Cuando Defensor Sporting fue a buscar a Walter Montoya, esperaba calidad. Un jugador que no está en su mejor momento pero que, además de romperla en el fútbol argentino, jugó en el Sevilla de España, en Gremio de Brasil y Cruz Azul de México, entre otros equipos importantes. Promediando el segundo tiempo, el volante hizo un control orientado fenomenal para su pierna derecha y desenfundó la hábil. El tiro fue imposible para Yonatan Irrazabal.

El gol fue la diferencia, como muchas veces en el fútbol y más en los trámites cerrados del Clausura. En lo global, Defensor hizo más por ganarlo, impuso condiciones durante gran parte del encuentro y pudo liquidarlo en el epílogo en un contragolpe en el que José Álvarez dejó solo al pibe Augusto Cambón, que la quiso picar pero lo ahogó el arquero.

Bruno Sacarello, juez del encuentro, dio 13 de descuento porque en un pasaje del complemento la hinchada del elenco de Punta Carretas prendió bengalas y demoró la reanudación del encuentro. Pese a lo largo del tiempo agregado, River no tuvo ideas para conseguir el empate.

En la cancha

Defensor Sporting tuvo la iniciativa, controlando la mitad del terreno y, con eso, el balón. El equipo de Punta Carretas construyó desde el medio para profundizar por las bandas, fundamentalmente con Pepe Álvarez que subió incansablemente por izquierda. Le faltó terminar bien la jugada. Si la visita hubiera resuelto con más claridad, el gol de apertura era un hecho, ya que el darsenero no defendió bien.

Pese a ser dominado, el darsenero tuvo una jugada importante en los pies de Valentín Amoroso, que se tiró a la derecha y enganchó para su zurda. El remate no era tan potente, pero el pique antes de llegar a Kevin Dawson le transformó en peligroso. Los de Francisco Palladino eligieron atacar de forma directa, sin paciencia para mover la pelota y, con eso, la defensa del rival. Sin ser un primer tiempo ultra aburrido, se fueron sin goles al descanso.

En el segundo tiempo la iniciativa fue de River Plate, como si hubiera una bajada para el arco que da a la cancha Atilio Pelossi. Cambiaron de cancha y cambió el dominio. El trámite fue más chato que en la primera mitad, pero el darsenero intentaba ir por las bandas para dañar a Marcos Camarda.

Quizás en el mejor momento del dueño de casa, llegó el gol visitante. Palladino metió variantes para ir en busca del empate. Como se dice vulgarmente: puso toda la carne en el asador. Con dos centrodelanteros generó inconvenientes en las referencias defensivas; Defensor se había acostumbrado a jugar con tres zagueros para un delantero y salir a tapar las bandas. En esos primeros instantes post cambios, Marcos Camarda tuvo dos oportunidades donde no pudo definir bien para colocar la igualdad.

En el final River acumuló gente en el área rival, pero no tuvo claridad y, pese a que intentó haciendo llover centros, siempre encontró respuesta en la altura visitante que despejó todo lo que llegó. Los de Navarro sacaron un triunfo necesario, que más allá de lo numérico es un bálsamo para aliviar un presente complejo en el rendimiento del equipo.