Por la punta, por el honor y, siempre, por la gloria, Peñarol y Nacional se encuentran nuevamente en el Estadio Campeón del Siglo, en un clásico que desde el vamos quedará en la historia por la ausencia de la hinchada visitante en el encuentro. Con entradas agotadas por la parcialidad del carbonero, el encuentro por la novena fecha del Torneo Apertura comenzará a las 16.00.
El duelo destaca en la previa porque ambos equipos se juegan la primera posición del Apertura. Peñarol llega con 17 puntos y con la punta recién perdida ante Cerro Largo, que venció 1-0 a Liverpool en el Ubilla y se hizo con la primera posición. En caso de ganar, el carbonero quedaría como único líder nuevamente y si empata compartirá la punta con los arachanes. Pero el principal problema si pierde no es perder la primera posición, sino que Nacional pase a ocupar ese lugar. Si el tricolor gana, se queda con la punta junto a Cerro Largo, y, si empata, queda tercero con 16 unidades a la espera del juego de Defensor Sporting contra Racing.
La pizarra
El actual campeón uruguayo tiene como bandera al experiente e invicto en materia de clásicos Álvaro Gutiérrez, que debutó por tercera vez como técnico de Nacional el fin de semana pasado. Pese a que habitualmente se asocia al entrenador tricolor con un fútbol defensivo, reactivo e, incluso, amarrete, Gutiérrez ya se hizo fama de ir contra los pronósticos en sus duelos ante Peñarol, ya que sus equipos tienen un amplio historial de triunfos clásicos a base de planteos ofensivos.
Los bolsos con buena memoria recuerdan cómo jugó su equipo la final del uruguayo de 2014, el 3-0 en el Torneo Intermedio de 2019 y las dos finales en cuatro días el mismo año. Sin embargo, el poco tiempo de trabajo de Gutiérrez, su condición de visitante y el mejor momento de Peñarol, sugieren que el tricolor hoy puede hacer un planteo más conservador y buscar el área rival con contragolpes y pelotas quietas.
Alfredo Arias, en cambio, debuta en duelos clásicos y sus equipos tienen fama de salir a atacar mostrando un buen fútbol asociativo. Aún no logró que Peñarol encontrara un gran rendimiento de forma sistemática, pero su equipo, a excepción del fin de semana anterior, fue siempre uno de los que mostró mejor rendimiento en el campeonato. No en vano es el líder del Torneo Apertura.
El entrenador carbonero tiene una prueba de fuego que puede ser un punto de inflexión en el campeonato: una victoria puede abrir el camino en lo anímico y ser la gran ayuda para que el equipo encuentre su mejor rendimiento en el futuro, pero una derrota puede llenar de dudas a los jugadores y el cuerpo técnico, y repercutir directamente en su credibilidad ante los hinchas.
Pese a este riesgo, difícilmente Arias juegue a lo seguro y resigne sus pretensiones ofensivas. El principal obstáculo para el entrenador carbonero son los nervios escénicos habituales de cada clásico y el mandato cultural que llama a los jugadores a conservar antes que a proponer. Si logra superar esas barreras, tiene todo para que su equipo juegue un gran encuentro.
El campo
Capítulo aparte, está el elemento fundamental del espectáculo: los jugadores. Peñarol tiene la certeza del retorno de su goleador Matías Arezo, que volvió a Uruguay el jueves luego de ser parte de la selección en sus amistosos frente a Japón y Corea. El ex-River está en un momento espectacular, lleva ocho goles en seis partidos, es el goleador del campeonato y la gran figura. El carbonero sintió mucho su ausencia en el pasado encuentro ante Liverpool, donde claramente le faltó mucho peso en el área, pero lo recupera de cara al encuentro más importante de esta primera mitad de campeonato.
La duda de Peñarol sigue siendo Leonardo Coelho, que sufrió una distensión muscular que hace que sea una incertidumbre su participación hasta la previa más inmediata del partido. No poder contar con su mejor defensa sería un problema para Peñarol, pero tiene varias soluciones para compensarlo, entre ellas, Sebastián Rodríguez. Puede sonar extraño que un mediocampista disimule la ausencia de un zaguero, pero en sus pies radica una de las mejores armas defensivas de Peñarol. Si Rodríguez logra adueñarse del mediocampo y ayudar a su equipo a minimizar los contragolpes del tricolor en base a buenas y largas posesiones, el carbonero no sólo evitará apuros defensivos, sino que abrirá el primer camino para estar más cerca del gol.
Por el lado de Nacional, se espera que Gutiérrez ponga a la misma ofensiva que jugó frente a River Plate: Federico Martínez, Diego Zabala, Gastón Pereiro y Franco Fagúndez. El triunvirato Fagúndez, Zabala y Pereiro promete más calidad que velocidad, y eso no tiene nada de malo, sobre todo para Martínez, que sí que es picante y veloz. Esa combinación es peligro constante para Peñarol, que deberá tener cuidado si juega con una defensa muy adelantada en momento ofensivo, ya que debe cubrir varios jugadores peligrosos con distintos recursos pero muy complementarios.
La defensa es el mayor dolor de cabeza de los albos. Recién el fin de semana pasado pudo mostrar una versión sólida, pero sus pretensiones por repetir se vieron rápidamente frustradas, ya que Diego Polenta, figura ante River, sufrió una lesión y seguramente no sea parte del espectáculo. Para colmo, también deberá enfrentar un problema cada vez más habitual en estos partidos: Ignacio Laquintana.
El extremo mirasol ha tenido varias actuaciones clásicas en las que ha dejado en ridículo con pasmosa facilidad a casi todos los marcadores de punta que le puso enfrente el bolso. La defensa de la banda izquierda para el tricolor y la punta de lanza derecha del carbonero conforman el punto geográfico del partido. El que gane ese duelo, tiene un alto porcentaje del resultado.