Dentro del alicaído ambiente del fútbol sala uruguayo, que redujo su cantidad de equipos participantes de 13 a nueve esta temporada, hay una especie de oasis llamado Peñarol, actual tetracampeón en el masculino, y con una estructura deportiva que poco a poco va dejando de envidiar a los principales equipos de otros países.
El año pasado, en la Conmebol Libertadores de Buenos Aires, el conjunto aurinegro dio un salto competitivo importante en lo internacional, logrando plasmar todo lo bueno que venía haciendo en lo local desde hace un tiempo. La segunda ubicación obtenida en aquella Copa, lo puso en un sitial en que ningún club uruguayo había estado ni siquiera cerca en los últimos 15 años.
Ahora el desafío se renueva y desde este domingo en Caracas, el monarca del nuestro fútbol sala, afrontará una Libertadores a la que llega visto de otra manera. Por la campaña pasada y por el plantel que conformó para esta nueva edición, el aurinegro se coloca sin dudarlo entre los favoritos a ser finalista del torneo.
Además de la muy buena base de jugadores uruguayos que integran el equipo, con figuras como Richard Mascota Catardo, Juan Custodio, Ignacio Salgués y Mathías Fernández, entre otros, Peñarol sumó para el 2023 a Alfredo Chavela Vidal, un venezolano mundialista con su selección y que llegó para defender al club en toda la temporada de Liga Uruguaya.
Para la Libertadores puntualmente, se incorporaron cuatro brasileños. Xapa y Bello, quienes ya disputaron la Copa pasada en Argentina; André Vinicius Martins, proveniente del futsal de Emiratos Árabes; y Lukaian Baptista, un pivot de vasta trayectoria, con pasaje por la selección brasileña incluida, y que viene de ganar el campeonato de ascenso en Italia. Por si fuera poco, Agustín Sosa, internacional con la Celeste y que finalizó hace poco su vínculo con el Cesena italiano, también llegó para unirse a este equipo armado para pelear contra los mejores.
¿Cómo logra entonces Peñarol, dentro de una liga de pocos partidos, de ingresos casi nulos y donde con varios de sus rivales la diferencia es enorme, consolidarse de tal manera, proyectándose con posibilidades en lo internacional? Así trata de explicarlo Víctor Bedrossian, presidente de los Deportes Anexos del club, quien sostiene que “la realidad hoy es bien distinta a años anteriores, inclusive al 2018 cuando se empezó con este nuevo proceso. Hoy en día el presupuesto que sale de la caja del club es diez veces mayor al que se asignaba a la disciplina en ese momento, independientemente del apoyo económico que realizan determinadas personas”.
“Más allá de ese dinero que se está destinando a un deporte que es semiamateur, está el equipo de trabajo que está detrás de todo esto. Vos podés tener inversión, pero si no tenés gente laburando, es imposible que se sostenga. Acá estamos todos los días encima de todos los detalles: lesiones, nutrición, horarios de cancha para entrenar y fijar partidos, reuniones en AUF, problemas que puedan llegar a tener los jugadores a nivel familiar quizás. Son muchos los temas de los que este equipo de trabajo se ocupa, y no se soluciona solamente con dinero. Si fuera así, el que gasta más ganaría siempre. Y no es así. Por suerte no es así”, señala el dirigente.
Para Bedrossian otra de las claves del nuevo proceso de trabajo fue “dar en la tecla desde la formación en las juveniles, más allá de algún ajuste que se ha hecho, hasta la integración del plantel de Primera, con jugadores que están hace años en el club. Eso es fundamental. Ni que hablar la parte humana, tanto dentro de la cancha como fuera. Si no se dan todos esos puntos, es inviable lograr todo lo que se está logrando”.
“El cambio fue total”, asegura, y se muestra convencido de que se seguirá potenciando el proyecto cuando Peñarol concrete la realización del Polideportivo en la Ciudad Deportiva, y los planteles puedan tener su propia casa para entrenar y disputar partidos oficiales. Ya cuando se cambie el piso del Palacio Cr. Gastón Güelfi en poco tiempo, y se amplíe la cancha a dimensiones de 36x20, las categorías juveniles podrán ser locales allí.
“Hoy estamos todos alineados detrás de Marcelo Solomita -afirma Bedrossian- que es quien lidera el proyecto y le está dedicando una cantidad impresionante de horas hombre. Es una persona que escucha mucho y que aprovecha tener al lado gente que estuvo toda la vida en el deporte”.
Protagonista de América
Solomita, contador de profesión, llegó a la disciplina para darle el impulso definitivo, logrando posicionar a Peñarol como un modelo a seguir: “A mí me toca presidir el fútbol sala y yo me manejo así. Trato de hacerlo lo mejor posible. Ser profesional y ser perfeccionista”.
