El camino sigue siendo la recompensa, decía aquel maestro. El proceso con rótulo de bicampeón que se riega a diario en la avenida Legrand, donde un montón de gurisas se forman para algún día jugar en la primera de su club, el más ganador del básquetbol femenino. La identidad, el trabajo organizado, la automatización y el crecimiento. Porque ganar seguido jamás impide ampliar los horizontes.
Muchas de las chiquilinas que hace poco estaban en la tribuna, ahora comparten cancha con sus ídolas. Malvín conjuga a la histórica Florencia Somma, capitana y estandarte, con la intrépida Florencia Mayola, que a sus 18 años fue la mejor defensora del torneo.
Fue el octavo enfrentamiento del año, tres encuentros en la fase regular y la serie final de cinco cotejos. El conocimiento y el scouting permanente para ajustar detalles, sumado al nerviosismo propio de una noche definitoria, llevaron a que el primer tiempo fuera extremadamente malo.
Malvín apuntó a cortar la generación de Camila Kirschenbaum y Josefina Zeballos. Decidió atrapar cuando jugaron el pick and roll y cambiaron de marca en todas las cortinas indirectas con las mencionadas. Las rojiverdes anotaron cinco puntos en el primer cuarto, todos de contraataque, mostrando a las claras que chocaron reiteradamente con la estrategia defensiva del rival. El playero sacó diez de renta en el chico inicial, con la argentina Carla Miculka -7 puntos y 7 rebotes en el período- dominando las cercanías del aro.
En el segundo parcial, pese a la desprolijidad reinante, Aguada custodió mejor el aro propio y los porcentajes exteriores del playero fueron extremadamente bajos. Las dirigidas por Nicolás Altalef destrabaron sus ofensivas corriendo la cancha, principalmente gracias a la calidad de Zeballos. Además, pusieron a su rival rápido en colectivas para ir reiteradamente a la línea de libres. Pese a errar mucho desde el personal, descontaron de a poco hasta ponerse a una bola. El minuto final fue una escena de otra película, altísimo nivel. Una bomba de Agustina Jourdheuil -que rompió su sequía personal- llevó a Malvín 25-19 arriba al descanso largo.
Los 15 minutos de entretiempo sirvieron para hacerse una escapada al almacén del barrio y volver con los condimentos que faltaban para jugar el tercer cuarto como ameritaba la finalísima. Tras el descanso largo se elevó considerablemente el nivel de juego. Aguada disfrutó la certeza desde los 6.75 con Zeballos como abanderada y la argentina Rocío Estrada dando un paso adelante. Malvín no fluyó tanto ni fue tan vistoso como su oponente. Tuvo la virtud de poner a su rival rápido en colectivas para sumar desde la línea, además disfrutó de los recursos anotadores de Miculka y capturó segundas oportunidades para sumar a los ponchazos, bancando las arremetidas para entrar al último con aire: 42-34.
El final fue de locos. Carolina Fernández, una de las grandes figuras del playero, tomó decisiones equivocadas y salió por quinta en el peor momento de su equipo. Aguada lo trajo corriendo la cancha pero falló cinco pelotas seguidas para pasar. Siguió remando y lo igualó en 48 a falta de 57 segundos. Somma tomó protagonismo en el epílogo, hubo dos defensas colectivas de excelencia y Fernanda Midaglia cerró la final con dos libres. Ganó Malvín 51-48 y se coronó campeón al liquidar la serie 3-2.
Ahora el playero jugará el Final Four de la Liga de las Américas, donde buscará coronar una temporada histórica en lo que seguramente será el último año de Florencia Somma como basquetbolista.
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