A Cerro su gente lo acompañó al barrio vecino de Capurro. El empate en el clásico de la Villa le dejó empardada el alma. Fénix, pisando las cenizas de su propio fuego, peleando por zafar de los últimos números, los que nadie quiere mirar. Pero a Fénix el partido se le haría cuesta arriba, uno más, apenas empezado el juego. Es que Joshuan Berríos inventó el contragolpe. En una pelota quieta, de las primeras que Fénix envió sobre el área de la visita, un despeje orientado le permitió a Berríos arrancar una carrera en su propia cancha que terminaría inflando las redes. Nadie pudo pararlo. Y Cerro apuró los naipes con el 1-0.

Agustín Alfaro corrió con rivales trepando, arremetió Fénix como pudo, con Andrés Schettino gobernando el medio de la cancha como en un disco de Jaime. Pero Cerro volvió a pegar justo a tiempo. El argentino Horacio Tijanovich recibió una pelota sin demasiadas pretensiones y giró sobre el rival para sacar un remate furtivo que venció a Emiliano Márquez.

Vigneri movió el banco antes de lo pensado por la lesión de Adrián Argachá en la misma jugada del gol y colocó a Facundo Rodríguez, que le permitió otra salida al ave. Aprovechó Vigneri y mandó también a Mauro Cachi, que desde el banco provocó el primer suspiro para los locales. Atrás, Montevideo espléndida, la bahía. Sobre el final del primer acto, Thiago Ramírez tuvo el suyo pero Márquez resistió. En la siguiente, Alejo Macelli le pegó algo mordido y la pelota dio en ambos verticales antes de irse.

El segundo tiempo se inauguró con gol de Fénix. Cuando todavía se estaban acomodando, Alfaro puso una hermosa pelota para Maxi Juambeltz, que no hizo más que los mandados: definió cruzado ante la salida desesperada de Mathías Cubero. Nicolás González contestó tirando un caño y un centro al área que Tijanovich cabeceó alto. La expulsión de Facu Rodríguez en el equipo local terminó de torcer el juego: el lateral bajó a Berríos cuando se le escapaba. Cuando Ramírez cobró la pena, Márquez volvió a lucirse a pesar de la desventaja.

Faltando diez minutos, Mauro Cachi hizo volar a Mathías Cubero en un tiro libre con calidad. El partido se tornó conversado. Fénix siguió buscando el empate, como cada punto para la olla del descenso. Cerro supo cuidar la ventaja y sueña con la Copa Sudamericana de la mano de Ignacio Pallas. No sin antes liquidar el partido por la cabeza de Martín Rabuñal, que encontró un rebote y certificó el 3-0.