“En este camino entiendo también, por más que se diga que Peñarol está haciendo las cosas bien, que tenemos mucho por mejorar. Si bien nosotros el año pasado agregamos algunas cosas como mediciones nutricionales, filmaciones de entrenamientos, estadísticas de cada jugador, etc, son detalles que los tenés que tener. A nivel local capaz que no, pero en lo internacional todo el conjunto de detalles te termina marcando la diferencia”, señala.
Como presidente de la subcomisión de fútbol sala de los aurinegros, considera que ganar el Campeonato Uruguayo es “un objetivo claro”, pero que se plantea que “Peñarol sea protagonista en América, como pasó en la copa pasada. Siguiendo esa meta, es que apuntamos a mejorar todo. Sería histórico y una satisfacción que Peñarol consiga una Libertadores. Mientras me toque estar, lo voy a intentar”.
Desde la dirigencia se prefiere no dar detalles en números de lo que invierten para sostener este proyecto. Claro está, que el aporte de la institución, si bien cubre una buena parte de todo el presupuesto, no es suficiente. Según estima la diaria, entre remuneraciones a plantel y cuerpo técnico, alquiler de gimnasios y otros ítems, la inversión de Peñarol para el fútbol sala supera los 8.000 dólares mensuales. En mayo específicamente, contrataciones de extranjeros y preparación de la Copa mediante, esa cifra se duplicó.
Cabeza profesional
Pablo Lanza es uno de los hombres experimentados del conjunto carbonero. Desde el 2014 en el club, a sus 36 ya cuenta con diez Libertadores sobre sus espaldas, lo que lo convierten en un referente del grupo indiscutido. El líbero aurinegro afirma que “Peñarol hace muchos años viene apostando a nuestro deporte. Primero fue trayendo algún brasileño, después por los venezolanos (Viamonte y Bento en 2019), que fue cuando se comenzó esta era ganadora. Y después apostó también a entrenadores argentinos y refuerzos al momento de jugar la Copa. Hay una base que estamos de años, que se complementa con todos los jugadores que vienen”.
La actual temporada asumió como entrenador Fabián López, pero el proceso tuvo un antes y un después bien marcado en el 2022. Con la llegada de Ignacio Cabral como técnico, hoy en la selección de Chile, el plantel principal terminó de concientizarse de lo que necesitaba para elevar el nivel. Doble horario, sala de aparatos en el Palacio Peñarol, un promedio de seis horas semanales de cancha, y por supuesto, el famoso entrenamiento invisible.
“Uno tiene que ser profesional, porque por más que se cobren viáticos o algún jugador pueda vivir 100 por 100 de esto, hay que alimentarse bien, descansar bien, ir siempre a las prácticas y dejarlo todo. Creo que ya hace un par de años este grupo llegó a entender lo que es el profesionalismo día a día. Año a año hemos avanzado y la dirigencia consigue cada vez más cosas”, afirma Lanza, quien tiene claro que “la expectativa es ganar la Copa. Sabemos que es muy difícil porque todos los clubes se han reforzado, pero venimos trabajando muy bien”.
En el mismo sentido opina Richard Catardo, jugador desnivelante del equipo: “Invertir no te de seguridad de nada; sí te va a ayudar pero no te asegura ganar. Vos podés gastar en jugadores pero si esa inversión no viene acompañada de un proyecto deportivo es difícil. Peñarol lo tiene claro y entrenamos siempre en cancha de 40×20. Pero no es un equipo profesional porque la mayoría de sus jugadores trabajan y luego vienen a entrenar, como todos los equipos de la liga. Para mí la diferencia está en la cabeza, no soy profesional por cobrar, soy profesional si me lo tomo de esa manera”. Además para este torneo, se amplió el cuerpo técnico habitual del día a día, integrado también por Martín Garrido en la preparación física, Lourdes Legelen como kinesióloga, el doctor Tulio Peralta y Antonio Gerez como equipier. En Venezuela, acompañarán al argentino López, Sebastián Mareco como ayudante técnico y Lihuel Orlando en el scouting.
Quiénes y cómo
Peñarol debutó el domingo y terminó 0-0 con Sportivo Bocca de Ecuador. El lunes se medirá ante Deportivo Recoleta de Chile, cerrando su camino en el Grupo C el martes a las 19.00 ante el campeón de la liga venezolana, Centauros.
Una buena ubicación del carbonero en la serie, que perfectamente puede ganarla, lo llevará a un cruce de cuartos de final donde ya podría aparecer el brasileño Cascavel o el siempre difícil Cerro Porteño de Paraguay. Todos los partidos del torneo se podrán observar por el streaming de la Conmebol Libertadores en su canal de YouTube.
Plantel: Mathías Fernández, Lucas Rodríguez (goleros), Juan Custodio, Pablo Lanza, Brandon Díaz, Richard Catardo, Agustín Sosa, Nicolás Ordoqui, Ignacio Salgués, Alfredo Vidal, Rudimar Venancio (Xapa), Patrick Vieira (Bello), André Martins y Lukaian Baptista.