En el estadio Liebig’s de Fray Bentos, donde Nacional hizo su primera presentación oficial jugando por puntos del Uruguayo, los tricolores derrotaron 1-0 a La Luz -local a orillas del río Uruguay- y alcanzaron en la tercera colocación de la Anual a Defensor Sporting, a quien enfrentarán en la penúltima fecha. El gol fue de Gonzalo Carneiro y alcanzó para zurcir dos victorias seguidas, las primeras en fila que suma Álvaro Recoba, y que casi aseguran una nueva presencia en la Libertadores, ya que tricolores y violetas son inalcanzables en la Anual, pero se podría colar un quinto (Racing) si fuese campeón del Clausura y finalista del Uruguayo.
A principios del siglo XX, cuando a Fray Bentos todavía se lo conocía como Villa Independencia, tenía luz eléctrica y un invento que le había permitido que los ingleses hicieran de aquel saladero un frigorífico que exportaría sus productos estrella a todo el mundo, ya había en sus campos pelotas de cuero con las que se entreveraban los ingleses y los criollos.
El fútbol en Fray Bentos tiene 120 años. La afirmación será la base para barrer o borrar los vehículos de comunicación que a través de medios y redes sociales parecían deslumbrados con la gente, el estadio, la pasión y la magia de los fraybentinos en comunión con el fútbol.
Un lugar mágico, un escenario estupendo, un pueblo que con la candorosa inocencia de nuestras poblaciones fue a recibir y festejar a sus ídolos de Nacional, que no son como sus ídolos del pueblo, que andan en bicicleta o paran en el carrito de panchos, pero que bajan del ómnibus con sus nuevos peinados raros y auriculares que a veces los convierten en mute sentimental respecto a estos ojos asombrados, estas manos que los quieren saludar a pesar de la campaña que han realizado en este 2023, que los ha dejado lejos de los verdaderos y casi rutinarios sueños.
De los otros, los de blanco y verde, no saben casi nada, aunque La Luz ya haya hecho varios partidos como local ahí, a una cuadra del río Uruguay. Los de La Luz son como pasajeros de hotel que dan esta dirección como su casa.
La belleza de Fray Bentos, de su hermoso e histórico Liebig’s, siempre prolijo y cuidado, hizo juego con el dinámico inicio del partido en el que Nacional estuvo cerca de abrir el marcador y marcar tendencia, pero el arquero de La Luz, Fabricio Correa, lo impidió claramente en dos oportunidades ante el goleador Juan Ignacio Ramírez.
En la primera parte, con el color y el calor de la gente, los tricolores se parecieron al histórico promedio de Nacional, un equipo que impone, que propone y que las más de las veces intenta avasallar a su rival. Repitiendo la alineación que había vencido y de alguna manera convencido ante Wanderers, el equipo de Recoba intentó mantener su armado por los laterales y sus finalizaciones con la buena dupla Carneiro–Ramírez.
La Luz, con la opresiva situación de la parca del descenso persiguiéndolo en cada noche, en cada cancha, aguantó a pie firme e intentó como pudo.
Estiraron hasta el segundo tiempo apretando una boleta que podía ser ganadora, como quien cree tener algunos aciertos en el 5 de Oro, y se plantaron a repetir el arco en cero y ver qué podía venir después.
Lo hicieron bien o casi bien la mitad del tiempo, hasta que a los 22, ya con Franco Fagúndez en campo, la pelota fue hacia la banda derecha donde una vez más se vistió de puntero Leandro Lozano, que metió una bola azucarada al área para que Carneiro conectara un cabezazo inalcanzable para Correa, en el arco que da al Centro.
Con la ventaja adquirida Nacional hizo más cambios, y hasta pudo haber llegado al segundo en un tiro libre de Fagúndez o en una definición por arriba de Gigliotti; La Luz buscó el empate, que no pudo encontrar por una enorme tapada de Suárez, o por falta de definición cuando el joven arquero tricolor no pudo.