Si no queda perdido en envase orgánico de huevos de granja, o en basura de ceros y unos, en un par de décadas el desarrollo de este problema podrá ser insumo para posibles tesis, o para iniciar problemas filosóficos o matemáticos.

No es un tema para vender ni para que se transforme en tendencia. Desde el título nomás, que un gerente de noticias deportivas pondría en cuestión, por ausencia de gancho, ya quedaría fuera de concurso en algunas editoriales, portales web, radios y sets de televisión.

Se sabe, en Uruguay, y para los departamentos deportivos de la información, lo que vale es el fútbol, y dentro del fútbol, Nacional o Peñarol, y si su arquero ataja penales o si el nueve abre los brazos.

Pero no. Desde el 13 de marzo del 2020 nos hemos ocupado, con información y manejo de probabilidades, de cómo terminaría la temporada que en aquella fecha, tras los primeros casos epidémicos en Uruguay, se apartó para siempre de la vieja normalidad.

Cruzando datos de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y la Conmebol con un almanaque de la panadería Desidia y Poco Apego, advertimos desde estas páginas que difícilmente se jugaría el Clausura en 2020. Decidido lo básico, que un campeonato que ya comenzó a jugarse con una determinada reglamentación no puede modificarse en su forma de disputa, aunque si se formaliza la actuación del VAR en las últimas fechas será una flagrante violación, y dependiendo de situaciones ajenas, como contagios y determinaciones de autoridades de la salud, se terminó el Apertura y casi logra finalizarse en 2020 el Intermedio.

A las fijaciones de fechas haciendo equilibrio con las de la Libertadores y la Sudamericana, hubo que sumarle otras variables, algunas previsibles, como la de la licencia de los futbolistas, y otras a golpe de balde, como la de las restricciones de espectáculos públicos establecidas como medida urgente por el gobierno, a fines de 2020, y ya en enero la suspensión de etapas por casos positivos de covid-19.

En los primeros días de este año, después de la aprobación extraordinaria del régimen de clasificación a las copas internacionales, también cruzamos datos con el almanaque y nos planteamos serias dudas sobre que todo pudiese terminar a tiempo. Nos daba, como seguramente sucederá, lo que absolutamente nadie pensaba: que el Clausura iba a estar jugándose hasta el último fin de semana de marzo.

Las cinco fechas que quedan se deberán jugar en los próximos cuatro fines de semana y se deberá utilizar el único miércoles o jueves posible, arriba de la participación de Uruguay en la clasificatoria para Catar 2022, en la semana del miércoles 24 y el jueves 25 de marzo.

Si todo sale bien, y no hay suspensiones –Progreso actualmente está con cuatro casos de covid-19–, la undécima etapa se jugará este fin de semana, la duodécima el 13 y el 14, la decimotercera el 20 y el 21 de marzo, la decimocuarta se deberá jugar entre semana, mientras que el 27 y el 28 terminarían el Clausura y la fase regular.

Complicadísimo

Hay que tener en cuenta que los partidos son sin público y la televisación, por lo menos hasta ahora, tiene un techo de tres posibles señales de Tenfield para emitir a la vez.

Si se pudiera cumplir ese plan de competencia, la AUF llegaría a tiempo para comunicar a los cuatro clubes que deberán empezar a jugar la Sudamericana, porque hasta el 31 de marzo se pueden dar los nombres de los equipos que, en dos llaves, jugarán entre ellos desde el 6 de abril, cuando ya el resto de las llaves de otros países estén terminando o terminadas.

Los dos clubes que representen a Uruguay directamente en la fase de grupos de la Libertadores deberán ser nombrados a más tardar el 11 de abril. Entonces, si hay finales además de la semifinal, ya con los dos finalistas, tal vez la AUF deba determinar antes que se dilucide en la cancha quién es Uruguay 1 y quién Uruguay 2 para el sorteo que se hará para los grupos, con todos los nombres develados.

Dos de los ocho lugares para jugar copas ya han sido usados por Wanderers y Liverpool. Quedan dos cupos para la fase de grupos de Libertadores y los cuatro de la Sudamericana, de los cuales ya hay reservados dos por premio deportivo (Rentistas por el título del Apertura y Nacional por el Intermedio), y si se llega a tiempo con el final del Clausura, podrían haber hasta tres.

Aquí comienza el dilema Rentistas. El Renta, campeón del Apertura, deberá jugar uno o hasta tres partidos más, que será o serán los partidos más importantes de su historia.

¿Hasta cuántas definiciones puede haber? El máximo de cantidad de partidos que se pueden jugar después del 28 de marzo son cinco: final del Clausura, final de la Anual, semifinal del Uruguay y dos finales. Si alguno de esos partidos lo deben jugar uno o más clubes que estén jugando la Sudamericana o la tercera fase de Libertadores –es improbable pero matemáticamente posible aún que Wanderers defina el Uruguayo–, el o los partidos sólo se podrían jugar el domingo, y ahí, aunque parezca un error, se podría llegar a dar que la copa de campeón uruguayo recién se levante el último domingo de abril, cuatro días después de que haya comenzado la fase de grupos copera.

