Parecía triunfo de Boston River. El sastre ganaba prácticamente desde el cuarto de hora inicial del partido y, llegando a los 80 de juego, manejaba el partido cerca del arco de Racing. Es más, tuvo alguna chance más para aumentar diferencias y bajarle la cortina a la historia. Pero la historia cambió.
El gol de Juan Manuel Gutiérrez -uno de los mejores jugadores de Boston River en el año- quedó lejos. Ya nadie se acordará del error defensivo de Racing cuando salía del fondo y de la rapidez mental de Gutiérrez para sacar provecho de eso. No. De lo que se hablará por un rato será de los goles del final, esos que dieron la victoria a quien iba perdiendo hasta el minuto 88.
Los goles (y la soluciones de juego, porque si Racing se paró mejor en la cancha fue después de los cambios que hizo Eduardo Espinel) llegaron desde el banco. Primero fue Alejandro Severo el que, merodeando el borde del área grande, encaró de la punta izquierda al medio, sacó el latigazo rastrero que se le metió a Santiago Silva después del pique. Lo festejó como loco el pibe de Racing porque prácticamente era el primer tiro al arco de los suyos.
Hernán Heras, árbitro del partido, había dado seis minutos de adición. Boston River vio en un córner una linda chance de reivindicarse y pasar adelante de nuevo. No fue bueno el centro, los jugadores sastres quedaron mal parados para defender, Esteban da Silva la recuperó y empezó a galopar, Ayrton Cougo no lo quiso bajar porque ya tenía amarilla y el chiquilín siguió con su carrera, que arrancó atrás de la mitad de la cancha y terminó a la altura del punto del penal, en diagonal al arco, para rematar rastrero y festejar con todos sus compañeros.
Boston River, tras la derrota, no pudo confirmar el tercer puesto de la Anual para ser Uruguay 3 en Copa Libertadores -entrando en segunda fase-. Ahora lo tendrá que buscar en la última fecha.