Si hubiera que hacer un resumen apurado del campeonato 2024 de Fórmula 1 podría decirse que en la primera mitad del año el neerlandés Max Verstappen lideró con comodidad y que en la segunda se dedicó a reducir daños por la pérdida de rendimiento de su Red Bull. Las Ferrari y los McLaren se le acercaban en la tabla, y el británico Lando Norris se transformó en el “retador”. Hasta que llegó el Gran Premio de Brasil, hace 15 días.

Allí, en las mismas condiciones lluviosas en las que había brillado en 2023, en el mismo circuito de Interlagos en San Pablo, Verstappen ganó desde el fondo, y no sólo volvió a recuperar ventaja en los puntos, sino que le asestó un golpe anímico brutal al pobre Norris, que fue perdiendo posiciones a lo largo de la carrera y demostró no estar a la altura del desafío.

El jueves los equipos llegaron a Las Vegas, en Estados Unidos, la antepenúltima carrera del campeonato. Matemáticamente, Norris tiene chance: hay 86 puntos en disputa y Verstappen tiene una luz de 62. Eso significa que si llega delante de Norris, será campeón, aunque también hay una serie de permutaciones que le dan la victoria anticipada al neerlandés: si Norris llega segundo (gana 18 puntos) y él termina tercero pero marca la vuelta rápida (suma 16); si Norris es tercero (15 puntos) y él termina cuarto con vuelta rápida (13 puntos); si Norris es cuarto sin la vuelta rápida (12 puntos) y él termina quinto (10 puntos); si Norris es quinto sin la vuelta rápida (10 puntos) y él termina sexto (8 puntos); si Norris es sexto sin la vuelta rápida (8 puntos) y él termina séptimo (6 puntos); si Norris es séptimo, sin vuelta rápida (6 puntos) y él termina octavo (cuatro puntos); si Norris es octavo sin la vuelta rápida (4 puntos) y él llega noveno (2 puntos); y si Norris solo suma dos puntos o menos, sin importar cómo llegue él.

Queda claro que Verstappen tiene enormes chances de liquidarlo el domingo... en los números. En la pista, tendrá varios elementos en contra, como se vio en las pruebas libres del viernes. La pista, de largas rectas, no favorece al Red Bull, que no se destaca por su velocidad de punta. Pero además, Red Bull lanzó una denuncia reglamentaria sobre la altura del piso de los autos para detener el ascenso de Ferrari, pero la resolución de la FIA terminó perjudicando no sólo a la escuadra italiana, sino también a los propios denunciantes. Además, Red Bull cometió un error imperdonable: llegó a Estados Unidos sin el ala posterior específica para circuitos de baja carga aerodinámica, por lo que deberán usar una que ofrece demasiada resistencia, inadecuada para una pista donde la velocidad de punta manda.

En cambio, el McLaren de Norris demostró que puede estar entre los punteros, por lo visto en las pruebas, así que tiene alguna oportunidad de estirar un poco más la lucha. Sorprendió en esas pruebas lo realizado por el equipo Mercedes Benz, que venía de hacer un bochorno en Brasil. El heptacampeón Lewis Hamilton dominó las pruebas libres de una forma en la que no lo había hecho en el resto de la temporada, y su compañero George Rusell también estuvo cerca del top. Sin olvidar las Ferrari de Charles Leclerc y Carlos Sainz que, a pesar de las modificaciones obligadas al piso de sus coches, se mostraron competitivas.

La de Las Vegas será una carrera para fanáticos y/o trasnochadores, porque se correrá en la medianoche del sábado estadounidense, entre marquesinas, luminarias, casinos y hoteles, pero por aquí será la madrugada del domingo.

Gran Premio de Las Vegas. Domingo a las 3.00. En ESPN, Disney+ y la aplicación de streaming de la Fórmula 1.