Uruguay debutó en fútbol masculino en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 con una ajustada victoria ante República Dominicana, en el partido correspondiente al grupo A que también integran los locales, Chile, y México.
En el partido jugado en el estadio Sausalito de Viña del Mar, el único gol uruguayo fue conquistado por Emiliano Rodríguez a los 35 minutos del primer tiempo. La próxima actividad de los dirigidos por el chileno Diego Reyes será el jueves a las 18.00 ante la selección chilena, y completará la actividad del grupo enfrentando a México. Los dos primeros de cada grupo se clasifican a semifinales y, por lo tanto, habrán de jugar por medallas.
Bielsismo en progreso
Fue un partido complicado para los celestes pero resuelto de buena manera con los tres puntos del debut, y una manifestación ligeramente superior durante todo el partido a su rival.
A Uruguay no le costó nada manifestar su impostura bielsista en el inicio del partido y del campeonato, pero sí le costó, y mucho, poder expresar sus ideas de ataque con la pelota en los pies. De arranque nomás, el conjunto celeste se plantó en campo contrario en las proximidades del área dominicana, tratando de asfixiar los inicios de juego de los centroamericanos, uno de los tres primeros del torneo sub 20 de la Concacaf, lo que le permitió además participar con varios de los futbolistas presentes en Viña del Mar en el Mundial sub 20 jugado en Argentina, que terminó con el título de Uruguay.
Sí pudo anular la salida prolija dominicana y generar varias pérdidas de pelota de los rivales; sin embargo, con la pelota en los pies Uruguay no pudo al principio armar ninguna jugada que le permitiese llegar sobre el arco rival con algún peligro.
Pasando el ecuador del primer tiempo, es decir, después de los 22, 25 minutos, el equipo celeste empezó a tener no sólo presencia en campo rival, sino a generar con la pelota en sus pies algunas jugadas de peligro que fueron volcando el partido de las intenciones para el lado de los uruguayos.
No obstante, los dominicanos también profundizaron en algunas oportunidades, generando un par de claras jugadas de gol que no terminaron en tal situación, bien por la buena intervención de Ramiro Méndez, el arquero de La Luz, o bien porque las definiciones no fueron las mejores en la última pelota.
El gol uruguayo llegó a los 35 minutos cuando Emiliano Rodríguez, el hijo del Pampa, el mellizo de Luciano, robó en la salida de República Dominicana, condujo por el área hasta el punto penal, sacándose a dos rivales de encima, y terminó tocando de derecha lejos del arquero centroamericano.
El gol fue hijo de la propuesta estratégica de posicionarse en campo contrario para tratar de recuperar la pelota lo más cerca del área rival. Una parte del discurso y acción de Marcelo Bielsa, ejecutada por su ayudante técnico Diego Reyes y por futbolistas que bien pudieron haber estado en la primera consideración del cuerpo técnico, pero también dada la negativa de varios clubes de ceder futbolistas para los Panamericanos, hubiese quedado en otra situación si el universo de los elegibles (15 sub 23 y tres mayores) hubiese estado disponible.
Esta vez el equipo empezó jugando con Ramiro Méndez (La Luz); Sebastián Figueredo (Wanderers), Alan Saldivia (Colo-Colo), Renzo Orihuela (Torque), Jairo O’Neill (Unión de Santa Fe); Vicente Poggi (Necaxa), Rodrigo Chagas (Nacional), Manuel Monzeglio (Nacional); Diego Hernández (Botafogo), Emiliano Rodríguez (Boston River) y Rodrigo Piñeiro (Unión Española).
Nada es fácil en la vida
El segundo tiempo fue una versión un poco más distorsionada del arranque del partido debido a que la diferencia que había conseguido el equipo celeste motivó otro tipo de accionar de los dominicanos. El seleccionado de la Concacaf intentó generar situaciones de ataque con mayor verticalidad que en la primera parte y eso permitió que se liberaran mayores espacios para los futbolistas celestes, que buscaron generar ataques rápidos y precisos.
El santalucense Manuel Monzeglio tuvo más participación y eso hizo que los ataques uruguayos pudieran nutrirse de sus pelotas incisivas y claras al vacío.
Se hizo todo bastante más dificultoso porque el gol de diferencia no aseguraba el partido y los dominicanos, con lo que podían, armaban su juego en ofensiva, y porque los uruguayos no lograban tomar el control absoluto del juego ni de la pelota.
El técnico chileno de los uruguayos, Diego Reyes, propuso variantes. Entraron Francisco Barrios, Dylan Nandin y Juan Cruz de los Santos, y el campeón mundial sub 20 realmente tonificó la zona de ataque celeste, lo mismo que su compañero de River Plate Joaquín Lavega que entró al campo ya para el final del partido.
Al final, además de varios intentos uruguayos por el segundo gol –hubo una en el caño de Rodrigo Piñeiro– también hubo alguno de los dominicanos. Uruguay pudo traducir en triunfo y tres puntos su superioridad y ahora está a la espera de –seguramente– duros cruces con chilenos y mexicanos, arrancando en la punta de la tabla del grupo.