Peñarol derrotó 1-0 a Deportivo Maldonado, con solitario gol en el primer tiempo de Matias Arezo, y mantiene la punta y la ventaja en la Anual, llegó al liderazgo provisional del Clausura, y está pronto para otra, pero la sensación general de los aurinegros no fue nada buena.
Fue un partido difícil de explicar para quienes no estuvieron pasando algo de frío en el Centenario, no lo acompañaron por televisión, o aunque más no fuera no siguieron sus alternativas por radio, porque fue Deportivo Maldonado, el perdedor, quien dominó en casi todo el partido, el que atacó y generó acciones de peligro durante tres cuartas partes del partido, el que hizo que Peñarol quedara hundido cerca de su área, inconexo, desconocido, buscando defenderse, defender aquel solitario gol, golazo, de Matías Arezo promediando el primer tiempo.
Lo raro estuvo en ver a Peñarol dominado y casi desequilibrado cuando estaban empatando por media hora hasta que Carlos Pato Sánchez habilitó de manera exquisita para que Matías Arezo anotara el único gol del partido, y en la hora y tanto después en que el equipo carbonero hizo un pobrísimo partido, sin crear ni una situación de peligro más, amontonandosé en su campo, sacando sin tino, sin poder armar una combinación que le diera oxígeno y convirtiéndose en un frontón para que Deportivo armase una jugada de gol más.
Nunca pudo el rojiverde y Peñarol consiguió los tres puntos que lo dejan liderando una vez más la Anual con buena ventaja, y superando con un partido más jugado a Boston River en el liderazgo del Clausura. La renta desde ese punto de vista es altamente positiva.
Sentite como en tu casa
Peñarol, de acuerdo a la determinación de su técnico Darío Rodríguez, casi repitió la oncena que había empezado la semana pasada cuando derrotó en el Campeón del Siglo a Defensor Sporting. Esta vez, en el Centenario el equipo mirasol tuvo un retorno esperado, el de Matías Arezo, que significó la salida de los 11 titulares de José Neris.
Deportivo Maldonado, que debió oficiar de local en el estadio Centenario a 130 kilométros de su casa por las obras del Campus para la final de la Sudamericana, planteó a su oncena como un colectivo compacto y cortito, que intentaba neutralizar a los mirasoles pero, además, se movía también en bloque de su media cancha hacia adelante.
La primera acción de peligro del partido fue a los 20 minutos y fue para los fernandinos que, tras una gran habilitación de Toledo, generó un espacio libre para el ingreso de Nicolás Mezquida, cuyo remate fue salvado por Guillermo de Amores. La jugada de Nicolás Mezquida había tenido un antecedente con un gran desborde de Claudio Paul Spinelli, que en su centro atrás no encontró una camiseta rojiverde, y posteriormente otro buen ataque de los de Maldonado, que terminó con otra contención de Guillermo de Amores a remate de Toledo.
Siguió atacando el Depor y no dejó de hacerlo ni después del golazo de Arezo, que lo dejaba en posición incómoda jugando bien, atacando, pero sin ver red.
Nada cambia
¿Cambiaría todo para el segundo tiempo? En principio, Darío Rodríguez decidió acomodar su equipo y colocó a Yonnathan Rak, corriendo a Maximiliano Olivera de la zaga al lateral izquierdo, y dio ingreso a Valentín Rodríguez por Carlos Sánchez, pero nada pasó, los mirasoles no despegaron, no pudieron armar jugadas y se fueron retrayendo por el fútbol de Toledo, de Darias, de Mezquida y la búsqueda del gol de Claudio Paul Spinelli.
Todo el segundo tiempo fue así, con estos protagonistas o con otros porque Rak debió salir 12 minutos después de haber ingresado y lo sustituyó Hernán Menosse, que entró bien, y porque Coito fue cambiando delanteros para ver si encontraba el click que permitiera que su equipo lograra en las redes lo que estaba buscando.
Todo siguió igual en el desarrollo y en el resultado, y al final lo que valen los tres puntos fueron para el líder. Eso es lo que vale en el corto plazo.