La batucada celeste sonaba sin descanso y se perdían tras las gradas las últimas nubes rojas del atardecer cuando los jugadores entraron a la cancha del estadio Domingo Burgueño Miguel. A las 20.25 buena parte del público aún estaba ingresando, probablemente porque el sábado 13 fue un hermoso día de playa en la costa de Maldonado.
Lo que en principio pintaba como un amistoso preolímpico aburrido, como casi todo amistoso, se convirtió en un cotejo potente. Primero, el avance de Uruguay, sin la aguerrida camiseta celeste, toque y toque. Camiseta blanca para los uruguayos y azul para los paraguayos, que, de a poco, fueron afianzándose en el césped y trancando fuerte.
En el palco oficial estaban presentes dirigentes de la Asociación Uruguaya de Fútbol, el director de selecciones, Jorge Giordano, algunos empresarios, el jugador Marcel Novick y autoridades departamentales.
El primer amistoso le sirvió a Bielsa para esbozar la idea y el equipo. Entre las cosas más destacadas, Randall Rodríguez fue el arquero –que se fue expulsado–, llamó la atención que Santiago Homenchenko arrancara como central izquierdo –y lo hizo bien–, César Araújo fue el 5 y el capitán, y de nueve jugó Cristian Olivera, desplazando a Luciano Rodríguez a una de las bandas de ataque. Cuando pocos lo esperaban, porque Paraguay estaba siendo superior, Santiago Homenchenko aprovechó un tiro de esquina y metió el cabezazo que abrió el tanteador para Uruguay, a los 42 minutos del partido.
Antes de pitar el final del primer tiempo, el árbitro Javier Feres le mostró la roja al fernandino Randall Rodríguez. Mal sacada, opinaron quienes estaban atentos a la jugada y abuchearon de lo lindo.
Luciano Rodríguez, seguramente observado por dirigentes del Vasco da Gama brasileño –que el 9 de enero inició su pretemporada en el Solanas Resort–, se lució con el segundo gol, a los 52 minutos. “Nos gusta su solidaridad, su rapidez y cómo baja a marcar”, lo elogió más tarde, en la zona mixta, el periodista Jonathan Santos, de la carioca BTB Sports, consultado por la diaria.
Tras el gol del codiciado Rodríguez llegó el primero de Paraguay, del pie de Alan Núñez. Sin embargo, un error garrafal del guaraní Fernando Román amplió la distancia en el minuto 56: pretendió mandar la pelota al córner, pero batió a su propio guardameta y le regaló el tercero a Uruguay.
La selección nacional siguió llevando el partido pese a estar con un jugador menos hasta el minuto 88, cuando el paraguayo Fernando Cardozo salió expulsado por segunda amarilla. Después, ya en los descuentos, Cristian Olivera intentó un penal que marró, pero terminó convirtiendo el cuarto gol con la asistencia de Homenchenko.
En las breves entrevistas que ofrecieron tras el partido, camino al bus, los juveniles celestes se mostraron felices por el triunfo y más por la oportunidad de estar al mando de Bielsa, quien los felicitó por el resultado.
“Es un técnico de élite, todos saben cómo juega. Estoy contento por haber entrado, no lo esperaba, pero siempre hay que estar preparado”, comentó Mateo Ponte. Después, el jugador del Botafogo mostró un rudimentario portuñol cuando el periodista de BTB le preguntó por sus expectativas para la temporada: “Jugar y dar lo mejor para el equipo, ayudar en todo lo que necesite y estar pronto para lo que suceda”, le contestó al carioca.
Casi como un mantra, los periodistas repetían: “¿Cuál es la diferencia entre Broli y Bielsa?”. “La intensidad, que le gusta jugar más fuerte, pero nos estamos acostumbrando, vamos agarrándole la mano”, admitían los gurises sonrientes, sin rastros de preocupación. Mientras saborean el triunfo, ya piensan en el próximo amistoso del martes, cuando se enfrentarán a Banfield, también en el estadio Domingo Burgueño Miguel.