Martín Lasarte comenzó analizando el trámite: “Cuando uno gana un partido de estas características, no solamente gana tres puntos. Da un mensaje y una señal. Para nosotros era muy importante. Tengo la sensación de que hicimos más. Era en nuestra casa y tenemos la obligación siempre, y en este caso más porque dependíamos de nosotros mismos. El resultado avala todo esto”, dijo.
El director técnico tricolor había sido claro en la previa sobre el conformismo en el nivel de su equipo, el clásico lo confirmó: “No veo tan mal al equipo. Somos el que más goles mete y recibimos pocos. Tuvimos una dificultad durísima; la estamos superando. De a poco empiezan a aparecer chicos jóvenes. Estamos haciendo bien las cosas. Lo que hacen otros, bien por ellos”.
Viento, nervios e incertidumbre
Nacional fue de menos a más. Sobre esto, el entrenador comentó: “En el primer tiempo ejercimos supremacía. Creo que incluso debimos haber aumentado la diferencia. Nos faltó algún remate más desde afuera del área. Hicimos alguna pared, que son lindas de ver, pero teníamos que haber tirado más. El viento estaba muy complicado. Fue un partido de mucha ansiedad, nervios y decisiones, con la incertidumbre de lo que estaba ocurriendo en la tribuna, sobre lo que uno poco puede hacer”.
Santander, Oliva y Sanabria
Justamente, al ser consultado sobre el comportamiento de los hinchas que puso en peligro la continuidad del partido, dijo: “Una pena. Entrar a la cancha fue un gesto estéril. Uno quiere hacer algo, ver si alguna cabeza puede responder a un poco de raciocinio. Vas ganando, son tus aficionados, no es entendible. Lo que precisábamos era ganar, cantar y alentar, no otro tipo de problemas. El mundo del fútbol está así. Nosotros pensamos que solamente pasa acá, pero pasa en todos lados. Hay que tomar medidas y hacer algo para que este tipo de cosas no ocurran”.
Para Martín Lasarte como entrenador tricolor este fue el primer triunfo en cancha por el campeonato Uruguayo debido a que contaba con una victoria, pero en los escritorios el día que tomó como triste nombre el “clásico de la garrafa”, cuando, por terribles hechos de violencia en la tribuna Ámsterdam, asignada en aquella oportunidad, como casi siempre desde hace años, a Peñarol, hubo incidentes y hasta se tiró desde lo alto de la tribuna una garrafa hacia el exterior del Centenario. Ahora el técnico pone paridad total a sus clásicos oficiales con dos victorias, dos derrotas y cinco empates.
Para cerrar, Lasarte elogió al paraguayo Federico Santander, delantero que colocó el gol del triunfo: “Entró para jugar hacia adentro. Estuvo muy bien, pivoteando y castigándose con los zagueros rivales. Me parecía que estábamos teniendo problemas en esa faceta, perdiendo muchos balones divididos. Me alegro mucho por él. Trabajó mucho después de varios sinsabores que vivió. No creo que se enoje, pero me alegro mucho por Marcelo Tulbovitz, que en esas intuiciones que tiene me comentó en algún momento de esta semana que veía un gol de Santander”.
En la superioridad del primer tiempo, fue clave el dominio en la mitad de la cancha. En ese sentido fue importantísimo Christian Oliva, una de las grandes figuras del clásico; el entrenador lo destacó: “Tuvo otro partido extraordinario. Tiene un caudal temperamental por encima de la media y cualidades muy importantes. A veces los períodos de inactividad conspiran contra el buen rendimiento de un jugador. Él estuvo mucho tiempo sin jugar. A veces, venís de ese contexto, jugás y parece que estás lejísimos. Ahora, cuando empezás a jugar seguido, sumás minutos y es otra cosa. Evidentemente se parece al que fue transferido hace unos años. Terminó acalambrado”.
Otro que la rompió en el mediocampo fue Lucas Sanabria, el pibe que cada vez juega mejor, y también dejó conforme a Lasarte: “Era nuestro primer cambio antes de sufrir la lesión. Venía muy bien. Lamentablemente se lesionó y le tocó empezar de atrás. Tiene características que lo hacen confiable; eso es muy importante para un jugador joven. En líneas generales, siempre está muy concentrado y ordenado. Hizo un buen primer tiempo. Confirmó que la decisión que tomamos era buena”.