ha pasado en otras partes del mundo. Sin ir más lejos, en Argentina, clubes como Racing, River Plate, Rosario Central, Newellʼs, San Lorenzo, Lanús y Banfield, entre otros, ofrecieron lugares a las autoridades gubernamentales; en Brasil, por su parte, se fue un poco más lejos: el mítico Pacaembú dejará transitoriamente de ser un estadio para convertirse en un hospital con 200 camas infectados por coronavirus.