Minutos después de haber ganado el título, Pablo Repetto lo dijo claramente: la directiva y los jugadores lo apoyaron tras el magro arranque del torneo, donde Nacional había ganado un solo partido en seis fechas. Después remontó y, si bien no pudo ganar el Apertura, sembró puntos que le posibilitaron ganar la Tabla Anual: fue segundo con 28 puntos, cuatro menos que Liverpool, el ganador de aquel torneo.
El Intermedio, ese torneo que a veces se ningunea, fue clave para el bolso. Los de Pablo Repetto ganaron su serie, pasaron a Liverpool en la Anual y luego levantaron el título venciendo a los negriazules.
En el Clausura fue protagonista. Intercambió la punta con River Plate, también peleó con Deportivo Maldonado, que fue el tercero en discordia, pero tuvo un sprint final muy bueno, aprovechó las derrotas de sus rivales y se quedó con el torneo. De todas formas, como ganó la Anual con varias fechas de margen, estaba seguro en la definición del Uruguayo. Ahí fue, ahí salió campeón.
En total, Nacional jugó 37 partidos, de los cuales ganó 24, empató 9 y perdió 4. Traduciendo esto, fue quien más partidos ganó y el que menos perdió. Además, hizo 69 goles y recibió sólo 20, lo que significa que convirtió más que cualquiera y recibió menos goles que todos. Hay veces que los números son categóricos y no hace falta explicación, alcanza con sólo exponerlos.
El plus de todo esto fue haber contado con Luis Suárez. El salteño llegó para el Clausura y Nacional ganó el campeonato. Todo dicho. Es cierto, los tricolores tenían grandes expectativas con la Copa Sudamericana y no lograron llegar a la definición. Sin embargo, el título que queda para siempre quedó en la vitrina. Y Suárez fue importante para eso: fue determinante para ganarle a Peñarol el clásico de la demorada fecha 4, metió el gol del 1-0 con el que Nacional le ganó a Albion y quedó primero a falta de dos fechas para el final del Clausura, y puso dos en la goleada de este domingo.