Cancelada la edición 2020 debido a la pandemia, el futsal internacional vuelve al ruedo este fin de semana y hasta el 22 de mayo en la ciudad de Florida. El 10 de Julio recibirá la 18ª Copa Libertadores de América, siendo este el primer torneo oficial Conmebol del 2021 en la disciplina. 12 equipos divididos en tres series serán protagonistas del torneo, dos de ellos de Uruguay por ser el país organizador. Peñarol y Nacional, campeón y vicecampeón de la temporada 2019, se medirán con los mejores de América del Sur en una competencia que crece en nivel y competitividad año a año. Los planteles del carbonero y el tricolor vienen trabajando hace aproximadamente un mes tras la autorización especial que otorgaron la Secretaría Nacional del Deporte y el Ministerio de Salud Pública para prepararse para la competencia. Peñarol centralizó sus entrenamientos en el gimnasio de la plaza 11 del Cerro, mientras que Nacional hizo los aprontes en su polideportivo de La Blanqueada.
Los que vienen
Desde el 27 de abril se conoce la distribución de los grupos de la copa tras el sorteo realizado en Asunción. La serie A está integrada por Carlos Barbosa de Brasil, Universitario de Deportes de Perú, San Lorenzo de Argentina y Sportivo Bocca de Ecuador. El grupo B lo encabeza Peñarol; sus rivales serán Corinthians de Brasil, Delta Te Quiero de Venezuela y Proyecto Latín de Bolivia. Nacional integra la zona C, donde se tendrá que enfrentar a Cerro Porteño de Paraguay, Alianza Platanera de Colombia y Universidad de Chile. Los dos mejores equipos de cada grupo avanzan a cuartos de final, así como los dos mejores terceros. Luego serán partidos de eliminación directa, a partir del miércoles 19, hasta la final del sábado 22. En la fase de grupos, los tres primeros días, la jornada se hará extensa ya que los partidos se disputarán desde las 10.00 hasta las 21.30, hora de finalización del último encuentro.
Los de acá
Con el parate obligado por la situación sanitaria, los grandes de nuestro país no juegan oficialmente desde principio de diciembre, cuando se cortó el Campeonato Uruguayo en la puerta de los playoffs. De todos modos, esta inactividad afectará a la mayoría de los equipos que competirán en la copa –de hecho, en algunos países ni siquiera hubo liga local en la temporada pasada–. En cuanto a la conformación de los planteles, el que ha hecho una gran apuesta para la Libertadores es Peñarol. El equipo carbonero, vigente campeón y que venía a muy buen paso en 2020, cambió de director técnico este año y trajo desde Argentina a Hernán Basile, un entrenador joven pero ya con prestigio y títulos sobre sus espaldas. No sólo eso, además de contar con un buen número de jugadores de la selección nacional, como Maximiliano Navarro, Agustín Sosa, Juan Custodio y el arquero Mathías Fernández, los aurinegros sumaron a dos hombres de trayectoria que retornaron al país desde la vecina orilla: Richard Mascota Catardo e Ignacio Salgués. Estos fichajes ampliaron la base de un plantel que de por sí contaba con talento y variantes, en el que no podemos dejar de mencionar al goleador histórico Nicolás Ordoqui ni a otro de los pivots, Nicolás Martínez, una de las grandes promesas del futsal uruguayo.
“Esperamos lograr ser un equipo competitivo y estar a la altura. Lo primero es pasar la serie. Sabemos que la competencia y exigencia que tenemos en una copa es mucho mayor que la que estamos acostumbrados por nuestra liga”, señaló Catardo, quien volverá a ponerse la casaca mirasol tras siete temporadas. Para el jugador internacional la expectativa es alcanzar las semifinales, “algo que hace mucho que un equipo uruguayo no logra”. Sabe que es un objetivo difícil: “Somos un equipo en formación, con muchos cambios en poco tiempo”, recordó. La preparación fue corta, debido a la pandemia, pero la confianza está y “pese al poco tiempo entrenamos de buena manera y vamos a ser un equipo duro”, afirmó. Además, Catardo se refirió a la novedad de contar con un argentino en la dirección técnica: “La llegada de Hernán nos da un salto en todo sentido, la exigencia en cada entrenamiento nos hace crecer mucho como equipo. Se va a ver un Peñarol que no sólo se va a defender: vamos a buscar ser protagonistas, proponer y jugar de igual a igual cada partido”.
