Con una larga, larguísima espera por un gol anunciado durante todo el partido, Uruguay cerró su participación en el grupo E del Mundial sub 20 venciendo 1-0 a Túnez con un gol de penal convertido por Franco González a los 93 minutos.

De esta manera el elenco dirigido por Marcelo Broli terminó en la segunda colocación del grupo, con seis unidades, y ahora deberá jugar en octavos de final con Gambia en el estadio Madre de Ciudades, de Santiago del Estero. Primero, con 7 puntos, quedó Inglaterra, que empató sin goles con Irak y jugará con Italia en La Plata.

La ética y el triunfo

Hay en el mundo de las competencias regladas una tensión ética aún no resuelta. Es muy visible en torneos continentales y mundiales, y se trata de cómo resolver el camino de la competencia dejando de lado el espíritu primitivo de que sólo se compite para ganar, para ser el mejor.

¿Es válido no ganar? ¿O, más que eso, ganar y olvidarse de lo que viene en cuanto al potencial del próximo rival, en cuanto a la rama del fixture que podría marcar los próximos partidos?

Lo veo como algo ético y casi dogmático en el fútbol uruguayo: se juega para ganar y no para elegir potenciales rivales o viajes en la fase siguiente. Aunque parezca raro y perturbador, acompañamos esa bandera desde nuestros primeros días en la vereda, en los patios de las escuelas, en un trapecio con matas de pasto que bautizamos “estadio”. Siempre jugar por lo mejor, sin importar los cruces peligrosos del camino. Está bien que así sea.

La espera

Una simple acumulación de factores nos dio una primera parte con juego exclusivamente en campo tunecino. Los africanos se refugiaban, con una defensa apretadísima, muy cerca de su área, mientras que los uruguayos presionaban buscando de diversas maneras la apertura y la superioridad.

Entusiasmó mucho la forma de juego celeste absolutamente vertical sobre el arco tunecino. Y el ataque, que fue permanente. Es bueno y lindo ver eso como expresión futbolística en cualquier partido, pero más lindo aún si pasa en un Mundial, y entusiasma aún más cuando sucede con jóvenes que están completando su proceso en la antesala de la élite que nos representará como país futbolero en las máximas contiendas.

El aurinegro Damián García hizo un espectacular juego de contención, con un aporte dinámico de inicio de ataques, y el defensorista Matías Abaldo –que en la segunda parte se fue lesionado– sumó una vez más una gran actuación mundialista: fue un infierno por la franja derecha, esta vez como parte del 4-3-3 que propuso Marcelo Broli al dar ingreso a Juan Cruz de los Santos en la banda izquierda y pasar a Luciano Rodríguez de delantero centro en sustitución de Andrés Ferrari.

Juego bien asociado, pelota segura, acciones de engaño; así construía Uruguay cada uno de sus profundos ataques. Era solamente cuestión de esperar. Fuimos pacientes. Esperamos toda la primera parte un gol que no llegó.

Por la misma

En la segunda parte Túnez se volcó un poco más a campo uruguayo, lo que permitía que quedaran más espacios para que los celestes pudiesen elaborar ataques punzantes. Pero a mayor velocidad, en concubinato con el apuro, menor acierto en las combinaciones. No obstante, se siguió dando la misma modalidad de la primera parte, con ataques profundos uruguayos y falla en la definición.

Se repitió Uruguay en su forma de juego y fue acrecentando sus errores ya no sólo en la acción final, sino en la generación del fútbol de mediocampo hacia adelante, lo que permitió que Túnez se mostrara un poquito más suelto.

Tanto, pero tanto hubo que esperar, que el gol de la victoria, el único de mil ataques, llegó cuando ya estaban en los descuentos y de penal, en una excepcional ejecución de Franco Cepillo González. Había sido justamente el gran futbolista danubiano el que había mandado un centro templado al corazón del área, cortado con una grosera mano de Ghaith Ouahabi que terminó en el indudable penal.

Fue, de alguna manera, lógico que Uruguay ganara, no tanto que lo lograra apenas y sobre el final.

Aunque desde el principio al final del partido Uruguay jugó con la clasificación en el bolsillo, nunca especuló con su forma de jugar ni con el resultado. Se juega para ganar. Se ganó. Ahora, a seguir el camino establecido. A seguir el camino de Santiago (del Estero) con fútbol y buena actitud.

Detalles

Estadio: Malvinas Argentinas de Mendoza.
Árbitros: José María Sánchez, Raúl Cabanero y Inigo López de Cerain (españoles).

Uruguay (1): Randall Rodríguez, Mateo Ponte (78' Andrés Ferrari), Sebastián Boselli, Facundo González, Alan Maturro, Fabricio Díaz (78' Rodrigo Chagas), Damián García, Franco González (93' Ignacio Sosa), Matías Abaldo (62' Anderson Duarte), Juan Cruz de los Santos (93' Nicolás Siri) y Luciano Rodríguez. Entrenador: Marcelo Broli. Suplentes: Facundo Machado, José Arbio, Mateo Antoni, Mathías de Ritis, Santiago Homenchenko.

Túnez (0): Dries Arfaoui, Mahmoud Ghorbel, Karim El Abed, Raed Bouchniba, Ghaith Ouahabi, Ali Saoudi, Yassine Dridi (76' Malek Mehri), Mohamed Wael Derbali, Mohamed Dhaoui (69' Youssef Snana), Jebril Othman (57' Raki Aouani) y Chaim El Djebali (76' Baraket Hmidi). Entrenador: Montasser Louhichi. Suplentes: Raed Gazzeh, Thomas Zouaghi, Zinedine Sassi, Samy Chouchane y Bechir Yacoub.

Gol: 92' Franco González (U), de penal.

Rómulo Martínez Chenlo, desde Mendoza.