Brasil dominó desde el primer momento pero tuvo que esperar al cierre del partido para poder gritar gol. Fue a los 83' que Casemiro convirtió el único tanto del encuentro, que valió por mil, porque justificó la superioridad en la disputa y porque fue un golazo, tras una espectacular triangulación que completaron Rodrygo y Vinicius.
Imponente desde el vamos
Richarlison salió prendido fuego, encarando hacia el área rival con la primera pelota que tocó. Fue a los 11' que, tras una gran combinación de pases de todo el equipo, llegó el mismo jugador por la derecha buscando a Vini, pero la defensa europea estaba muy bien parada.
La verdeamarela se imponía, tenía la pelota y manejaba el partido a su gusto. Lucas Paquetá, por la izquierda, elaboraba buenas llegadas para Richarlison. En contraposición, Suiza sólo pudo salir de contra cuando los sudamericanos perdieron la pelota, pero tampoco les sirvió para vulnerar a la defensa de Tite.
A Brasil, que estaba todo el tiempo en área del contrincante, sólo le faltaba el gol, pero Suiza -que demostró tener una defensa sólida- lo impedía sistemáticamente.
Casi se abre el marcador tras el tiro de esquina que Sommer detuvo con un puñetazo, cuando se iba el primer tiempo.
Broche de oro
El complemento fue la continuación perfecta de la primera parte. La canarinha armaba su juego en la zona de gestación y luego conducía la pelota hasta copar el área rival.
Al comienzo, Manuel Akanji frenó con una gran barrida el desdoble del conjunto de Tite, que insistía con Paquetá y Richarlison.
Los brasileños estaban imparables, pero no le salían las cosas frente al arco. Y eso le sirvió a Suiza, que, con el marcador aún en cero, generó. Fue Widmer el que recibió la pelota sólo dentro del área, pero Marquinhos estuvo atento para cortar la jugada.
El mejor momento de Suiza en el partido fue en la segunda parte. Los dirigidos por Murat Yakin tuvieron la chance con el tiro de frente de Ruben Vargas, que terminó en el córner. Tras el centro cerrado del mismo jugador, Alisson despejó con los puños.
Con el partido un poco más parejo, el entrenador de Suiza, Yakin, aprovechó para hacer cambios: ingresaron Gelson Fernandes y Renato Steffen por Ruben Vargas y Fabian Rieder. Pero no fue suficiente. Con un gran centro de Vinicius para Richarlison, se volvieron a salvar los europeos.
Vinicius-Richarlison, Vinicius-Richarlison, esa combinación se repitió una y otra vez, los sudamericanos no paraban de advertir.
El merecido gol que estuvo al caer durante todo el juego llegó a los 83, tras una espectacular triangulación entre Vinicius, Rodrygo y Casemiro. El centrocampista de Manchester United la enganchó y la mandó a guardar de volea.
Desde el gol Brasil volvió a dominar y estuvo más cerca del segundo que Suiza del empate. El partido se fue con las emociones a flor de piel porque los chocolateros se esforzaron por el empate, pero el Scratch de Oro no apagó su sed de gol en ningún momento.
Soldados caídos
El Scracth de Oro llegó a este enfrentamiento sin Neymar ni Danilo, que se lesionaron en el encuentro anterior
Los suizos llegaron de imponerse con un gol ante Camerún, con el tanto de Breel Embolo, pasando a la historia por convertirse en el primer futbolista naturalizado en marcarle un gol a su país de origen en la historia de las Copas de Mundo.