El escenario estaba pintado: fútbol, tarde soleada en el Prado y final por el Torneo Competencia de la Liga de Ascenso Profesional. El partido se desarrolló en el Parque Viera del Montevideo Wanderers.
De primera, el gaucho dio indicios de lo que podría venir. Comenzó con pelotas de largo alcance salteando mediocampo. Esto no continuó en minutos posteriores; el planteo pasó a ser de mejor manejo de balón, criterioso y cuidadoso de la posesión.
Por izquierda, Maximiliano Viera se mostró inquietante. El centrocampista técnico Andrada controla y juega a la banda y el ya aludido Viera define con buen remate fuerte y cruzado para poner a los de La Teja arriba.
El fútbol da la posibilidad de sorprender. Bueno, se podría decir lo mismo de casi todos los deportes. En el fútbol los espacios dan lugar a transiciones rápidas. Eso fue lo que aprovechó Juventud: salida por izquierda, pelota rasante al área y Kleber Oliveira que, con manual en mano de goleador, colocó el balón abajo.
El rol protagónico se revirtió durante unos minutos. El empate incomodó al gaucho y Juventud adelantó sus líneas. Aun así, los estilos estaban claros: Progreso con esquema más corto y de pases seguros; el pedrense más estirado y en busca de sorpresas largas con transiciones rápidas como en su primer gol.
Al equipo de La Teja le costó acomodarse nuevamente a su estilo. Buscó con otras herramientas como en su segundo gol, de cabeza por parte de Rodrigo Mieres tras conseguir conectar en pleno tumulto aéreo.
El nivel fue muy intenso y preciso, sobre todo en el primer cuarto de partido. Goles, por lo tanto, alegrías y calenturas, ritmo y transiciones que no dejaban lugar para distraerse.
El goleador gaucho Franco López dijo presente sobre el final del primer tiempo tras un buen centro de Viera -destacado gaucho- y un cabezazo certero y cruzado.
El trámite cayó en su calidad futbolística. Las asociaciones dejaron de ser claras. Juventud buscó variantes con gente fresca y en busca de pelotas directas al aérea, pero no mejoró lo hecho en los primeros minutos.
A Progreso la desprolijidad más presente en los últimos minutos no lo incomodó y tuvo más. Valentín Adamo -mención aparte- sacudió la red tras una pelota entreverada en el aérea pedrense.
La goleada se cerró con un contragolpe asistencia del goleador anterior y Moreira definió a la carrera.
Qué ficha
El pibe entró, corrió, jugó y tiró rabona. El gaucho tiene promesa y realidad de gol. Valentín Adamo lleva un gol cada 59 minutos, tiene polenta, buen manejo de balón y demuestra que lo que tiene no le pesa en nada. El joven delantero viene de préstamo de River Plate y para los de La Teja puede ser un comodín en una temporada de Segunda División, que siempre se muestra competitiva.
Campeón, ¿y?
El gaucho goleó, festejó y así levantó la copa del Torneo Competencia y lo simbólico de siempre de tener premio en mano. En lo práctico, la obtención no da ascenso aún, sino que le asegura estar en la definición en busca de ello, en caso de no ascender de forma directa.
Sumado a la alegría simbólica de cada trofeo alzado, el balance para Progreso debe ser muy optimista. En la víspera del aniversario 106 del club de La Teja, aquel que supo ser campeón uruguayo en 1989.
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