Liverpool ganó en su casa y se afirma arriba. Esta vez lo hizo por un ajustado 3-2 sobre Boston River, lo que es lo mismo que decir que los negriazules, uno de los mejores equipos del año, le ganaron a otro de los que están arriba desde hace rato. Los goles de Liverpool fueron de Alan Medina en dos oportunidades y Fabricio Díaz; en Boston, que siempre la corrió de atrás, marcaron Cristian Olivera y Rodrigo Viega.
En la previa pintaba para partidazo el de Belvedere y, a juzgar por la cantidad de goles, lo fue. Pero no fue sólo por eso -si no estaríamos comentando desde un punto de vista bastante exitista-. Liverpool y Boston River demostraron con juego, dinámicos tanto en defensa como en ataque, profundos con la pelota, directos en ataque, como si ambos desarrollaran al pie de la letra los mandatos que profesan sus entrenadores. Así da gusto el fútbol uruguayo.
1. Qué figuras
Lo de Alan Medina no será nuevo, pero es destacable. El de Liverpool metió dos goles y fue la figura del partido. Por las conquistas, claro, que fueron los parciales 1-0 y 2-1, pero también por cómo funcionó en la tarea de mediapunta cuando las jugadas pedían ser directas y atacar, lo hizo -vale ver el primer gol, por ejemplo-; pero a la vez cuando las jugadas pedían que bajara el ritmo o que se diera algún paso más, también Medina supo cómo, cuándo y por qué hacerlo. Es decir, para ser claros, el 10 de Liverpool hizo todo bien.
Lo de Cristian Olivera, en esta etapa, sí es nuevo. El extremo de Boston River está en una especie de resurgir y bienvenida alegría, porque es flor de jugador. Olivera hace un tiempo atrás estuvo a nada de dejar la práctica profesional del fútbol, producto de una profunda depresión. Pidió ayuda, tuvo ayuda, se recuperó, hoy es titular y desnivelante en el equipo sastre. Y está bien: el fútbol uruguayo no se podía dar la chance de perderse a un futbolista como él. Olivera, entre tanta cosa que hizo bien en Belvedere, convirtió el gol del empate cuando promediaba el primer tiempo.
2. Bien arriba
Fabricio Díaz también fue clave, además de haber metido el 3-1 para los negros. El capitán copó la mitad de la cancha junto a Santiago Romero y fueron, por momentos, impasables.
Liverpool ganó y se acostumbra a estar arriba. Los tres puntos le sirven para todo: le acortó la distancia a Nacional en la Anual, se solidifica en el segundo puesto que lo lleva directo a los grupos de la Libertadores del año que viene, y pensando en todo eso y en la definición del torneo también es bueno su nivel tras algunos partidos irregulares que tuvo no hace mucho. Es mucho, muchísimo para los de Jorge Bava, que van por todo en buena ley.