Los protagonistas del partido venían con perfiles bien distintos, aunque con algunas cosas en común: Liverpool es un equipo completo, con fichas jóvenes y otras de mucha experiencia, con jugadores que están en el auge de su carrera y otros que pueden dar cátedra desde sus vivencias; además, Jorge Bava logró afianzar un grupo y en la cancha queda en evidencia el equipo sólido que hay en el vestuario. Peñarol, por su parte, también tiene jóvenes promesas y otros de mucha experiencia, pero está en una sintonía completamente diferente a su rival de turno –y del torneo–: a pesar de que es el equipo que tiene mejor plantel, todavía no terminó de encastrar todas las fichas. Al debutante Darío Rodríguez hace tiempo le sale bien eso de cosechar de a tres puntos sin ser contundente, porque ha sido mejor que los rivales pero no mejor que sí mismo; esta vez no le salió. Enfrente tuvo a un Liverpool que lo superó por 1-0.
Fue de fútbol
Un partidazo en la previa se transformó en partidazo en la cancha. Ganó el más equilibrado en ideas, en juego e incluso en sistema. Las estructuras más sólidas tienen mayor probabilidad de triunfar. Eso quedó en evidencia en el primer tiempo, cuando Liverpool abrió el marcador: el equilibrio del 4-3-3 de los de Belvedere funcionó perfecto: Luciano Rodríguez y Alan Medina, bien abiertos por las puntas, estaban prontos para capturar el resultado del juego que empezaba en la zona de gestación y que continuaban, sobre todo, Gonzalo Nápoli y Marcelo Meli, con buenas combinaciones por los carriles para llegar al área con toques y velocidad.
El local tuvo destellos de supremacía al principio, prometió más, pero se fue desdibujando y dejó entrever sus fallas defensivas y su falta de contundencia en ataque. El tiempo determinante fue el complemento, cuando figuraba el 1-0 a favor de la visita. Al complemento no salió Hernán Menosse, que manifestó muestras claras de dolor por un tema muscular. Su lugar lo ocupó Lucas Hernández.
Liverpool no dejó nunca de hacer las cosas como sabe, al segundo tiempo salió sin cambios y continuó jugando bien. Bava movió sus fichas cuando el cansancio se notó y tenía en el banco a nada más y nada menos que Rubén Bentancourt, que faltando un minuto para terminar los 90’ le mandó un pase espectacular a Rodríguez, que concretó un golazo, pero el tanto se anuló porque había un colaborador de Liverpool dentro de la cancha y Meli ingresó sin permiso.
El aviso de gol
En la primera parte, Federico Pereira construyó una jugada que conectó con Meli para que Medina lograra el primer acercamiento claro, Guillermo de Amores terminó evitando que se abriera el marcador. La segunda estuvo al caer, pero Leo Coelho le cortó el juego a Thiago Vecino.
El único gol del encuentro llegó a los pocos minutos: por derecha, con una combinación de Rodríguez y Pablo Siles que cambió de frente buscando a Miguel Samudio, que estaba solo; espectacular centro del paraguayo para que Vecino, con un cabezazo cruzado, definiera de la mejor manera para dejar sin nada por hacer a De Amores.
En la segunda parte, por más que Peñarol se fue arriba, las chances fueron de Liverpool. Además del gol bien anulado, los de Bava contaron con no menos de tres oportunidades de ampliar el marcador y terminar el partido más tranquilos, pero el afán de Vecino, la mala puntería de Rodríguez y De Amores tapando varias hicieron que todo continuara con un gol de distancia. Así, con más ímpetu que juego, el carbonero tiró centros desde todos lados, sin suerte.
Ganó Liverpool y ahora pasó a mandar en el Clausura, dos puntos por encima de Peñarol. Si bien en la Anual el carbonero sigue al frente, ahora la distancia se acortó: le lleva tres a los negriazules.