Con gol de Juan Izquierdo a los 84’, Liverpool superó a Defensor Sporting y se coronó campeón del Torneo Intermedio, levantando una nueva copa luego de haber ganado la Supercopa Uruguaya a comienzos del año.
Lindo fútbol
Con un clima ideal, el Parque Viera recibió una nueva final del Intermedio que prometió buen fútbol desde lo previo y cumplió con creces. Liverpool y Defensor fueron los equipos más competitivos de este torneo, y dos de los conjuntos más equilibrados y regulares de toda la temporada actual del fútbol uruguayo.
El encuentro fue digno de final, tanto por el contexto de tribunas colmadas, buena previa y mucha expectativa, como por lo que salieron los protagonistas a hacer a la cancha, respondiendo a los estilos de los entrenadores: Liverpool era más profundo e intentaba conectar sus mejores jugadas desde su primera línea, y Defensor se plantaba con un juego de asociación.
A pesar de que la primera parte fue movida y con la dinámica de ida y vuelta, no hubo goles porque no existieron jugadas de mucho peligro, salvo una triple donde Sebastián Britos, arquero de los negriazules, evitó que se abriera el marcador tras un gran remate de Joaquín Valiente y un par de rebotes más.
Mucho pienso
Jorge Bava y Marcelo Méndez tuvieron que pensar estratégicamente en el armado de sus equipos: en los negriazules volvió Ruben Bentancourt, que había estado suspendido, y tuvieron la ausencia de Gastón Martirena, que fue vendido a Racing de Avellaneda; mientras que el entrenador violeta no pudo contar con Adrián Rocky Balboa, porque la semana anterior fue transferido al Deportivo Pereira de Colombia. Tampoco tuvo a disposición a Guillermo de los Santos, que se está recuperando. Como positivo, contó con el retorno de Nicolas Ojito Rodríguez, al que lo esperaba una expulsión en el complemento por doble tarjeta amarilla luego de una falta sobre Luciano Rodríguez.
En esa segunda parte, en la que la adrenalina había aumentado, Marcelo Meli tuvo el primero para Liverpool, pero una mano suya en la jugada evitó que el gol fuera válido. Sirvió para despertar aún más el deseo de gol y la atención del arquero Matías Dufour, que le evitó la alegría al paraguayo Miguel Samudio, que sacó una volea fortísima de zurda y el portero se lució.
Pero al poco tiempo pasó el quiebre: primero se fue expulsado Ojito Rodríguez por doble amonestación; minutos después, Izquierdo la mandó a guardar. Fue tras un tiro y de cabeza, luego del pase de Bentancourt de la misma forma –porque dos cabezazos en el área suelen ser gol– que se abrió el marcador.
En ese momento se desató la alegría negra y azul en la casa bohemia, porque a la tranquilidad de ir un tanto arriba se le sumaba la del jugador de más y la del poco tiempo de juego que quedaba.
Con el pitazo final, la alegría en la tribuna y las medallas colgadas. Una nueva copa para Liverpool, que ya sabía de ganar este torneo y junto a Nacional siguen siendo los dos únicos equipos en conquistar el Intermedio.
La presea al cuello de Jorge Bava, el entrenador que con su planteo logró forjar un equipo sólido, de fútbol vistoso, con pienso en sus jugadas y con un plantel diverso que combina experiencia –como la del arquero Britos– con juventud –como la de los campeones del mundo Fabricio Díaz y Luciano Rodríguez en el ataque–, y con el goleador Bentancourt, que en Liverpool no paró de demostrar calidad.
Una nueva copa que se fue para Belvedere.