En el penúltimo partido de la décima fecha del Apertura, Liverpool derrotó en Belvedere 3-1 a Plaza y se colocó en el grupo de perseguidores del líder Peñarol quedando a seis unidades. El primer gol negriazul lo hizo el debutante Ruben Bentancourt a los 40 de la primera parte, el segundo fue de Gonzalo Nápoli y el tercero de Maicol Cabrera, ambos en el complemento. Nicolás Olivera hizo el de Plaza cuando ya el partido estaba 3-0.

Flor de partido en la tarde soleada y cálida de Belvedere. Liverpool jugó de muy buena manera, pero se resalta la victoria porque Plaza dio todo y generó muchas acciones ofensivas.

Hubo jugadores de pleno destaque, como Gastón Martirena, impecable en la banda derecha liverpoolense, y el siempre peligrosísimo nigeriano Christian Ebere en Plaza Colonia, pero por sobre todo hubo buenos desempeños colectivos.

Sin poder revisar adecuadamente los otros nueve partidos que jugó Liverpool, no estaría mal trazar la hipótesis de que los minutos disputados en Belvedere ante Plaza fueron de los mejores de la temporada del equipo que dirige Jorge Bava.

No hubo cambio de propuesta, y sí ligeramente variantes de nombres con relación a las dos últimas participaciones. Jugó por primera vez el salteño Bentancourt como titular, comandando el ataque junto a Luciano Rodríguez; quedó el determinante Alan Medina en el banco y apareció volcado a la izquierda, a media agua y con gran participación, el isabelino Leandro Otormín, y Martín Barrios y Gonzalo Napoli -que ingresó en los primeros minutos sustituyendo al lesionado Lucas Lemos- gestionaron un fútbol muy fluido de lado a lado con la permanente subida de Martirena y Miguel Samudio, lo que derivó en una presencia casi constante en el campo y el área contraria.

Los lunes al sol

Empezó buenísimo el partido, y después veríamos que terminó de la misma manera. De arranque Liverpool tuvo una clara chance de gol por parte del juvenil Luciano Rodríguez, y después Plaza Colonia, en tres ataques alternados, estuvo cerca de vencer a Sebastián Britos.

Llegando al cuarto de hora, Liverpool volvió a contestar y estuvo a nada de marcar en tres situaciones consecutivas, pero fundamentalmente en un cabezazo de Bentancourt -en su primer partido después de salir de Peñarol- que Joaquín Silva sacó al córner.

Casi de inmediato, Luciano Rodríguez en una internada por la derecha sacó un potentísimo remate que dejó moviendo el vertical izquierdo de Plaza.

Siguieron de este modo, ensanchando el campo, conectando, y a los 40 le llegó al área una pelota a Luciano, le hicieron penal y Bentancourt lo remachó en gol.

Así se fueron a vestuarios, con poca diferencia en el marcador para lo que habían atacado, o con un reflejo engañoso para lo que habían jugado.

En el segundo tiempo Plaza apareció otra vez jugando cerca del área contraria, y Liverpool empezó a jugar en transiciones rapidísimas que también generaban peligro y goles.

El segundo de los locales fue un golazo a los cinco minutos del complemento. Y lo fue porque la pudieron sacar desde su córner defensivo con Martirena robando y tirando una pared, jugándola hacia el lateral y, a partir de allí, una inmensa jugada con Luciano Rodríguez cruzándola para Otormín y el pase final hacia Napoli que, a la carrera y antes de entrar al área, sacó un potente zurdazo con el que venció a Silva para anotar el 2-0.

A los 33 minutos llegó el tercero y otra vez fue un golazo que tuvo su esencia en la forma de manejar la pelota y generar el desequilibrio. Esta vez fue el argentino Marcelo Meli quien, en el eje central de la cancha, recuperó, tocó, se posicionó volviendo a buscar y sacó un pase en profundidad hacia la izquierda para que Mateo Antoni metiera un centro preciso y medido y Cabrera, entrando por la izquierda, cabeceara de manera y justa anotando el 3-0.

Después quedaría lugar para el descuento de Plaza con un cabezazo del melense Olivera que el VAR dio condiciones legales a pesar de que parecía que la jugada estaba viciada de nulidad por la posición e intervención de Agustín Pérez.

Gran partido de Liverpool, que se reencontró con la expectativa de su mejor juego.