En el arranque del grupo B de la Copa Sudamericana, Racing de Avellaneda derrotó en el Centenario a River Plate 1-0 con un controvertido gol al final del partido de Leonel Miranda. Ya en el tiempo agregado el argentino cabeceó y la pelota dio en el palo y picó sin que se notara si ingresó por completo, porque en estas fases de los torneos de la Confederación Sudamericana de Fútbol no hay VAR. Fue una pena porque River había sostenido el partido en el empate.

Ah, claro, ustedes porque no son de River. No, los señores parece que son seguidores del Manchester City de Pep o del Real Madrid de Carleto, y entonces les parece mal que el viejo River, el que en 1932 surgió de la fusión de Capurro y Olimpia como el heredero del heroico River Plate FC, se haya plantado en el Centenario con una línea de cinco, con unos cuantos laderos ocupando su campo para defender los previsibles, posibles y reales ataques de Racing Club de Avellaneda en el inicio del grupo B de la Copa Sudamericana.

Es Racing, amigo, y con un grande siempre hay que estar atento, concentrado, vivo para aguantarlo y, si es posible, quedar en pie para tumbarlo.

Es cierto, es un poco entregar terreno y pelota pararse con cinco en el fondo por delante de Salvador Ichazo, con Maximiliano Mono Pereira, Horacio Salaberry, José Ajá, Santiago Brunelli y el debutante paraguayo Walter Clar, y encima al ladito Matías Alfonso y Tiago Galletto. Pero también es cierto que lo que quería Gustavo Chavo Díaz era empezar asegurando el partido frente a un rival de altísimo potencial. Además, a pesar del compromiso solidario de los de arriba, tratar de partir el cuadro entre aquel enorme muro defensivo y los tres que podrían llegar al arco argentino.

Buscando a Salvador

Racing, que es un equipo prolijo, pujante y con jugadores ofensivos de destaque, jugó todo el primer tiempo recostado en el arco de la Ámsterdam, generando una buena cantidad de ofensivas con Matías Rojas, Enzo Copetti, Tomás Chancalay y, en medio de todas esas llegadas de alto caudal ofensivo, un mano a mano en el punto penal del lateral Facundo Mena que Salvador Ichazo tapó de manera sobresaliente.

Todo el primer tiempo fue así, con el arquero maragato como gato entre la leña y con sus compañeros sacando como línea media de futbolito, sin que el trío ofensivo pudiera cazar una como para preocupar al arquero contrario.

La cuestión es que el equipo uruguayo salió indemne en el primer tiempo, y para el segundo se empezó a desenrollar un poquito más.

Casi

No lo hicieron porque no deben de estar acostumbrados o porque deben quedarse cerca de sus banderas, pero para la segunda parte los miles de hinchas argentinos que poblaron la Olímpica bien que podrían haber hecho como sus jugadores y ubicarse contra la Colombes. Otra vez los argentinos se instalaron cerca del área de Ichazo, que volvió a estar a los revolcones, pero, a diferencia del primer tiempo, el equipo uruguayo pudo concretar un par de punzantes acciones ofensivas que por primera vez permitieron apreciar las aptitudes del golero de la academia, Gastón Gómez. Hubo una muy buena construida entre Nicolás Mosquito Sosa y Gonzalo Chory Castro, pero la sacaron al córner.

Después, mientras Ichazo atajaba una y otra vez, y ya con el Rayo Jonathan Urretaviscaya en lugar de Chory Castro, hubo tres grandes situaciones de gol para los montevideanos, que incluyeron dos mano a mano. En la primera, Thiago Borbas se le afirmó tanto que se le fue por arriba, y en la otra, de Nicolás Sosa, Gómez no quiso ser menos que Ichazo y sacó una pelota increíble. Una lástima, pero posible.

Después, otra vez a sufrir, y los hinchas en la América que hacían cruces sobre la línea como si fuesen jalvitas de la vida, o acomodaban el cabezazo para sacarla al córner, mientras una señora trancaba deslizando su pierna derecha contra el escalón de la grada de abajo. La línea de cinco ya era línea de 1.000, y se desdoblaba intentando llegar no sé cómo al área contraria con la peregrina idea de que una (otra) iba a quedar.

Le quedó a Racing en una serie de sucesos desafortunados y valió como gol. Primero fue una pelota disputada entre Gabriel Hauche y Santiago Brunelli que el coloniense dejó ir afuera porque la había impulsado el argentino, pero el asistente dio córner. A la salida de ese tiro de esquina de derecha, desde la izquierda la mandó bombeada al área Nery Domínguez y el cabezazo de Lolo Miranda terminó dando en el palo y haciendo equilibrio entre la línea y el gol. Ichazo la apretó después de que picara y el línea salió corriendo a la mitad de la cancha para marcar el gol, que fue discutidísimo por los uruguayos, pero finalmente subió al marcador.

Una lástima. Claro, ustedes porque no son de River.

Detalles

Copa Sudamericana 2022 - Grupo B
Estadio: Centenario
Árbitros: Guillermo Guerrero, Christian Lescano y Ricardo Baren (terna de Ecuador).

River Plate (0): Salvador Ichazo, Maximiliano Pereira, Horacio Salaberry, José Ajá, Santiago Brunelli, Walter Clar; Matías Alfonso, Tiago Galletto (80’ Matías Ocampo), Gonzalo Castro (65’ Jonathan Urretaviscaya), Nicolás Sosa, Thiago Borbas (80’ Nicolás Fonseca). Entrenador: Gustavo Díaz.

Racing de Avellaneda (1): Gastón Gómez, Facundo Mura (66’ Fabricio Domínguez), Leonardo Sigali, Emiliano Insúa, Eugenio Mena (52’ Gonzalo Piovi), Carlos Alcaraz (66’ Gabriel Hauche), Nery Domínguez, Jonathan Gómez (75’ Leonel Miranda), Matías Rojas (75’ Aníbal Moreno), Enzo Copetti, Tomás Chancalay. Entrenador: Fernando Gago.

Gol: 92’ Leonel Miranda (Racing).