Danza de nombres en la previa de las Eliminatorias

Marcelo Bielsa y la AUF le abrieron la puerta a un juego indeseable: el de las especulaciones sobre casos individuales y sobre las razones que motivan el secretismo.

Hay un secreto, mal guardado, que es el de la lista de reservados para las dos primeras fechas de Eliminatorias. En tal lista, reglamentaria para la FIFA, se le comunica a los clubes del extranjero que uno o varios de sus futbolistas con nacionalidad uruguaya podrían ser convocados para jugar con su selección en setiembre. Cuando esa lista se emite, no se conocen qué jugadores del medio local podrían ser convocados. A menos que el entrenador decida lo contrario, nadie tiene ese conocimiento: ni los propios jugadores, ni los clubes, ni los representantes, y tampoco ningún periodista. Eso, para los del medio local.

Contrario al proceder instalado en la Asociación Uruguaya de Fútbol durante el mandato de Óscar Washington Tabárez, que abarcó la mayor parte de los últimos 16 años de la vida deportiva de la selección, las reservas siempre se hicieron públicas y se dieron a conocer, primero, a través de las redes sociales de la Selección y mediante el envío de la información a la prensa por formatos como el mail, o la publicación en la web de AUF: todo en simultáneo, sin diferencias entre unos medios y otros. Ese proceder se mantuvo en el periodo en el que Diego Alonso estuvo al frente de la conducción técnica.

Entre el 18 de agosto y hoy, conocimos a través del Twitter de la Selección Uruguaya a los convocados como sparring –compañeros de entrenamiento– para preparar la doble fecha de Eliminatorias mundialistas con la selección absoluta, a los convocados de la Sub 15 para jugar amistosos, y hasta a los de la Sub 13, nueva categoría que dirigirá el exjugador Ignacio González. Sin embargo, no conocemos oficialmente la lista de reservados de la selección absoluta, que se entregó el viernes 18 de agosto, plazo reglamentario establecido por la FIFA.

No hay secreto que pueda ser guardado cuando involucra la vida deportiva de 30 o 35 jugadores –porque ni eso sabemos, la cantidad exacta de reservados–. Son una cantidad similar de clubes los que quedan involucrados, al menos un par de decenas suponiendo que algunos futbolistas son compañeros de club.

En ese contexto, son múltiples las fuentes posibles: dirigentes, administrativos, representantes y los propios jugadores o sus familias, los que pueden filtrar esa información a los periodistas. El manejo de esta información atañe a la opinión pública, por el interés que el fútbol genera, a los sueños e ilusiones de los futbolistas, pero también al negocio de sus clubes y sus representantes, que se ven afectados en buena o mala manera cuando un jugador es o no incluido en una reserva.

Una selección en la que esta información no circula de forma oficial, decisión que tanto Bielsa como AUF están en todo su derecho a tomar, habilita a que algunos jugadores, sus representantes y la propia opinión pública tejan sus especulaciones y su propio relato en relación a qué es lo que está pasando. El ejemplo más claro es todo lo que ha sido dicho sobre la ausencia de Luis Suárez y Edinson Cavani en la lista fantasma, la no oficial.

Las acciones de cada uno de estos actores, no tienen por interés principal el beneficio del combinado que representa al fútbol uruguayo, la selección, sino intereses particulares. Al menos eso se puede suponer, y esto es dicho sin ningún tipo de suspicacia respecto a la intención que guía a cada uno de estos actores. Simplemente en el entendido de que todos actúan por motivaciones personales: algunas tan socialmente aceptadas como la gloria deportiva y el deseo o el orgullo de vestir una vez más la camiseta de la selección.

Además falta mencionar a otro grupo trascendente en este circo: los periodistas. Un colectivo diverso, con ejemplares dispuestos a prender fuego la pradera a cambio de la escucha, de la lectura, del rating, a cambio simplemente de un click, o al mero hecho de existir en este griterío mediático que premia –con la posibilidad de ejercer la profesión y cobrar un sueldo–, a quienes consiguen atrapar a un público finito, en un país por demás pequeño, en el que no hay lugar para todas las voces, al menos en términos de mercado.

El periodismo pretende existir. Lo hará con o sin información oficial. Lo hará con buenas o con malas intenciones, y muchas veces dirigirá la batuta. Periodismo sin información oficial, brindará terreno a la especulación, a los amiguismos que privilegien dar información a unos sobre otros. A ejercicios más plutócratas y mucho menos demócratas. Porque para democratizar la comunicación, en este caso de la selección uruguaya, entre otras cosas hace falta que los nombres que ya todos (clubes, jugadores y representantes) conocen para sí, sean conocidos por la opinión pública, en simultáneo, sin privilegios. Medios para lograrlo, sobran, y es por eso que la decisión de Bielsa, si es que fue suya, aunque respetable, es muy cuestionable.

Algunas preguntas dejaré presentadas, como genuinas dudas: ¿Es Marcelo Bielsa quien tomó la decisión? ¿El departamento de comunicación de AUF aconsejó al entrenador para actuar de otra manera? ¿Formó la comunicación de la selección uruguaya parte de la negociación para acercar al nuevo entrenador? ¿No sería conveniente que la asociación mantenga el control sobre un protocolo básico de manejo de la información, independientemente de quién sea el entrenador?

Mientras tanto, ganan los de siempre, los que no ganaban con Tabárez.

La lista

Entre dimes y diretes, el programa radial Tirando paredes ha dado a conocer a al menos 30 reservados. No figura Fernando Muslera, sobre quien pesa una suspensión, sanción disciplinaria impuesta por la FIFA luego del último partido del Mundial 2022. También sancionados están José María Giménez, además lesionado, y Edinson Cavani, quien según trascendió no figura en la lista, al igual que Luis Suárez –que sí está habilitado y en condiciones para jugar–. Otros ausentes por lesión, al menos hasta que se demuestre lo contrario en próximas convocatorias, son Martín Cáceres y Guillermo Varela.

La presencia de Sebastián Coates, siempre según el mismo programa radial, se decidió a último momento, cuando se dio la lesión de Ronald Araújo en Barcelona. En tanto que la presencia de Nahitan Nández lo acerca al retorno a la selección, luego de archivarse la denuncia que pesaba sobre él por violencia doméstica.

El caso se saldó, no porque se demostrara su inocencia, sino porque hubo acuerdo entre el futbolista y la víctima. Aunque este delito puede perseguirse de oficio, la fiscal entendió que sin la declaración de la víctima era inviable que un juicio oral prosperara.

Lo no dicho

La lista armada a través de confirmaciones de clubes, jugadores, y contratistas.

Goleros
Sergio Rochet
Franco Israel
Santiago Mele

Defensas
Bruno Méndez
Santiago Bueno
Sebastián Coates
Mauricio Lemos
Matías Viña
Mathías Olivera
Joaquín Piquerez
Lucas Olaza
José Luis Rodríguez
Nahitan Nández

Mediocampistas
Federico Valverde
Manuel Ugarte
Matías Vecino
Emiliano Martínez
Felipe Carballo
Maximiliano Araújo
Rodrigo Salazar
Nicolás de la Cruz
Giorgian de Arrascaeta

Atacantes
Agustín Canobbio
Facundo Torres
Facundo Pellistri
Brian Rodríguez
Cristian Olivera
Darwin Núñez
Thiago Borbas
Maximiliano Gómez.

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