Nacional también tiene lo suyo. Un equipo que desde hace siete años es dirigido por Aníbal Roba y que mantiene la base del bicampeonato 2017-2018. Entre sus figuras se destacan el último goleador de la Libertadores, el Chato Joaquín Varietti, así como también Gabriel Palleiro, Sebastián Noy y Yhordi Segui. En el arco cuentan con un par de enormes goleros: Emiliano Café Sotelo y Christian Gaitán, ambos con experiencia en la selección. Para esta copa la única incorporación fue la vuelta de Rafael Ramos desde Urupan. Así conforman un equipo competitivo, que tiene un estilo muy definido y que en la pasada edición del torneo avanzó a cuartos de final y culminó en la octava posición. Varietti también se refirió a la preparación: “Podríamos llegar mucho mejor, pero dadas las circunstancias, vamos a llegar con cuatro semanas de entrenamientos. Hay que agradecer que se puede jugar. Daremos pelea. Nos conocemos y sabemos qué rol cumple cada uno en el equipo tanto dentro como fuera de la cancha”.
El pivot tricolor opinó que es un torneo parejo y analizó el grupo que le tocó en suerte a Nacional: “El nivel internacional no es fácil para los clubes de Uruguay. Sabemos que Cerro Porteño ha peleado finales en los últimos años, creemos que será el rival más difícil. Con Alianza Platanera tendremos una revancha de 2019, cuando quedamos eliminados con ellos. Al equipo chileno también lo conocemos: tiene la base de la selección y no va a ser fácil, es un rival directo. Intentaremos meternos en cuartos de final y dar pelea como lo ha hecho Nacional en las ediciones pasadas”. En la última Libertadores, que se jugó en Buenos Aires, el tricolor culminó en la octava posición.
Quieren copa
Un rápido repaso por el historial de la competición nos da la clara señal de que los brasileños son los amplios favoritos para llevarse el título. En sólo una de las 18 ediciones la copa no se la llevó un equipo de aquel país: fue cuando ganó Cerro Porteño, en 2015. En esta ocasión son dos los representantes de Brasil. Carlos Barbosa, actual tricampeón, irá por su séptima estrella a nivel continental, mientras que Corinthians asoma como gran candidato debido a su presente y a las individualidades del plantel. Por cómo quedó determinada la división de grupos y el fixture, se podría dar un choque en la final del torneo entre gaúchos y paulistas. El otro que aspira a subir a lo más alto, por antecedentes y figuras, es Cerro Porteño. Los paraguayos se han colado en la definición en los últimos años y tienen credenciales probadas para lograr el objetivo. Como enemigos, si habláramos en términos turfísticos, aparecen los venezolanos de Delta Te Quiero. Este equipo se reforzó con varios hombres de la selección vinotinto, clasificada al Mundial en las últimas eliminatorias, y puede ser el que dé la sorpresa en base a jugadores de mucha habilidad y explosión. En ese contexto intentarán asomar la cabeza los conjuntos uruguayos. San Lorenzo de Almagro también merece mención, clasificado por la altamente competitiva liga argentina, que es la actual campeona del mundo; también los colombianos de Alianza Platanera, que si bien no vendrán con todo su poderío por temas económicos, fueron semifinalistas en la pasada edición y siempre dan que hablar.
En cuanto a la historia de los uruguayos en el torneo, los números no han sido buenos y sólo en un par de ocasiones representantes de nuestro país han llegado a semifinales. Para referirnos a esto hay que hacer una aclaración: desde 2016 el formato cambió y se unificó, con los clubes de todo el continente compitiendo una semana por llegar a lo más alto. Antes se jugaban dos torneos –Zona Sur y Zona Norte– con dos equipos clasificados por país, debido a cuestiones económicas y geográficas. Con ese formato Nacional en 2003 logró el título del Sur en Arica, Chile, en una competencia en la que los paraguayos se bajaron a último momento y los brasileños jugaron en la otra zona. Luego, en las finales frente a Carlos Barbosa, el conjunto tricolor fue superado. En 2005 en Paraguay, Malvín tuvo también una gran participación y llegó a la final. Sin equipos brasileños nuevamente en esa edición, el elenco playero dirigido por Jorge Seré fue vicecampeón al perder el partido decisivo ante Universidad Autónoma de Asunción. Desde entonces nunca más un club uruguayo pudo clasificarse entre los cuatro mejores.
Fuera, bicho
Supeditada a los protocolos de la Conmebol y del Ministerio de Salud Pública –algo más exigentes que con otros deportes–, la competencia será prácticamente una isla en el gimnasio municipal floridense. Sin público debido a las restricciones por la pandemia, las alternativas del torneo se podrán seguir por televisión y por streaming. También un par de radios locales, CW33 Radio Florida y 89.3 FM Florida, anunciaron transmisiones de los partidos. Las delegaciones de los equipos participantes se alojarán en Montevideo, por un tema de cumplimiento con la capacidad hotelera y de requisitos de la confederación. Los integrantes serán hisopados al llegar el jueves, manteniéndose todas las delegaciones –incluidos equipo arbitral y staff– en sistema de burbuja. El test de coronavirus se repetirá cada cuatro días hasta la finalización del evento. Para realizar sus entrenamientos los equipos tendrán a disposición el polideportivo de Paso Carrasco, un gimnasio que fue inaugurado hace casi un año por la Comuna Canaria pero que prácticamente no ha tenido actividad.