Ignacio Alonso, recientemente reelecto como presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), tiene pronta la plancha de nombres para conformar el Consejo Ejecutivo que tomará las riendas de la asociación. El último nombre en conocerse fue el de Héctor del Campo, quien representará al fútbol profesional. Con esto, Peñarol quedaría afuera del Ejecutivo.
La votación de Del Campo fue de 40 votos (15 de Primera, que valen doble, y 10 de Segunda) sobre un total de 46. El dirigente electo había puesto su cargo a disposición para que su lugar lo ocupara Peñarol, pero los clubes involucrados decidieron ratificarlo.
En la previa, Del Campo dijo en Sport 890 que “en [Ignacio] Alonso veo una persona complicada, mal aspectada, que viene con mal karma, con mala energía. Viene de un Ejecutivo que tuvo problemas, integró la intervención de AUF”. Sin embargo, una vez electo, Del Campo expresó que su principal objetivo “es eliminar la grieta y solucionar los temas económicos”.
Para Alonso los integrantes de su próximo Ejecutivo parecen estar resueltos. Además de Del Campo, Carlos Manta representará a las Sociedades Anónimas Deportivas, Eduardo Monsegui al fútbol del interior, Matías Pérez a los futbolistas profesionales, Alejandro Balbi a Nacional y Andrea Lanfranco será la cuota femenina. Esta plancha de nombres deberá ser avalada en el próximo Congreso de la AUF.
No está Peñarol, pese a los reclamos de su presidente, Ignacio Ruglio. “Es maravilloso lo que han ganado, porque sólo con cinco años ya van a tener un representante en el Ejecutivo, pero ese lugar es de Peñarol, 130 años tiene. Si el presidente de la AUF permite eso, es una persona que sólo está pensando en política y se va a comprar un problema”, advirtió Ruglio en su momento, agregando que “no le conviene ni a él ni a Peñarol estar en guerra, y si pasa, Peñarol va a mover cielo y tierra para cambiarlo”.
Más allá de que Alonso haya elevado sus nombres, por Estatuto Peñarol todavía podría ingresar al Ejecutivo de AUF. Una chance sería que alguno de los nombrados no tenga certificado de idoneidad y por esa razón deba bajarse de la lista; que alguno de los miembros decida renunciar a su candidatura; que la lista no tenga los suficientes votos en el Congreso (mayoría absoluta) y Alonso deba replantear sus nombres.