Sean cuales fueren las razones que se consideren –gran gestión, debilidad del rival, planteamiento oportuno, noche acertada o pobre gestión del oponente– Nacional jugó uno de sus mejores partidos de Libertadores de los últimos tiempos y parece haber dado un gran paso hacia la clasificación a la tercera fase. Los tricolores ganaron 2-0 en Valencia, Venezuela, pero pudieron y debieron haber ganado por cuatro o cinco goles de diferencia.
El equipo de Álvaro Recoba fue infinitamente superior a los venezolanos, que venían de eliminar por penales a Defensor Sporting en la primera fase, y en una noche virtuosa su único vicio fue no anotar más goles, sobre todo en el segundo tiempo, en el que entre el arquero Giancarlo Schiavone, que se atajó todo, los caños y las malas definiciones de los tricolores hicieron que regrese a Montevideo apenas con aquellos dos goles del primer tiempo convertidos por Lucas Sanabria y el nigeriano Christian Ebere de penal.
Los tricolores les pasaron por arriba a los venezolanos de principio a fin, jugando 11 contra 11 y, después, casi todo el segundo tiempo con un jugador más desde que los carabobeños quedaron con un futbolista menos por la expulsión por doble amarilla de su capitán, Richard Celiz.
En lo individual, el paraguayo Antonio Galeano fue una enorme figura en el equipo uruguayo. Jugó como puntero derecho en ataque y como volante o lateral por ese lado las pocas veces que los venezolanos tuvieron opciones de ataque. No hemos seguido la carrera de Galeano en Paraguay, pero difícilmente pueda haber jugado mejor que ayer en Venezuela.
Trabajo de campo
Nacional aprovechó la observación de los partidos de Puerto Cabello ante Defensor e hizo un planteo procurando aprovecharse de las debilidades de los venezolanos. Para ello tuvo la pelota con calma y cierto criterio, con solidez en sus desplazamientos en la mediacancha y optimizando los mejores minutos del paraguayo.
A los 11 minutos, en la primera jugada de ataque de Nacional, llegó la apertura del marcador con un golazo del floridense Sanabria. La jugada comenzó en la zona izquierda de la defensa tricolor, donde Gabriel Báez cruzó un pase de más de 50 metros de banda a banda para la carrera de Galeano, que controló con esfuerzo y a partir de ahí vino la secuencia virtuosa que terminó en gol, porque Galeano se la jugó a Leandro Lozano, este a Mauricio Pereyra, que asistió de taco a Sanabria, que engañó a sus marcadores enganchando de derecha y definiendo de zurda de cara al arco rival.
Ese gol permitió a los tricolores asentarse en el campo, presionar arriba, ser sólidos en la mitad de la cancha y estar atentos y concentrados en la línea final, con el notable liderazgo futbolístico de Diego Polenta, que cada vez que puede muestra chispas de cuánto puede generar una vez que recuperó y maneja su zurda con soltura y capacidad.
Los tricolores pusieron media hora de juego y buen desempeño para llegar a duplicar la diferencia. A los 40 Ebere, de penal, anotó el segundo de los tricolores, y atención que el nigeriano convirtió su primer gol con los albos con una exquisita definición desde los 12 pasos, pudriéndola en el ángulo. La pena máxima fue marcada por el árbitro a instancias del VAR, debido a que en un tiro libre ejecutado por Polenta –después de una gran escapada de Galeano, que debió ser derribado con foul– el remate dio en la mano extendida de Yimmi Congo y al minuto fue sancionado el penal.
Para la segunda parte, el Chino Recoba hizo tres variantes oportunas: sacó a los tres futbolistas que estaban con amarilla –Carneiro, Ebere y Castro– y dio ingreso a Ruben Bentancourt, Gastón González y Cristian Oliva.
¿Sólo dos?
El bloc de anotaciones tiene por lo menos seis nuevas situaciones de gol en el complemento, lo que hubiese casi cerrado la clasificación, porque Nacional debió haber ganado, como mínimo, por cuatro o cinco goles.
A pesar de la escasa diferencia, la gestión refuerza la percepción de que fue de los mejores partidos de Nacional en el último tiempo. El próximo miércoles en el Parque Central podría conseguir su pasaje a la tercera fase, en la que deberá enfrentar al ganador de la llave entre los bolivianos de Always Ready y Sporting Cristal, que vienen de un 6-1 de los paceños jugando en El Alto, a 4.100 metros de altura.