También hay otra opción mucho más corta, y es que haya sólo un partido de definición: el de Rentistas contra el que haya ganado el Clausura y la Anual a la vez, y que ese por ahora innominado club –que puede ser Nacional, Torque, Peñarol o Liverpool– gane el partido y se convierta en campeón uruguayo.

¿Y ahora qué hago?

Debe haber pasado más de dos veces, pero en las últimas décadas del siglo XX hubo dos hechos significativos antecedentes de lo que Garra ha denominado el dilema Rentistas.

En 1984 Central Español, después de haber consumado hasta ahora la mayor hazaña al ser campeón uruguayo viniendo de la B, se enfrentó a una situación muy incómoda para jugar la Libertadores, que hasta ese entonces nunca había jugado: debía perder para debutar en la copa, directamente en los grupos. El partido era con Peñarol, y Central, su técnico y sus jugadores lo resolvieron éticamente, jugaron para ganar, empataron, y al final quedaron fuera de la copa.

El otro, más conocido pero más desviado porque implicaba a un tercero, fue el penúltimo partido del Clausura de 1997 entre Nacional y Defensor. Los tricolores eran campeones del Apertura, Defensor lo sería del Clausura, y si sumaban esos tres puntos también lo serían de la Anual, dejando fuera de toda chance de ganar el quinquenio a Peñarol.

Los tricolores jugaron con suplentes entre los que estaba Juan Ramón Carrasco, y JR le dio el triunfo a Nacional, por lo que después Defensor perdió la Anual a manos de Peñarol, al final campeón uruguayo 1997.

He aquí el dilema de Rentistas. Como campeón del Apertura ya tiene derecho a jugar la Sudamericana, pero por la misma razón también a definir el Campeonato Uruguayo, e incluso a ser campeón o vice del mayor torneo de clubes del país.

Si Rentistas acepta jugar la Sudamericana el 28 de marzo, estará resignando jugar la Libertadores 2021, a la que podría clasificar solamente ganando, hasta por penales, la semifinal.

Le puede pasar que siga apostando a la Libertadores, que no dé el sí el 28 de marzo y que el 31 de marzo pierda la semifinal, y quede fuera de todo.

Última situación del dilema Rentistas: acepta jugar la Sudamericana, y mientras define la semifinal y posibles finales, va jugando a dos bandas, un miércoles Sudamericana, un domingo semifinal, otro miércoles la revancha copera y al otro domingo las finales. ¿Saben lo que pasa si el Renta termina como Uruguay 1 o Uruguay 2, pero ya está jugando la Sudamericana? Tiene un vale para 2022, pero sólo si entra entre los ocho primeros de la próxima temporada. Complejo.

El dilema Rentistas, aunque con menos complejidad, es trasladable a Torque y Peñarol, para el caso de que el 31 de marzo no haya terminado el Clausura, o uno de ellos o ambos deban jugar una final del torneo. Lo mismo le podría suceder a Nacional, aunque es más difícil proyectar que pueda perder 9 de los últimos 15 puntos.

La ley

El documento de la Mesa Ejecutiva fechado el 5 de febrero del 2021 establece:

“El CA Rentistas (Campeón Torneo Apertura) y el eventual Campeón del Torneo Clausura por aplicación del art. 6 del Régimen Temporadas Oficiales de AUF vigente, tienen derecho al cupo Nº 2 en la Copa Conmebol Sudamericana, siempre y cuando no resulten Campeón o Vice-Campeón de la Copa Uruguaya (art. 10º literal E Régimen vigente).

Ningún Club puede ocupar dos cupos internacionales en forma simultánea.

En caso de que el Club Rentistas opte por alguno de los cupos correspondientes a la Copa Libertadores Uruguay 3 o 4 (por posición en Tabla Anual) en forma previa a la fecha de comunicación a Conmebol de que clubes participarán en la Copa Sudamericana 2021, caducará su derecho a participar como Uruguay 2 en el referido Torneo.

El campeón del Torneo Intermedio por aplicación del art. 10º lit. D) del Régimen Temporadas Oficiales de AUF vigente tiene asignado el cupo Nº 1 de la Copa Conmebol Sudamericana, salvo que opte por algún cupo de la Libertadores. De verificarse tal circunstancia, su lugar en la Copa Sudamericana será asignado conforme el presente régimen clasificatorio.

En el caso que el CA Rentistas (Campeón Torneo Apertura 2020) y/o el Campeón del Torneo Intermedio 2020 opten por no disputar la Copa Sudamericana edición 2021 y no obtuvieran los cupos 1 y/o 2 a edición de la Copa Libertadores 2021, tendrán derecho a ocupar el cupo en la Sudamericana edición 2022, obtenido en la temporada 2020 y que no fuera usufructuado, siempre y cuando cumplan con la normativa Conmebol respecto a Licencias Profesionales y Manuales de Competición. Si el CA Rentistas opta por disputar la Copa Sudamericana 2021, y posteriormente disputa la semifinal del Campeonato Uruguayo 2020 y la gana, obtiene un cupo para la edición de la Copa Libertadores 2022, siempre y cuando dicho club obtenga en la temporada que se dispute la Copa Uruguaya 2021 la clasificación deportiva a las Copas Internacionales”.

Qué dilema.