Allí donde prevalece la estética verde y natural, Wanderers recibió a su vecino River por la cuarta del Intermedio de la Serie A en el Parque Viera. En una fiesta especial, que los hinchas hicieron saber al recibir a cada equipo, el Prado, aún sin su aliado natural -el sol-, se iluminó de expectativa.

Al saber de todo el entorno, los protagonistas salieron a buscar. La intensidad era la variable que se percibía a primera vista, como así también las imprecisiones.

El bohemio tenía la clara intención de sacar la guinda limpia de su propia área, con la posesión como aliada principal. Esto generó el efecto contrario, porque la primera clara fue de River tras cortar esa intención local, cuando Pablo García remató desviado.

Los esquemas eran difusos, pero cada uno asumió su rol temporalmente en la primera mitad. Wanderers con mayor cantidad de pases -aunque muchos imprecisos- y River ya con cierta verticalidad y salida más rápida.

Los bohemios que acompañaron tuvieron que esperar un buen rato para seducir el grito de gol, luego de una prolija salida del fondo que comenzó y finalizó Nicolás Albarracín, con remate defectuoso.

Fonseca y Beglio se encargaron de ser los faros tácticos a la hora de sacar al equipo con pelota. Pablo García se mostró en el comienzo como el más claro técnicamente, que tuvo una y asistió con centro en otra.

Ramiro Costa, de Wanderers y Fabricio Vidal, de River Plate, el 1º de julio, en el Parque Viera.

Ramiro Costa, de Wanderers y Fabricio Vidal, de River Plate, el 1º de julio, en el Parque Viera.

Foto: Camilo dos Santos

Para el darsenero el comienzo fue incómodo y se acomodó en el transcurrir, aunque también hay que decir que no sufrió en contraataques claros.

Se fue de goles

Si bien el panorama lució algo similar al inicial, el local cambió el ritmo en el complemento. Con ello trajo una troja de goles.

Las ausentes asociaciones aparecieron, y Camargo de la banda jugó al medio para que el punta Matías Fonseca convirtiera el primero con el arco libre.

Si esto ya era adverso para el darsenero, la expulsión de su zaguero Brunelli complicó más el asunto. Cuando el local cazó que su rival se caía de a poco, Fonseca repitió con una jugada similar al primero y que definió de manual.

Y el pibe se agrandó, infló el pecho y consiguió el tercero del equipo -y en lo personal- con un corrida formidable que dejan al zaguero y golero atrás, para ya dar cierre a un partido que no tenía competencia alguna.

El trajinar era otro, River no estaba en cancha y el bohemio, en otra de las suyas, asistió al medio para que el lateral Figueredo hiciera el cuarto y definitivo.

En qué andan

Con el triunfo, Wanderers mantiene su buena posición en la tabla Anual. Además se acomodó mejor en su serie del Intermedio a tan sólo dos unidades de Danubio, que juega mañana y es el puntero.

El panorama de los vecinos del Saroldi no es tan distante. En la serie perdió posición tras la derrota, pero se mantiene a tiro, y en la tabla acumulada se encuentra cerca de las posiciones de clasificación a copas.