No debería importar si son más o menos cupos, sí deberían importar la calidad y la capacidad de los adversarios, la forma de disputa y la importancia que en cada país, en cada asociación o federación le dan a la competencia y a las presentaciones en casa o afuera, ante el último de la tabla o ante el primero.

El martes, cuando cerca de 22.30 termine el partido Uruguay-Bolivia que se jugará en el estadio Centenario con entradas casi agotadas desde las 20.30, si los celestes consiguen la victoria, sabrán que estarán por diez meses hasta que empiece el segundo tercio de las clasificatorias para el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá en uno de los primeros dos puestos del certamen, y si un ratito después, en Maracaná, Argentina no le gana a Brasil, los celestes quedarán, como nunca desde que se juegan las Eliminatorias en régimen de todos contra todos, primeros solos.

¿Es eso lo que nos importa o hay acaso algo más profundo, más proyectable a mediano plazo que nos entusiasma y nos da esperanza? Parece que lo segundo es más valorable, y se sostiene en las hasta ahora cinco presentaciones oficiales del plantel orientado por Marcelo Bielsa, en las que los celestes no sólo han conseguido resultados importantes, sino que además lo han logrado ante equipos que son de inocultable jerarquía, como Brasil, al que no le habíamos ganado en las últimas cuatro clasificatorias, y ante el campeón del mundo, Argentina, al que tampoco nunca habíamos vencido en condición de visitante.

El partido ante los bolivianos, que vienen de ganar sus primeros tres puntos tras vencer a Perú 2-0 en La Paz con el debut de su nuevo técnico Antonio Carlos Zago, representa el cierre de la tercera ventana.

Después de una de las mejores presentaciones como visitante en lo que va del siglo XXI, por la jerarquía absoluta del rival y por la condición de campeón del mundo, veremos qué es lo que propone Bielsa para el encuentro ante los bolivianos, que representará la despedida de la selección del altiplano de su más grande valor en las dos últimas décadas, su goleador Marcelo Moreno Martins.

Por la misma

Si bien ya conocemos los principios y las convicciones del técnico argentino, en cuanto a que su propuesta central de afrontar riesgos, no especular y poner el campo y el arco contrario como objetivo es innegociable, también es cierto que conocemos que para cada encuentro piensa, busca y pone en ejecución la estrategia para ganarle a ese rival específico.

Con el universo de los elegibles para esta doble fecha completa hubiera sido casi lógico pensar que Bielsa repetiría oncena, pero, sin embargo, hay tres futbolistas de los que consiguieron la maravillosa victoria en La Bombonera que no van a poder estar: Mathías Olivera y Manuel Ugarte por razones disciplinarias, dado que acumularon su segunda tarjeta amarilla, y Maximiliano Araújo por razones sanitarias tras el esguince de su tobillo derecho.

Lo de la zona defensiva parece resolverse fácilmente: entra entre los 11 José María Giménez, como en el segundo tiempo de La Bombonera, y por el lateral izquierdo juega Matías Viña, que en Argentina salió tocado pero ya está bien. En la mitad de la cancha, sustituir a Ugarte en un momento extraordinario del joven eje central no parece fácil, sin embargo, está en el plantel tomando minutos después de nueve meses sin jugar por la rotura de uno de sus ligamentos cruzados el neohelvético Rodrigo Bentancur, uno de los mediocampistas sudamericanos con mayor proyección en el mundo, y eso, sumado a su excelente participación ante Argentina, lo hace el candidato perfecto para completar con Fede Valverde y Nico de la Cruz.

¿Y Suárez?

También faltará uno de los tres delanteros, Maxi Araújo, en este caso por razones sanitarias, y aparentemente Bielsa se decantaría por Cristian Kike Olivera, que justamente debutó hace dos meses con la selección y esta vez lo podría hacer como titular. La lateralidad de Olivera es derecha y debería jugar por izquierda.

Este partido es coincidente con la primera presencia en el Centenario después de la despedida antes del Mundial de Qatar de Luis Suárez, y coincide también con el rival al que el máximo anotador de la historia de la selección uruguaya le marcó el primero de los goles oficiales con la celeste, lo que seguramente, y no por cuestiones emocionales, sino de rendimiento y posibilidades, lo hace al delantero de Gremio uno de los candidatos a poder estar en el campo.

La posible alineación de Uruguay sería con Sergio Rochet; Ronald Araújo, Josema Giménez, Sebastián Cáceres, Viña; Valverde, Bentancur y Nicolás de la Cruz; Facundo Pellistri, Darwin Núñez y Olivera.

El equipo boliviano está lejos de estar confirmado, aunque medios de aquel país anuncian que el brasileño Zago podría llegar a un esquema ultradefensivo de 5-4-1, dejando exclusivamente a Moreno Martins como delantero en el día de su despedida de su selección.

Bolivia, que nunca ha conseguido triunfar en el Centenario y que guarda como único resultado positivo el empate 2-2 de 1977, alinearía a Guillermo Viscarra; Roberto Fernández, Jairo Quinteros, Luis Haquín, José Manuel Sagredo, Miguel Terceros; Carmelo Algarañaz, Leonel Justiniano, Jaime Arrascaita, Ramiro Vaca; Marcelo Martins.

Los jueces serán los peruanos Kevin Ortega, Michael Orué y Jesús Sánchez, y en el VAR comandará Diego Haro.